Analisis Yakuza Kiwami ,PS4

Mucho ha llovido desde aquel 2006 en el que conocíamos la historia de Kiriu Kazuma y el resultado de un Ryu ga Gotoku -Project J- que se rebautizaba como Yakuza fuera de las fronteras niponas. SEGA lanzaba al mercado un juego con unas líneas que irremediablemente recordaban al tan querido Shenmue y partía esquemas con un título brutal con una historia muy potente y adulta que transgredía las líneas del RPG tradicional para presentarnos una auténtica peli de yakuzas reconvertida en videojuego gracias al trabajo de Toshihiro Nagoshi y su equipo. 

 

Con guión del maestro Hase Seishû, novelista de fama mundial especializado en las novelas de yakuza, y con una puesta en escena sacada directamente de la inspiración del maestro Seijun Suzuki padre de Marcado para Matar, película copiada por Jim Jarmush con tintes estadounidenses en The Ghost Dog, y creador del cine Yakuza con películas como La Juventud de la Bestia o El vagabundo de Tokio; Yakuza trajo una nueva forma de ver el videojuego en la que no faltaban esas fórmulas del cine de serie B perdidas en lo grotesco, lo mundano y lo absurdamente cotidiano. 

 

Doce años después de su lanzamiento en Japón y once de su llegada a occidente, Kiryu vuelve a vivir su primera aventura en un Kamurocho que copia fielmente el distrito de entretenimiento de Kabukicho en Tokio y que ahora luce mejor que nunca gracias al remozado de imágenes y animaciones y a un trabajo hecho desde cero en el que viviremos nuevas situaciones con interesantes cambios en la historia que hilan el lore de la saga con un resultado más que satisfactorio para el fan de la odisea yakuza por excelencia. 

 

 

La historia de Kiryu

La historia empieza con esa narrativa propia de Yakuza en la que nos movemos por el presente y el pasado en una serie de flashbacks que sirven para conocer a Kiryu Kazuma, teniente consejero de la familia yakuza Dojima, que se ve obligado a cargar con la muerte de su jefe, Sohei Dojima, para cubrirle las espaldas a su 'hermano de orfanato y familia', Akira Nishikiyama, quien sucede a Kiryu como nombre electo para formar su propia familia a las órdenes del clan Tojo. 

 

La aventura nos mueve así entre el pasado y el presente en su prólogo para terminar con los huesos de Kiryu en la cárcel mientras Nishikiyama funda su propia familia y traiciona al clan Tojo cerrando un pacto con la Alianza Omi -rivales del clan Tojo en la zona de Kansai- y desvelando el robo de 10 billones de yenes que incia una serie de luchas internas entre las familias del clan que aspiran el poder tras la muerte de Sohei y, porteriormente, Sera, el siguiente jefe de la familia Dojima. 

 

 

En este caldo de cultivo, en el que ha desaparecido un importante personaje que servía de nexo de unión entre Kiryu y Nishikiyama, Kiryu sale de la cárcel y se ve envuelto en una compleja trama en la que la ambición de la Alianza Omi se une a los planes de Nishikiyama y las peleas internas del clan Tojo. Para complicar aún más las cosas aparece una misteriosa niña en escena. Con la ayuda del detective Date Makoto y el enigmático informador 'El Florista de Sai', Kiryu avanzará en su búsqueda mientras las cosas se van complicando con la aparición de un clan de las triadas chinas y una trama de corrupción que alcanza hasta el gobierno de japón. 

 

En medio de este camino de una redención que ni siquiera corresponde a nuestro protagonista, Kamurocho se muestra como un distrito vivo plagado de actividades e historias que nos servirán para profundizar en la mentalidad de Kiryu, el código ético de la Yakuza y la forma de ser de las personas que visitan el distrito en busca de diversión, fama o una forma de abandonar su triste día a día. 

 

 

Más actividades, más historias y más de todo

Es en este punto, como siempre digo cada vez que hablo de la saga, donde Yakuza cobra toda su grandeza: restaurantes, casinos, bares nocturnos, cabarets, salones arcade y mil cosas más se dan la mano con las subhistorias de la gente, las misiones secundarias y las horas vagando por Kamurocho en busca de una nueva misión, un dato que se nos haya pasado por alto o un regalo para la hostess de turno.

 

Y en este sentido, Yakuza Kiwami ha sabido aprovechar su trabajo hecho desde cero para ofrecer no sólo un arco argumental principal más cerrado y profundo que su entrega original, sino también un gran puñado de actuividades que, sin llegar al nivel de locura de Yakuza 5 o Yakuza 0, sí que logra mantener el interés del jugador en una historia que puede durarnos horas o meses, según decidamos hacer la trama principal o sumergirnos en todas las posibilidades que nos dan el juego y las gentes que pueblan las calles de Kamurocho. 

