Analisis Xenoblade Chronicles 2 ,SWITCH

No se me ocurre mejor manera para cerrar un año de lanzamientos excelentes en Switch que con Xenoblade Chronicles 2. El JRPG de Monolith Sof es el mejor de los tres Xenoblade Chronicles, el más afinado, el que tiene un combate más complejo pero también más rico y accesible, el que tiene la mejor historia, el que cuenta con los personajes mejor trabajados de la trilogía y el que ofrece el mundo de juego y el trasfondo más interesante. 

Xenoblade Chronicles 2 es un videojuego inteligente, es una tercera entrega que ha sabido conservar lo mejor de las dos anteriores pero puliéndolo todo bien. Ahí dónde había problemas, el estudio ha sabido valerse de ideas sacadas de Final Fantasy XV, VI y VII, de las serie Tales of e incluso de clásicos del manga. Hay mucho de One Piece, de Fullmetal Alchemist e incluso de Naruto aquí, y todo está perfectamente dispuesto para que disfrutes. 

Por supuesto que Xenoblade Chronicles 2 tiene problemas: la aparición de algunos elementos en pantalla solo cuando estamos cerca de ellos, problemas con la IA de nuestros compañeros que no siempre hacen lo que queremos, un gran número de misiones secundarias aburridas, cierta desincronización labial y, sobre todo, que quiere contarnos tantas cosas que a veces la narración se hace un lío, no sabe contarlo todo en orden y el ritmo se estropea hasta que todo se reordena para llevarnos de un arco argumental a otro. Pero todos esos detalles no son capaces de ensombrecer la grandeza de Xenoblade Chronicles 2, uno de esos videojuegos de rol japonés sobresalientes que tanto echabas de menos, tan puro con las raíces del género como consciente de lo que se necesita hoy de un videojuego de estas características. 

Nuestro papel consiste en encarnar a Rex, un buceador que en una de sus exploraciones se encuentra con la Égida, la Blade de las leyendas y que guarda un poder descomunal en su interior. La Égida, de nombre Pyra, le pide a Rex que la acompañe hasta el Elíseo. El mundo de Xenoblade Chronicles 2 está compuesto por un mar de nubes navegado por unos pocos titanes sobre los que se erigen las ciudades humanas, pero están viejos y se mueren. El único suelo firme auténtico que existe se encuentra en lo más alto del Elíseo, en la copa de un árbol inmenso al que nadie ha ascendido desde hace 500 años. Rex y Pyra tienen que descubrir si realmente en él se encuentra la salvación de su universo antes de que sea demasiado tarde.

Esta situación pone a los distintos reinos de Xenoblade Chronicles 2 en jaque, favorece la aparición de grupos terroristas y la construcción de un divertido viaje por su presente y por su pasado.

Me ha gustado mucho la historia de Xenoblade Chronicles 2 porque su trasfondo se vuelve más y más complejo a medida que avanzas por ella. Se nos detalla minuciosamente la relación de los pilotos con sus Blade, seres etéricos vinculados de por vida al humano a quien ayudan a combatir, con los titanes y con todo Alrest, el mundo de juego. Se usan esos 500 años sucedidos entre que ocurrió ‘algo’ y el presente en el que jugamos para preparar una buena colección de pasados para los reinos, los héroes y los villanos. Se tratan a fondo los problemas, deseos y miedos de cada territorio, y aunque todo lo que se refiere a la política se acaba resolviendo de una manera un tanto infantil, funciona muy bien porque es solo un detalle más de un tremendo entramado de cuestiones en el que el juego te sumerge. 

Os recomiendo que leáis lo menos posible sobre ella, porque está llena de giros inesperados, de sorpresas y de momentos que os encantará disfrutar. Es cierto que acaba transitando por senderos que ya conocemos de Kingdom Hearts y de todas las otras producciones niponas que he mencionado en la introducción, también que abusa de presentar una peculiaridad de su mundo de juego primero y, a la escena siguiente, hacernos vivir una situación que la tiene como protagonista, lo que hace que cuando te des cuenta de esto ya veas venir lo que va a ocurrir. Xenoblade Chronicles 2 no tiene una narrativa perfecta, lo que se descubre cuando el juego quiere dejar atrás los problemas de sus reinos, de sus Blades y de otros tantos temas para dirigirnos a su conclusión, porque se hace un lío; pero todo está puesto ahí con tanto mimo que al final da igual, porque lo disfrutarás de todos modos.

Esta estupenda historia se complementa con unos personajes que adorarás. Hay mucho drama en Xenoblade Chronicles 2, pero está mucho mejor controlado y trasladado al jugador que en Final Fantasy XV y en Persona 5. La clave para lograrlo está en la calma que el juego se toma para dejarnos conocer la auténtica personalidad de sus protagonistas; no lo hace de manera brusca, Monolith Soft no abusa de la típica cinemática lacrimógena para verla y convertir a sus protagonistas en grandes amigos de un momento a otro; se toma su tiempo, y se agradece un montón que lo haga. Del mismo modo que tengo pegas con su manera de contarnos su historia, solo tengo buenas palabras para cómo se han escrito sus protagonistas.

Con un relato que funciona, hay que hablar del otro elemento crucial de un JRPG: su combate. Ya en el avance hablé de lo mucho que me gustó tras jugar las primeras 14 horas. Ahora, con esa cifra multiplicada muchas veces, sigo admirando el buen trabajo realizado aquí. 

