Lo de Suda51 puede parecer un clarísimo caso de demencia, pero en realidad el tío sabe muy bien lo que hace. Entre sus grandes producciones no se toma un descansito, sino que nos ataca con pequeñas genialidades descargables, y antes de Lollipop Chainsaw nos da
un pequeño avance de temporada en cuanto a hipstereo se refiere con Diabolical Pitch, una obra para Kinect Arcade, a priori absurda, pero con mucho donde excavar.
Diabolical Pitch es el pro-americanismo puro, es la intención del jugador de baseball con sueños rotos, es la estética de una cultura mezclada con monstruos antropomorfos con cabezas gigantes de animales ensangrentados que caminan como zombis, y es la pura intención de dislocarse el hombro a base de lanzar bolas de fuego y rayos a 110 km/h. Es, en definitiva, moda.
Porque el ya considerado Tarantino de los videojuegos, Suda51, puede parecer un loco más al que le gusta lo
pulp y disfruta haciéndolo, pero en realidad, sabe lo que se lleva, y es más, sabe lo que se llevará. El gran lanzador de baseball, con su brazo estrella lesionado y su sueño truncado, va a buscar retiro a un atractivo parque de atracciones que resulta ser
un mundo diabólico donde se ve armado con un poderoso brazo biomecánico con el que abatir a los animatrónicos a base de puntería y espíritu americano.
Desde los menús te va inundando esa sensación de entrar en un estadio en el que sólo falta el vendedor de perritos calientes. El
redneckismo yanki en estado puro,
caspa y sin glamour hecho a propósito como mofa irónica que se aprecia en cada pequeño detalle como los Jackpot como símbolo del éxito y el
coleccionismo de cromos de baseball para aumentar las habilidades de McAllister.
Y este discurso
hipster que terminará con la aventura de la animadora también es, por supuesto, un videojuego, pero a pesar de todo flaquea en ejecución.
Diabolical Pitch es simple, superar fases haciendo aspavientos para lanzar pelotas a las hordas de enemigos que salen al paso, pudiendo dar patadas a quienes se acercan demasiado o atrapar los lanzamientos rivales adelantando ambas manos. Mientras que con el brazo poderoso lanzamos aleatoriamente, podemos adelantar el brazo no lanzador para apuntar y fijar blanco en un objetivo en concreto para mejorar puntuaciones o atacar a debilidades, y entre medias, llenar el medidor del
lanzamiento de poder, el Diabolical Pitch, que puede venir en multitud de formas y requerir determinadas posiciones para lanzar tiros como meteoritos o convertir el brazo del lanzador en un rail-gun de pelotas.
El problema no viene en cuanto a las acciones, sino por la detección de las mismas, y es que
hay que exagerar mucho los movimientos y un mortal cualquiera no puede seguir el ritmo de lanzamientos que exigen las últimas fases. Y cansa, cansa mucho hasta llegar a dar molestias en el hombro, pero hasta en eso Diabolical Pitch es hardcore, tanto que
si no se es un auténtico héroe americano con pasión por el deporte y un brazo tan potente como una pierna, puede que no se disfrute tanto de este juego que, sin duda, merece la pena más ver y seguir la aparentemente ridícula trama, que jugar. Diabolical Pitch es hardcore hasta para los juegos hardcore.
NOTA FINAL: 6
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