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Analisis Yooka-Laylee and the Impossible Lair ,PC,SWITCH,XONE

Bonito, inteligente, genial
Jueves 03 de Octubre de 2019 por Rafa del Río

Vuelven Yooka y Laylee, y lo hacen con nuevo formato, nuevo enfoque y mucha, mucha diversión. Yooka-Laylee and the Impossible Lair apuesta por el plataformeo 2D y la aventura en perspectiva cenital con un enfoque mucho más jugoso que el de la primera incursión de Playtonic en la saga. Saltos imposibles, tónicos, viejos amigos y mucho sentido del humor en un título que redime los errores de su anterior episodio. 

 

 

Capital Bee

Yooka-Laylee and the Impossible Lair comienza con el enfrentamiento final de nuestros héroes contra el malo malísimo de Capital B. En esta ocasión, el super villano se encuentra en el mundo de las abejas fraguando su malvado plan: crear un super ejército de malotes usando la apipnosis, una herramienta que le permite controlar a los pequeños insectos. Tras ser derrotados por Capital B, la reina abeja rescasta a nuestros héroes y los lleva a una zona a salvo donde deberán cumplir una misión: rescatar a las abejas para formar ellos el ejército y derrotar al super villano y sus secuaces.  

 

Empieza así una gesta que sabe dulce, y no sólo por la miel, en la que Yooka y Laylee deberán abrirse paso por un extenso mapa tratando de encontrar todos los libros en los que están presas las abejas. En perspectiva cenital y con un aire más cercano a Secret of Mana, Story of Thor e incluso Zelda que al de su anterior entrega, deberemos ayudar al camaleón y la murciélago a avanzar por varias zonas solucionando puzzles, buscando secretos y descubriendo un buen puñado de sorpresas.

 

 

Dos juegos en uno

Yooka-Laylee and the Impossible Lair es dos juegos en uno, muy en la línea de lo que en su momento hicieran Blaster Master en NES y ActRaiser en los 90. Por un lado tenemos su mundo abierto que vamos descubriendo poco a poco y que ofrece una jugabilidad sosegada en la que, más allá de las plataformas, que las hay, priman la habilidad, la astucia y la intuición a la hora de sacarle todo el jugo y descubrir todos sus secretos.

 

Por otro lado tenemos los libros, que sirven de fases de plataformas en 2D con scroll lateral y que son el núcleo duro de la experiencia. Laboratorios secretos, ciudades en día de fiesta, bosques plagados de lianas, verdes campos, el interior de una máquina gigantesca... cada libro es una metáfora del viaje de nuestros héroes a través del mapa y refleja no sólo la zona por la que estamos pasando, sino también el estado en el que está el libro que nos da acceso a su mundo. 

 

Finalmente tenemos a Pagie, la conocida página suelta que en el anterior Yooka-Laylee nos ayudaba a conseguir objetos y que, en esta ocasión, nos planteará retos que cambiarán el entorno. Eliminar enemigos desde lejos o convirtiendo a Yooka en la nave del Space Invaders, usar los pinchos para acabar con ellos sin caer en el intento, lograr llegar a una determinada zona... Todos los retos de Pagie cuentan con una única pantalla y, una vez superados, nos darán acceso a una divertida animación con música arcade noventera en la que varias Pagies cambian el mundo en el que jugamos. 

 

 

A los mandos

Uno de los grandes avances de Yooka-Laylee and the Impossible Lair respecto a su anterior entrega es el control de Yooka. Lejos de resultar incómodo, esta nueva entrega aprovecha al máximo el stick analógico para controlar con precisión los saltos, los ataques y las carreras de nuestro camaleón. Es posible que el hecho de que se use el mismo botón para atacar y para rodar te la juegue en algunos momentos, pero cuando toca correr sobre cintas transportadoras o similares, es una gozada poder ajustar la velocidad con la palanca.

 

Creo que es la primera vez que prefiero usar el stick a la cruceta en un plataformas tradicional, y esto es porque Yooka-Laylee and the Impossible Lair ajusta muy bien los elementos en pantalla a la configuración del mando actual. Respecto a esto, preparaos para encontrar de todo en sus escenarios: barras para grindar, lianas, tirolinas, rampas, molinos de viento, cintas transportasdoras, fuego, ruedas dentadas, zonas de salto sobre enemigos y un largo etcétera que bebe sobre todo de Sonic sin olvidar a otros clásicos como Mario e incluso Klonoa. 