 

 

Cantar en el karaoke, jugar al billar, echar una partida de dardos y competir en las pistas de Pocket Racing se unen a la posibilidad de jugar al UFO catcher, recrear combates de 'bichos' en los arcade con un videojuego de cartas protagonizado por bellas señoritas vestidas con escasa ropa, pelear en La Jaula de El Purgatorio, jugarnos los dineros en diversas actividades de los múltiples casinos, descubrir negocios ilegales en la vida nocturna de kamurocho, ligar con hostess, volver a ser discípulo de la escuela Komaki, jugar al shogi y al mahjong, batear en las jaulas de bateo, volvernos locos en el pachinko, jugar a los bolos y mil cosas más en las que no falta la presencia de BOB para darnos premios por completar retos del juego y una nueva actividad a manos del bueno de Majima Goro, que  no cejará en su empeño de combatir contra nosotros cada vez que nos lo crucemos por las calles.

 

Junto a esto tenemos las historias, submisiones de menor o mayor tamaño que vienen acompañadas de una divertida o profunda historia que nos servirá para ayudar a unos niños a disfrutar los videojuegos, desenmascarar varias estafas, enfrentarnos a varias organizaciones, ayudar a una joven cerillera, actuar de hostess, crear nuestra propia cadena de favores, ayudar a un hombre a lograr el amor de su... 'hija', conseguir un perrito para Haruka, encontrarnos con Majima Goro en situaciones muy divertidas y un sin fin de cosas más que iréis descubriendo según os sumerjáis en el trepidante ritmo de uno de los distritos más famosos del mundo.

 

 

También hay tollinas

Pero claro, esto es un Yakuza, y toca hablar de las tortas y de las formas de combate del bueno de Kiryu, que opta por la coherencia y continúa las claves de combate con varios estilos que en su momento implementó Yakuza 0 y que ahora afecta no sólo a la forma de combate de nuestro protagonista, sino también a la de Goro Majima en los múltiples enfrentamientos que tengamos contra él. 

 

Así, el sistema de combate sencillo del Yakuza original se convierte en algo mucho más complejo e igualmente gratificante en Yakuza Kiwami gracias a sus cuatro estilos de lucha: el clásico estilo Brawler con muchos movimientos nuevos, el estilo Bestial, dirigido a golpes contundentes y guardias insuperables, la velocidad del estilo Rush, centrado en golpes ligeros y rápidos, y los movimientos finales espectaculares del estilo Dragon.

 

 

Se abandona aquí el sistema de yenes de la precuela en Yakuza 0 y su superávit económico y volvemos a la subida de nivel por puntos de experiencia, que nos permitirá desbloquear movimientos y bonificaciones en varios apartados del combate a la vez que mejoramos nuestro estilo Dragón según vamos derrotando a Majima en los múltiples combates.

 

El resultado final es un combate intuitivo y tremendamente divertido que nos permitirá medrar en las calles de Kamurocho mientras pisoteamos cabezas de yakuzas, maleantes, chorizos y gente mala en general y nos divertimos usando movimientos que ganan en espectacularidad según subimos los niveles de energía Heat y Climax y aprendemos nuevas técnicas. 

 

 

¿Por qué comprarlo?

Yakuza Kiwami llega a PS4 con un precio reducido de 34,95 euros que es muy consciente de su papel de remake y de ese problema de incluír las voces en un magnífico japonés y los textos en un ni de lejos tan magnífico inglés. Una traba esto del idioma, sin duda, pero que una vez superada nos ofrece un potentísimo título que ofrece mucho, muchísimo más que otros juegos mejor valorados por la comunidad. 

 

Yakuza Kiwami es el regreso de la leyenda que nació hace doce años en Japón, un título con el que los que no conozcáis aún la saga podéis comenzar a entender la locura Yakuza que sufrimos sus seguidores, y con el que los que ya conocéis la saga podéis revivir su capítulo original con muchos añadidos que hacen que el juego no se sienta viejo ni repetitivo, sino que más bien sea una gozada recordar la vieja aventura y descubrir en qué ha cambiado la cosa. 

 

Lo recomiendo encarecidamente a los que disfrutáis con los juegos japoneses, lo absurdo, lo profundo y la sensación de perderos en un juego y comprobar todo lo que tiene por ofrecer. Le pongo un 8,5 porque es un título de notable que aspira al notable alto por su precio y por el mimo que han demostrado al ofrecer una experiencia que se siente nueva sin renunciar a la historia original. Si sois capaces de superar el tema del idioma y os tomáis un tiempo para profundizar en él, encontraréis un gran título con el que ir haciendo tiempo hasta el lanzamiento de Yakuza 6 el próximo 20 de marzo. 

 

¡Nos leemos!

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