Analisis Age of Empires III: Definitive Edition ,PC

Age of Empires III Definitive Edition es una revisión concienzuda del juego original. Se han optimizado los modelados, se han ajustado detalles sensibles de su modo historia, se ha mejorado la comprensión de lo que ocurre en la escena, gráficos, resolución… La verdad es que da gusto, se ve mucho trabajo y esfuerzo en este remake. Además, el videojuego sale en Xbox Game Pass y a solo 19,99€ si no tenéis el servicio. El título está cargadísimo de contenido: recrea batallas históricas con más cinemáticas que antes, propone retos, un multijugador muy personalizable, editor y tutoriales para comprenderlo todo bien. Es decir, si te gustó el original, no hay excusa para también disfrutar este.

Pero, ¿y si nunca has jugado a Age of Empires III? Seguro que te ocurre lo que a muchos, que has jugado horas, horas y horas a Age of Empires II pero no has tocado el tercero. Es normal. Age of Empires III no es un juego perfecto; de hecho, es excesivamente complejo. El problema al que ha tenido que enfrentarse esta continuación es que no se puede mejorar lo que ya es perfecto. Porque Age of Empires II es perfecto. Es un título sencillo, con la profundidad justa, pero en eso radica su belleza. Age of Empires III se complicó la vida añadiendo una base de operaciones externa al mapa de juego y demasiadas estadísticas para las tropas.

Podemos acceder a esta base pulsando un botón impreso en la pantalla. Desde ella se generan unas cartas que podemos invocar si tenemos puntos para hacerlo. Al recurrir a ellas, llegan víveres, tropas y otros útiles a nuestro campamento. Al subir de era, también hay una variación con respecto al anterior juego: hay que elegir alcalde, lo que supondrá optar a unas mejoras u otras. A esto se le suma que cada unidad tiene un montón de variables, de modificadores y de características; tantas, que abruma leerlas. Es decir, Age of Empires III es un Age of Empires II con una capa extra de estrategia que no hace otra cosa que emborronar la sencilla perfección del anterior.

Además, el juego es un pelín más oscuro, lo que hace que cueste identificar a tus ejércitos o a reconocer ciertos elementos del entorno. ¿Y por qué esta oscuridad? Pues me imagino que está ahí porque estamos ante un juego de 2005, una época en la que todo se volvió más solemne, serio, trascendental y oscuro. Porque ya sabemos que un juego más oscuro es un juego más maduro. Pero a mí siempre me ha gustado más jugar a Age of Empires II con el mod de Star Wars, para que me entendáis. En esta tercera entrega incluso desaparecen esos ruiditos tan simpáticos de los aldeanos al aceptar tus órdenes.

Esa seriedad se usa para tratar a fondo en su modo campaña contiendas históricas que han ocurrido en realidad. Para esta revisión se han mejorado mucho la presentación de estas disputas, se han añadido más vídeos y ajustado los eventos. Ya solo por disfrutar de todas estas campañas, y aunque Age of Empires III sea innecesariamente más complejo que su antecesor, ya merece la pena hacerse con este juego solo por todo este contenido, sobre todo si podéis jugarlo a través de Xbox Game Pass en PC.

Con sus tres modos historia: Sangre, hielo y acero, Fuego y sombras y Las Dinastías asiáticas, sus misiones históricas, escaramuzas y batallas de desafío, Age of Empires III es un caramelito a este precio. Posiblemente cuando quieras echar un multi con los colegas, volverás a Age of Empires II, pero cuenta con contenido de sobra para que disfrutes tú solo; y oye, quizás luego te animes a sacarle todo el jugo a su complejidad. En resumen: una excelente revisión que solo es enturbiada por los problemas del juego original.