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Analisis FlingSmash WII

Lunes 29 de Noviembre de 2010 por Víctor Junquera
La ansiada precisión 1:1 del Wiimote de Nintendo llegó tiempo atrás ya con el Wii MotionPlus, claro que por aquel entonces era un añadido que acoplar al mando normal para disfrutar, fundamentalmente, de Wii Sports Resort. Ahora se lanza el Wii Remote Plus, un nuevo mando, aparentemente igual que el original, pero más ligero y con las capacidades del Wii MotionPlus integradas, sin necesidad de add-ons que convierten el mando en un transformer más grande, aunque cabe decir que para blandirlo como espada a dos manos, era mucho más práctico.

Pero aquí no sometemos a análisis al nuevo mando, sino a FlingSmash, o una original alternativa con la que acompañar un mando adicional que nos produce sentimientos encontrados. Por una parte, nadie podría esperar gran cosa de Artoon después del duro golpe que supuso Vampire Rain, pero qué demonios, un juego apoyado por Nintendo y con un aspecto visual tan apetecible y entrañable, como poco tiene que ser entretenido.

FlingSmash es una nueva propuesta, una curiosa mezcla de géneros puzle, acción y arcade, que empieza dando la impresión de ser un Arkanoid con modo historia, aunque tras diez minutos jugando nos daremos cuenta de que tiene más similitudes con la pelota vasca. En pantalla tenemos a Zip, un dios bola que tendrá que librar a unos isleños de una maldición consiguiendo perlas y matando malos. La historia no es el punto fuerte del juego. Mientras la pantalla avanza con un scroll variable, tenemos que zarandear el mando en la dirección a la que pretendemos enviar la bola para que rebote, rompa los obstáculos y consiga los bonificadores repartidos por el nivel.

El adicto a las puntuaciones tendrá un incentivo extra al tener que rejugar muchas de las más de treinta fases para encontrar todos los objetos, y calcular bien cada movimiento para lograr el ránking S, con lo que conseguimos minijuegos en los que seguir zarandeando el mando de igual forma. Lo que no sería un problema de no ser porque en determinadas ocasiones, el propio juego no puede proporcionar la precisión que requiere.

Tras el concepto inicial hay variaciones según avancemos por los ocho mundos, aparte de los potenciadores temporales que podemos conseguir para jugar con tres bolas a la vez, o con una bola gigante. En cada mundo tendremos una imposición, como ser más pequeño o metálico, lo que da lugar a que no parezca de que zarandeamos el mando sin ton ni son, sino que dentro de un título tan limitado, hay cierta variedad e incluso alguna que otra sorpresa, claro que si la intención es ir a por el oro, el juego se convierte en un aprendizaje de rutinas, fallido por la aleatoriedad del control.

FlingSmash tenía potencial, su idea original aprovechada correctamente podría haberlo llevado a ser un éxito de un entorno como WiiWare, y tristemente se queda en poco más que una demostración que acompaña a un nuevo mando, una demostración fallida que además se atreve a cojear en uno de los puntos por los que resulta atractivo. Uno de los pocos títulos que requiere el uso de un Wii MotionPlus o un Wii Remote Plus, puede llevar a pensar que el añadido no es para tanto, que nos vuelven a vender humo y demás perlas, pero es fácil hacer la comprobación. Vuelve a poner Wii Sports Resort. Así es, el mando no falla, FlingSmash sí.

NOTA FINAL: 3
3

/ 10


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