Analisis Dynasty Warriors 8 Xtreme Legends ,PS3,PS4

Hay quien compra un FIFA al año y al mundo puede parecerle un acto completamente respetable a pesar de que los más ajenos al género lo vean como una tontería. Sólo por las licencias, sólo por sutiles cambios. '¡Si es siempre lo mismo!', dirán. Con Dynasty Warriors y nuestra especial (y lejana) relación con la saga podría pasar algo similar. Aunque más bien da la impresión de que el caso es más parecido a quien se compra un Dragon Ball al año. Parece que nunca sacarán el juego definitivo, siempre habrá más personajes que añadir, siempre habrá batallas olvidadas que rescatar... Y aquí podríamos tener lo más parecido a esa versión definitiva.

 

 

Llega Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends, una ampliación del DW8 original que añade cinco personajes más a los 77 ya existentes, nuevos puntos de vista para la historia (desarrollada a través de las batallas masivas de siempre, que se solucionan como siempre, a base de machacar el botón cuadrado y dar rienda suelta a los ataques EX y Musou cada vez que estén disponibles sin mucha opción a estrategia) y nuevas pruebas para un modo de misiones más ágil que la historia normal al proponer situaciones de combate más breves.

 

 

Algo que puede parecer lo más interesante del título y que tal vez no comentamos en su día con el DW8 original es ese modo Ambition, donde mediante batallas breves reclutamos aliados, recolectamos materiales y capturamos territorios adyacentes para formar una villa tan esplendorosa que llame la atención del Emperador, aunque al final, el propio juego te pide que vayas dejando de lado los paseos por la villa para ir de misión en misión aumentando la dificultad consecutivamente y mejorando las posibilidades de recompensa. Pero sí, todo sigue siendo cuestión de machacar el botón cuadrado, sólo o en cooperativo online, donde poco importa el personaje escogido más allá de la apariencia, sino el arma que blanda.

 

Lo que sí han conseguido por fin es ganar en estabilidad. Por mucho que se controlen de igual forma y por mucho que las hordas de centenares de enemigos sean formadas por el mismo modelado copypasteado una y otra vez, todo se ve mejor, más pulido, más detallado, aunque haya la misma diferencia entre protagonista y relleno que con los Ferrari y el tráfico de OutRun 2.

 

 

Quizá el contenido de esta 'expansión' pueda parecer que no es suficiente para quienes ya tienen la versión vanilla de Dynasty Warriors 8 (aunque se agradece poder llevar los datos guardados de una a otra), pero donde realmente se nota la diferencia es en unas igualmente estables y más repletas de contenido versiones de PlayStation 4 y PlayStation Vita. Aquí el acrónimo XL le vendría que ni pintado porque realmente son cientos de horas de contenido al unir todo lo de Dynasty Warriors 8 y Xtreme Legends en un mismo pack. Es mucho contenido, si, pero sigue dando la impresión de que es todo igual. Si cantidad fuese sinónimo de calidad, Dynasty Warriors sería la mejor saga de videojuegos de la historia, pero no lo es. Esta es una entrega más, continuista y con escasez de novedades, cuyos fans ya saben perfectamente lo que vienen a buscar.

 

(Versión analizada: PlayStation 3)

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