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Analisis Islands of Wakfu X360

Jueves 14 de Abril de 2011 por Víctor Junquera
Del universo de DOFUS y Wakfu, los MMORPGs de Ankama, llega este curioso spin-off que ofrece una mezcla de géneros no tan atípica como podría parecer, y aunque una mezcla de action-RPG de perspectiva isométrica con toques de beat'em up no pinta nada mal sobre el papel, a la hora de la verdad, resultó tener unos contras con más peso que los pros.

Un mundo idílico de magia en el que humanos y dragones coexisten con toda clase de flora, fauna y deidades de la naturaleza se ve de repente sumido en un desastre, curiosamente el día en que Nora y su hermano dragón Efrim se gradúan. Nada nuevo hasta aquí. Podría ser una aventura cualquiera de la que sorprende sobre todo un estilo gráfico preciosista en el que los fondos recuerdan a una acuarela recién pintada, con personajes anime desperdigados por el escenario.

Islands of Wakfu empieza a coger forma lentamente, tras un tutorial tedioso y sin apenas utilidad, cuando empezamos a actuar libremente y, si no jugamos en cooperativo, tenemos que cambiar entre los dos personajes protagonistas para actuar en consecuencia según la situación. Nora, la chica, es una humana que utiliza puños y patadas para pelear cuerpo a cuerpo, además de su habilidad especial de teletransportarse, o bien detrás del enemigo más cercano, o a cualquier punto de la pantalla en el que esté situado el cursor que movemos a voluntad con el stick derecho. Por el contrario, Efrim es un dragón que, básicamente, planea y escupe agua con movimiento y dirección a doble joystick. Una absorbe la energía del mundo, y el otro puede insuflarla en otros elementos, así que habrá que cambiar muy a menudo, no se trata de una simple decisión entre ataque o defensa.

Pero aunque la mayor parte de los combates los libremos con la chica en cuerpo a cuerpo, de poco sirve el tutorial o eliminar todo lo que salga a nuestro paso, cuando los picos de dificultad del juego nos ponen en un aprieto sin poder hacer nada por cambiar nuestra situación de total desventaja contra jefes finales con barras de vida desesperantemente largas que nos liquidan en tres o cuatro golpes, además de llenar la pantalla de enemigos de apoyo.

Porque podremos comprar mejoras para los personajes, pero sólo si gastamos los tarros de miel que tanto cuesta encontrar y acumular, como para además errar y gastarlos en un talento poco más que inútil. Por muchas mejoras que compremos, el combate no variará. Es siempre un bucle de transportarse detrás de un enemigo, golpear y huir, porque una guardia direccional no sirve cuando estás rodeado, y el contraataque es un elemento no muy compensado en este caso, y es que donde normalmente es un gran golpe, como premio por haber acertado un timing preciso, aquí es responder con un golpe sencillo a riesgo de recibir un daño considerable.

No es un machacabotones, es un juego pausado que te exige que lleves el ritmo del combate acorde a tu desventaja, muy poco a poco, aunque todo esto podemos eliminarlo en el modo fácil en el que, básicamente, no podemos morir. Ideal si sólo queremos disfrutar de paisajes de ensueño y conocer una historia que no nos cuenta nada nuevo, salvo sorpresas curiosas como que el ornitorrinco sea algo más que un medio tercer personaje al que controlar en situaciones extra.

Islands of Wakfu está mucho más indicado para jugar en cooperativo, aunque parece casi hecho para que jueguen dos hermanos con abundante tiempo libre. No se puede unir alguien en un momento determinado de una partida cualquiera: empezar una partida cooperativa significa empezarla desde el principio, por muy avanzado que vayas en tu partida en solitario. No es un concepto muy arcade, además de que, al compartir vitalidad ambos personajes, a veces resulta inevitable recibir golpes. Por mucho que uno atraiga la atención de enemigos y los evada con agilidad, quien maneje al dragón será quien cargue con la culpa de vaciar el medidor, mientras el otro se tiene que encargar de rellenarlo, además de combatir y escapar.

De no haber estado tan mal calibrado en aspectos clave como los combates, más tediosos que retantes, la resolución de puzles con soluciones totalmente aleatorias y sin fundamento o la falta de accesibilidad al cooperativo, podría haber sido mucho más. Islands of Wakfu es muy exigente, un aspecto que pasa factura y mina la moral del jugador hasta el punto en que el reto y el entretenimiento desaparecen por completo.

NOTA FINAL: 5
5

/ 10


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