Las batallas de Xenoblade Chronicles 2 empiezan capturando nuevos Blades. Estos te conceden una colección de habilidades que ejecutar, una clase, un elemento (luz, sombra, hielo, fuego...) y tus estadísticas de ataque, vida y defensa. Cuando empezamos a jugar podemos llevar solo a uno, pero a medida que avanzamos podemos recoger más e intercambiarlos en tiempo real durante el combate, tanto nosotros como nuestros aliados. 

La clave de Xenoblade Chronicles 2 es hacer ataques normales, cancelarlos durante su ejecución y convertirlos en una habilidad especial ejecutada por nuestro Blade. Cuando realizamos varios podemos usar un especial de un elemento determinado. Si impacta contra el enemigo, se inicia una cadena. El siguiente especial ha de ser infligido por otro elemento, y así hasta hacer una serie de tres. Estos especiales pueden ser realizados por ti o por un compañero de tu party. Cuando completas la triada de golpes se le añade un orbe a tu rival del elemento del último ataque. Cuando le has metido varios, tienes que activar una cadena de combos para romperla y así acabar de macharle. Fácil y sencillo.

Contado así parece muy complejo, sobre todo porque mientras haces todo esto tienes que preocupar de que el valor de rabia sea mayor en tu tanque que en tu DPS o en tu healer, porque es lo que determina a quién ataca el anemigo. Necesitas que el índice de bloqueo de tu Blade sea suficientemente alto para prevenirte contra los peores ataques, etc, etc, pero lo que se consigue con todos estos elementos es que te preocupes, siempre, de conseguir realizar el combate perfecto. Las batallas de Xenoblade Chronicles 2 te obligarán a pasar mucho tiempo en los menús, rebuscando para conseguir el mejor equipo, configurar a tus tropas y mejorarlas. 

Cuando combatas no puedes hacer lo que quieras. Olvídate de los juegos de aporrear botones, esto va de planificar una estrategia antes del combate y reproducirla tal cual, comprobar en qué falla y mejorarla para el siguiente encuentro. En mi opinión, es el mejor sistema de combate que he probado este año y el mejor que he disfrutado en mucho tiempo. Es adictivo, es cruel con el que no se ha enterado de sus dinámicas, pero también se esfuerza en explicarte cómo sacarle todo su partido. Siempre que llegues a una ciudad te encontrarás con un ‘informante’. Si le pagas, te dará consejos sobre cómo aprovechar a tu favor cada una de sus variables. El combate de Xenoblade Chronicles 2 es bueno porque es complejo y porque no deja de crecer contigo hasta el final de la aventura. No te toma por tonto, te desafía y es apasionante. No os preocupéis si no lo entendéis todo al principio, os hemos hecho esta guía para que lo entendáis mejor.

Además de unos excelentes combates y una muy buena historia, Xenoblade Chronicles 2 también tiene mucha exploración. Aquí hay que hacer un inciso que dividirá a los apasionados de sus anteriores capítulos. Para poder ofrecer una trama más rica y controlada, así como una formación para el combate que sí consigue que aprendas a jugarlo, se ha reducido la extensión de los mundos de juego en relación a los otros dos juegos. Sigue habiendo mucho que recorrer, muchas esquinas que transitar, tesoros que encontrar y lo mejor: monstruos únicos con nombre propio que te pondrán las cosas difíciles en el endgame, pero no es tan abierto desde el principio como los otros dos. Esto no es un punto negativo, yo lo prefiero así porque ser más lineal le ayuda a ordenar su qué y su cómo. Más adelante el juego se abre más, pero al principio notarás esta diferencia.

Es también una pena que no se hayan trabajado más las misiones secundarias. Acabamos siendo recaderos y yendo de un punta A a otro B porque somos seres bondados que queremos ayudar. Como recompensa, eso sí, colaboraremos a que las ciudades crezcan y prosperen. Al hacerlo, los vendedores nos entregarán mejor equipo que necesitaremos para enfrentarnos a los peores rivales. También conoceremos más del rico trasfondo del juego y, de vez en cuando, se nos obliga a tomar decisiones que piden nuestra opinión sobre el valor y la utilidad de una guerra.

Técnicamente, el juego presenta un acabado artístico muy bueno e inspirado combinado con algunos modelados de baja calidad, alguna que otra animación robótica a la que ya estamos acostumbrados en la saga y bastante repetición de enemigos. Xenoblade Chronicles 2 no destaca en lo gráfico, pero sí en sus diseños y en su banda sonora, que es sublime. Además, los personajes son tan adorables y su mundo es tan creíble que te gustará el conjunto de lo que se te muestra, aunque tenga sus más y sus menos.

Como decía al principio del análisis, Xenoblade Chronicles 2 no es perfecto, pero casi. Falla en el comportamiento de nuestros compañeros en algunos momentos cruciales, falla en pequeños detalles de su narración y falla en aspectos técnicos que podrían estar más cuidados, pero qué más da. El trabajo de Monolith Soft es sobresaliente, sabe ser un JRPG clásico sublime y también un soplo de aire fresco para el género. Sabe extraer lo mejor de sus congéneres, contarnos una historia atractiva, un combate maravilloso y lograr que nos enamoremos de sus personajes, que suframos con ellos y que ríamos a su lado. Eso es Xenoblade Chronicles 2, es a lo que tiene que aspirar todo JRPG y hacía mucho que no me encontraba con uno que lograra hacerlo tan bien.