Analisis Dex ,PC,PS4,PSVITA,SWITCH,WIIU,XONE

Cyberpunk 2077 todavía no está aquí y ya están apareciendo los primeros juegos disfrutables ambientados en un mundo futurista al más puro estilo de Ghost in the shell. Y es que hoy he venido a hablaros de Dex: una pequeña maravilla con aspecto retro que acaba de lanzar su edición definitiva en Nintendo Switch. 

 

 

Dex es un juego de exploración y acción al más puro estilo clásico. Tú te despiertas como una chica de pelo azul completamente perdida y sin prácticamente recuerdos en una ciudad futurista llena de hackers, asesinos, corrupción, matones, contaminación y personas con aumentos en su cuerpo que buscan hacer fortuna aplastando a los más débiles. La gracia de todo esto es que sin comerlo ni beberlo, te has metido en un lío con La Corporación: una organización secreta similares a los Illuminati, que controlan a las cinco grandes marcas al cargo del país. 

 

Ahora, desesperada y sin recuerdos, tendrás que huir por el alcantarillado hasta llegar a una cafetería de hackers donde te expliquen, de una vez por todas, quién eres de verdad y por qué te buscan con tanto ahínco. 

 

Ghost in the shell en los suburbios

 

Desde el primer momento en el que coges los mandos y te pones a jugar a Dex, descubrirás que te has metido de cabeza en un mundo distópico, con unos bordes y fronteras perfectamente reconocibles y con muchísimo cuidado por los detalles. A partir de las dos primeras horas la protagonista podrá moverse a lo largo del mapa con cierta libertad, recorriendo desde los barrios bajos hasta los edificios de lujo, pasando por prostíbulos donde la distopía cibertecnológica está perfectamente integrada en cada uno de los detalles. 

 

 

 

De esta forma, moviendo a tu pequeño personaje en un mundo caótico, lleno de props repugnantes (tus artículos de intercambio en el comercio son por lo general revistas porno, papel higiénico, píldoras antidepresivas y preservativos), acabarás descubriendo un universo donde nadie ayuda al vecino; donde las madres mueren por un fallo renal a pesar de tener a libre disposición órganos artificiales en el mercado y donde no puedes fiarte ni siquiera de un médico razonablemente conocido.Con una vista en 2D frontal, Dex te obliga a interactuar con los personajes que vas encontrando mientras recorres unas calles claramente inspiradas en Flashback y Blackthorne. 

 

Dex no es la protagonista más carismática del mundo, y aunque el juego no realiza ningún esfuerzo especial por hacerla parecer más interesante, su simple presencia en el mundo ya llega a ser un evento de lo más fascinante. Y así pasas las primeras horas de juego, en un entorno que no acaba de convencerte del todo pero que, como al crack, acabas enganchado.  

 

 

 

Tu papel en la ciudad será recorrer las calles enfrentándote a una serie repetida de enemigos (cada uno tiene un tipo y dos o tres movimientos de lucha) mientras intentas llegar al bar, luego a la casa de Tony y por último al centro médico para poder instalarte aumentos de cyborg. Los combates son increíblemente sencillos (al principio solo podrás golpear y bloquear) pero tienen cierta musicalidad a la hora de leer los movimientos enemigos y de reaccionar a tiempo para poder bloquearlos. El juego, de cualquier forma, no te lo pone fácil: no hay muchas zonas donde puedas restaurar la vida y los enemigos pegan fuerte y pegan bien. Es muy habitual que acabes muriendo y teniendo que volver a empezar desde el último autoguardado realizado (que gracias a dios, es bastante frecuente). Hasta que Dex no consigue sus primeros aumentos, los puntos de habilidad que consigue están completamente vendidos para poder pasar una de las primeras misiones, lo cual impide que te equipes como deberías para hacerle frente a ciertos enfrentamientos. 

 

Además, se espera de Dex que sea una hacker fenomenal. Dex cuenta con la posibilidad de entrar en “modo hacker” y robar información, piratear las cámaras y hasta atontar enemigos en el futuro. El minijuego de hackeo es en realidad el típico Galaga mezclado con Geometry Wars donde debes ir disparando a los cortafuegos que impiden que te hagas con la información. Este minijuego es exageradamente complicado y depende enormemente no solo de tu habilidad sino también de tu medidor de concentración, el cual solo se rellena al principio del juego un 25% tras una derrota.  

 

 

 

El juego no pretende facilitarle la entrada a los nuevos jugadores. De esta forma, como ya os he comentado, una de las primeras misiones para conseguir una neuromalla, te obligará a gastar 3 valiosos puntos de habilidad en la habilidad de abrir cerraduras de nivel 2. Al mismo tiempo, el dinero escasea por lo que la compra de botiquines o incluso armas de fuego (las cuales no son tan potentes como uno podría suponer) se hacen realmente cuesta arriba. 

 

Y a pesar de ello, por muchas veces que me mataran, por muy imposible que viese el avance en muchas situaciones, como os he dicho, no podía parar de jugar. Sí que es cierto, sin duda, que el juego cuenta con algunos problemas de base como la hitbox del personaje y los enemigos, la cual falla en muchas ocasiones y genera verdadera confusión precisamente por la perspectiva en 2D del personaje. Además, no podemos olvidar que el juego está completamente en inglés y en uno, además, realmente complejo en algunas situaciones.  

 

 

 

A pesar de ello creo que cuenta con una ambientación realmente bien construida y con misiones secundarias a las que sí que te apetece enfrentarte debido a su propia historia y la rapidez con la que las solucionas. El juego premia cada mejora y avance que consigues y va poco a poco abriéndote la puerta a nuevas modalidades, caminos y recovecos que en un primer momento podrían parecer imposibles de conquistar. Y a mí, personalmente, me ha convencido maravillosamente bien como uno de los juegos esenciales para probar en Switch en este 2020.  

 

Porque… ¿a quién no le gustan las historias de IAs descontroladas? 

<< Anterior Siguiente >>