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Analisis Gibbous: A Cthulhu Adventure ,PC,SWITCH

Terror cósmico a lo cómico.
Lunes 26 de Octubre de 2020 por Brenda Giacconi

Halloween está al caer. Inconscientemente, nos quedamos más horas frente al ordenador en plena oscuridad buscando acercarnos al lado más esotérico del mundo. Brujería, paganismo, magia oscura y leyendas terroríficas protagonizadas por cultos ciegos de fe son los artículos que más leemos, cebos que nos atraen a una realidad muy diferente de la que conocemos. Hay elementos que se repiten en estas búsquedas por la red, tales como las velas negras para preparar invocaciones, símbolos popularizados en las películas de miedo, la imaginativa de H. P. Lovecraft y la presencia del libro Necronomicón en las historias más tenebrosas.

 

No obstante, dentro de toda esta seriedad en relatos de conjuraciones y posesiones, unas risas nunca vienen mal. Y por eso llega a Nintendo Switch Gibbous: A Cthulhu Adventure. Un título cómico de Stuck in Attic que mezcla la pasión de los seguidores de un culto con un detective, un bibliotecario y una gata parlante.

 

 

Gibbous: A Cthulhu Adventure es una aventura gráfica al estilo point and click que bebe claramente de la influencia del LucasArts de los años 90 y la mezcla con las descripciones de Lovecraft en cuanto a terror cósmico y monstruos indescriptibles. Y, todo ello, sin perder un toque gracioso que suma muchísimo a la experiencia.

 

Alternaremos el control entre dos personajes: Don R. Ketype, un detective privado contratado para encontrar el Necronomicón verdadero, y Buzz Kerwan, un simple bibliotecario. La búsqueda del libro se complicará con el secuestro de Don y el hallazgo de dicho objeto por parte de Buzz, que sin querer lo utiliza para hacer que su gata Kitteh pueda hablar. Esto llevará a los tres protagonistas a explorar concienzudamente las ciudades de Darkham y Fishmouth, dos localizaciones casi abandonadas y extrañas que albergan vecinos locos y varios cultos, con el objetivo de parar los planes malvados de los fanáticos religiosos y devolver a la gata a la normalidad. La aventura va cogiendo forma a medida que se conocen nuevos personajes que están de nuestro lado y nos explican el lore del juego. Esto, a su vez, también acaba desvirtuando el título y lo convierte en una muestra cómica de una pequeña parte del universo de Lovecraft.

 

Como cualquier entrega basada en clicar y arrastrar objetos (y hacer mil combinaciones con tal de continuar), Gibbous: A Cthulhu Adventure ofrece muchos puzles que dificultan el camino de los personajes en su inesperada aventura. Todo se acompaña de cinemáticas y animaciones muy trabajadas que recuerdan a los movimientos típicos de Disney, lo que también es un componente que ayuda a quitar hierro al asunto para que el jugador se divierta en tan extrañas circunstancias. Sí que es cierto que hay partes de la historia que son confusas, pues se presentan algunos cultos con distintas adoraciones, personajes importantes que cumplen roles diferentes (el Cazador, el Buscador, el Portador, el Carnicero…) y lo que lleva a cada uno de ellos a ir tras el Necronomicón, el núcleo de todos los problemas. Esto quizás hace que el jugador pierda un poco de interés en seguir avanzando, pero os aseguro que, cuando se terminan de atar los cabos, todo cobra sentido.

 

 

Aunque Gibbous: A Cthulhu Adventure se estrenó en 2019 para Steam y GOG, en Switch se adapta de maravilla, pues el panel táctil es ideal para reproducir el típico point and click que lo define. El estilo de diseño sencillo utilizado por Stuck in Attic no carga la consola ni le baja la definición, por lo que las animaciones se ven bien y cumplen su función de suavizar toda la seriedad del tema que ocupa a los personajes.

 

Y, a pesar de que hay aventuras gráficas que contienen puzles sin sentido, en este caso se equilibra bien esa balanza entre diversión cómica y dificultad. Hay enigmas sencillos que se resuelven rápido porque son evidentes, pero también nos encontraremos con algunos más complicados que llevarán un rato para encontrar la solución, u otros que no son tan difíciles pero que no logramos superar porque no hemos explorado demasiado la zona. El único que me ha chirriado es uno que es imposible hacerlo en español. Un rap contra el descendiente de Vlad el Empalador (sí, como lo leéis) que no ha sido traducido al castellano y, por lo tanto, puede obviarse. Con mi nivel de inglés he podido hacerlo sin problemas, pero para un jugador que no entienda este idioma, perdérselo es una pena.

 

Aparte de esto, el juego es muy disfrutable y entra genial en una época terrorífica que necesita unas risas extra. Es entretenido y ofrece obstáculos de todo tipo dentro de las limitaciones de su propio género. Una aventura que se atreve a mezclar lo cómico con lo más horrible de Lovecraft, dando como resultado un juego que convierte una historia interesante y vista como algo tenebroso en un rato bastante divertido.

7.5

/ 10


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