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Analisis Grow Home ,PS4

Wall-E y El Autoestopista Galáctico
Jueves 03 de Septiembre de 2015 por Rafa del Río

La de Grow Home es una bonita historia, no tanto por el argumento propio, que también, sino por la forma en la que este divertido juego de corte alternativo llegó finalmente a nuestras manos. Pocos juegos han repetido la fórmula que en su momento pupolarizó a Spacewar! en los años 60 de comenzar como un entretenimiento interno de la compañía y terminar siendo un producto para todos los públicos. 

 

Grow Home nació como un 'simple' experimento de Ubisoft Reflections, los culpables de la saga Driver, a quienes los jefazos de Ubi pidieron que investigaran una nueva forma y un nuevo motor de trepar. Ya sabéis la obsesión de la compañía francófona por las alturas, el parkour y los saltos del tigre, y en su búsqueda de una nueva forma de llevarnos a lo más alto, decidieron que fueran los chicos de Reflections los que se pusieran manos a la obra.

 

Tras muchas investigaciones, pruebas y desvaríos, Reflections sorprendió a sus compañeros con lo que dieron en llamar 'animación procedimental', una forma de animación basada en elementos dispares que conforman una anatomía propia y que puede interactuar en cualquiera de sus partes con el terreno. El motor gustó, el proyecto corrió por los ordenadores de los trabajadores de Ubi como en su momento pasara con Spacewar! por ARPAnet, y finalmente los diretivos vieron que la cosa tenía posibilidades.

 

 

Enhorabuena, ha tenido usted un B.U.D.

Grow Home nace, por tanto, de un proyecto mimado, querido y altamente adictivo, y la cosa se nota en cuanto le echamos un ojo al juego final. El argumento es sencillo pero entrañable: nuestro protagonista, un robot de mantenimiento botánico que responde al nombre de B.U.D. -Botanical Utility Droid-, es enviado a la superficie de un planeta alienígena para ocuparse de la Star Plant -una planta estelar capaz de crecer más de 2000 metros-, y cosechar su semilla una vez florezca. La utilidad de esta semilla está fuera de toda duda, ya que nos ayudará a recuperar la oxigenabilidad del aire del planeta natal de B.U.D. y recuperar sí su atmósfera respirable.

 

Con una inspiración que los propios creadores reconocen a Wall-E y La Guía del Autoestopista Galáctico, Grow Home nos pone a los mandos del estrambótico B.U.D. y su animación procedimental con un movimiento inestable y un bailoteo incesante de miembros que pronto harán que nos enamoremos perdidamente de su torpe protagonista. 

 

 

Jugabilidad en mayúsculas

La jugabilidad es todo lo que necesita Grow Home para convertirse en nuestro alternativo favorito del verano, ya que basa toda su movilidad y mecánicas en un sencillo sistema que nos ayudará a movernos con el stick de control, agarrarnos a lo que sea con los gatillos que activarán las manos de B.U.D. y saltar con equis amén de usar margaritas planeadoras u hojas a modo de aladelta con el botón triángulo. 

 

Y con eso tendremos todo lo necesario para desenvolvernos en el diminuto pero profundo escenario en el que se desarrollará la acción. Un mundo en el que toda nuestra tarea es cultivar la planta estelar y llevarla a florecer para cosechar su semilla, pero que a su vez incluirá portales teletransportadores, zarcillos que pilotaremos como cohetes para alcanzar lejanas islas-asteroides y alimentar la planta a la vez que trepamos, criaturas y plantas que podremos escanear para descubrir más sobre el planeta y herramientas como margaritas y hojas que nos ayudarán en nuestro trabajo como expertos botánicos.

 

 

Finalmente, B.U.D. también tendrá la posibilidad de hacerse con cristales estelares que aumenten su capacidad de salto y le otoguen nuevas habilidades como modos de vista alternativo, la posibilidad de saltar más alto o un reactor que propulse sus saltos aún más lejos.   

 

Pronto, nos descubriremos explorando el escenario mediante el uso de los gatillos para colgarnos de cualquier superficie que nos permita escalar, buscando cristales estelares como locos o arrastrando ovejas a los portales para escanearlas y hablar con la computadora de la nave, M.O.M. cuyos constantes ánimos y mimos hacen de la aventura un ente aún más entrañable.

 

 

Corto pero funcional

Grow Home es un título corto que apenas alcanza la dos horas -seis si queréis exprimirlo a fondo y encontrar tiodos los cristales y secretos- pero no por ello es menos impactante, entrañable y divertido. Desde el principio la sensación relajante de este mundo perdido en las alturas, la belleza de los zarcillos que nosotros mismos manejamos a la hora de retorcerse en busca de una fuente de alimentación y lo bucólico del entorno se junta a ese carismático B.U.D. y a su cariñosa M.O.M. para dar a luz un producto sin pretensiones que, a la vez, es lo más original que hemos visto en mucho tiempo. 

 

El juego de Reflections enamora por su sensillez, por su comportamiento y por su imagen y protagonistas, pero no está exento de momentos de tensión, saltos fallidos y una sensación molesta de agarrotamiento en las manos cuando llevas más de media hora trepando a golpe de gatillo. Sin embargo, esta tensión no hace sino mejorar el producto al convertirlo en un reto que va más allá del simple vagar y demostrarnos que estamos haciendo algo importante para salvar un planeta. 

 

Puede que Grow Home sea corto y no tenga grandes aspiraciones, pero sigue siendo un título estupendo, y más si os hacéis con él gratis gracias a Playstation Plus. A nivel personal me ha sorprendido gratamente, y aunque he visto muchas críticas a su rejugabilidad, no veo la hora de dejar de escribir este análisis para empezar de nuevo mi particular periplo como jardinero de las estrellas. Todo es probarlo. 

 

¡Nos leemos!

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