 

 

Juega con el juego

Más allá de la experiencia en sus dos formatos, Playtonic incluye dos formas de jugar con el juego que van más allá de la exploración de su mundo abierto. Y es que como decía más arriba, las fases de plataformeo reflejan el entorno y el estado en el que se encuentra el libro que nos da acceso a ellas, y eso da para muchísimo. Por un lado, si el libro está en el agua tocará fase acuática, si está sobre una cinta tocará fase con cintas transportadoras, si está en el desierto... Bueno, ya os hacéis una idea, pero no es eso por lo que considero genial a Yooka-Laylee and the Impossible Lair.

 

La genialidad está en que podemos alterar el estado del libro y esto cambiará totalmente la fase e incluso su recorrido, dando acceso a nuevos coleccionables y secretos. Así, si conseguimos cambiar el cauce de un río para que moje el libro, encontraremos que el trazado ha cambiado y ahora hay agua. Si congelamos el agua, habrá nieve y hielo en el viejo escenario, y si conseguimos que le de el viento los molinos se volverán locos. Y esto sólo es el principio: echarle enemigos, miel, o electricidad son algunos ejemplos que cambian totalmente el escenario y multiplican la duración y experiencia del juego de forma tan inteligente como exponencial.   

 

 

Tonicos refrescantes

Si lo de poder cambiar los libros no te parece suficiente, Yooka-Laylee and the Impossible Lair incluye un buen puñado de formas de cambiar su jugabilidad mediante un viejo conocido: los tónicos. Estos los encontrarás en su mundo abierto, y algunos, los mejores, te harán sudar de lo lindo para conseguirlos. La buena noticia es que hay un montón y que tienen efectos sorprendentes en las zonas de plataformeo, donde puedes equiparte hasta tres tónicos -cuatro una vez hayas abierto todas las puertas de Lazlow- para superar estas fases. 

 

Los hay de tres tipos: beneficiosos, neutros y peligrosos. Los primeros disminuyen el multiplicador de plumas obtenidas, pero dan efectos tan interesantes como poder planear, aumentar la altura del salto o la capacidad de ataque, convertir a Yooka en un spider-camaleón capaz de trepar a toda velocidad o aumentar la dureza de Laylee para que permanezca con nosotros tras ser golpeados. Los dañinos aumentan el multiplicador pero ponen las cosas más difíciles aumentando el número y el tamaño de los enemigos, causando muerte al primer toque o incrementando la velocidad del juego y los enemigos. Finalmente los neutros no afectan al multiplicador y aplican distintos filtros al juego, ralentizan la experiencia, cambian skins y un porrón de cosas más.

 

 

Secretos por doquier 

Por si no fuera suficiente con los cambios en los libros y los tónicos, Yooka-Laylee and the Impossible Lair incluye un montón de secretos y sorpresas en sus dos formatos. En el primero, el mundo abierto, la recompensa suele ser en forma de cambios en los libros y tónicos que luego utilizaremos en el plataformeo, por lo que mola estar atentos, comprar pistas y explorar de forma minuciosa porque el escenario esconde muchas rutas y objetos enterrados. 

 

En el plataformeo las recompensas son de dos tipos: por un lado, plumas, con las que en el mundo abierto compraremos pistas y objetos, desbloquearemos tónicos y abriremos jaulas con jugosos objetos y llaves dentro. Por otro recibiremos monedas que necesitaremos para abrir las puertas que dan acceso a otras zonas del mapa y que están custodiadas por el personaje más cansino del mundo: la víbora Lazlow. A veces será útil equiparnos un tónico para conseguir las 5 monedas que ocultan cada fase -más las cinco de su transformación- por lo que prepraos porque tenéis juego para rato. 

 

 

En conclusión

Yooka-Laylee and the Impossible Lair triunfa y se saca la espina de la anterior entrega con un juego que es más bonito, más inteligente, mejor desarrollado y, en definitiva, genial. Su accesibilidad a todo tipo de jugadores permitiendo que te saltes las zonas más complicadas no está reñida con la dificultad y la posibilidad de ajustar el juego gracias a los tónicos, y a esto se une un diseño de niveles muy inteligente y un plataformas de calidad con una inmensa cantidad de horas para los amantes del género. 

 

Buena música, un aspecto precioso y un buen trabajo en diálogos y en el carisma de sus personajes acaban por conseguir un sólido notable para un juego que enamorará a los amantes de los plataformas clásicos con ese aliciente de mundo abierto cenital que, ahora sí, al fin, es un magnífico tributo a los 90 con un enfoque actual. Si echas de menos los plataformas de calidad con menos Souls y niños muertos y más peluches adorables y secretos, este es tu título. 

 

¡Nos leemos!

7.5

/ 10


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