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Analisis Wreckfest ,PS4

¡Bum! ¡Crash! ¡Pum!
Viernes 23 de Agosto de 2019 por Rafa del Río

Tras un acceso anticipado que se hizo eterno y un año de su lanzamiento final en PC, Wreckfest llega a Xbox One y PS4 con un resultado altamente satisfactorio. Sin redes sociales inventadas ni cinemáticas contándote tu vida, los chicos de BugBear ofrecen una experiencia de juego tan honesta como divertida que huele a velocidad, gasolina, goma quemada y acero oxidado al rojo vivo. 

 

 

Aquellos maravillosos años

Wreckfest es una de las propuestas más gratificantes y honestas que he tenido el placer de jugar esta generación. Un título que nos devuelve a esa maravillosa época en la que, tirados en el suelo de nuestra habitación, jugábamos a chocar coches entre sí, hacerlos saltar sobre una rampa improvisada o, directamente, ponerle un par de petardos y hacerlos estallar en el patio u obligarlos a cruzar sobre una barrera de fuego hecha con colonia, un mechero y dos fines de semanas sin ir al parque como castigo.

 

Justo eso es lo que ofrece Wreckfest: destrucción sin sentido, choques alucinantes y trozos de coche volando por todas partes junto a neumáticos, barreras y demás elementos del paisaje. Si tuviste la suerte de disfrutar los buenos tiempos de Stunt Racer, Destruction Derby y Big Red Racing entenderás la filosofía. Esto va de volver a ser críos jugando con los coches, de flipar con los bum, los crash y los pum. En ese sentido, Wreckfest funciona realmente bien. 

 

 

De vuelta en la pista

BugBear vuelve a hacer lo que mejor sabe, y lo hace quitándose de encima todas las luces, el brilli brilli y las excusas de FlatOut. Wreckfest comienza de forma directa y al grano, planteándonos algo tan sencillo como buscar una partida online, montar nuestra propia competición o jugar al modo trayectoria. Éste último es el equivalente al modo campaña, donde iremos ascendiendo de categoría según vamos sumando puntos en las distintas competiciones que nos ofrece.

 

Y ojo, porque las competiciones del modo Trayectoria no son precisamente pocas. Cinco categorías, desde la amateur hasta las competiciones mundiales, nos plantearán suficientes retos como para pasar lo que queda de verano prendiendo fuega a la carretera con nuestros neumáticos. Las carreras tradicionales se unen a las carreras de destrucción, los rallies con distintos tipos de terreno, las carreras 1on1, y los campos de batalla para poner a prueba nuestro control del vehículo bajo diferentes circunstancias. Lo mejor, sin duda, son los retos. Una serie de pruebas que nos invitirán a cosas tan locas como vencer en una carrera de sofás motorizados en una pista 8, destruir varios vehículos a bordo de nuestra cortacesped o sobrevivir una carrera de destrucción contra multitud de autobuses al volante del Reliant Robin de Mr. Bean. 

 

 

Locura y adrenalina a tope

La multitud de situaciones de Wreckfest se apoyan en una gran cantidad de vehículos de todo tipo, algunos realomente locos y casi todos personalizables a tope. Podremos personalizar nuestro vehículo mejorando sus componentes para optimizar su rendimiento, montar piezas más solidas en la carrocería para aumentar su blindaje y posibilidades en batalla, y mejorar su aspecto con distintas capas de pintura, nuevas llantas, capó, techo y un largo etcétera. 

 

En lo que respecta al garaje, no alcanza el número de los últimos juegos del género, pero funciona de sobra con una amplia cantidad de vehículos con un control específico que se nota muy diferente entre sí. Coches compactos, muscle cars, low rides y monstruos de la carretera se dan la mano con minivans, vehículos familiares y esos otros tan locos de los retos. Para terminar, podemos optimizar el rendimiento del coche antes de cada carrera ajustando los frenos, los neumáticos, la potencia y la amortiguación para ajustarnos al tipo de terreno y las necesidades del trazado.   

 

 

Let's get physical

Modos de juego, carreras y coches a un lado, Wreckfest funciona gracias a su filosofía y a un motor de físicas que cumple sobradamente. De primeras es posible notar los coches más pesados que lo normal, con gran tendencia al culeo y el subviraje, pero justo eso es lo que persigue BugBear, que consigue una solidez y una contundencia en carretera que justifica de sobra el goce de colisionar una y otra vez con los competidores. Más allá de eso, los efectos de las colisiones sobre los vehículos se sienten de maravilla en un momento en el que el género huye de los destrozos sobre los vehículos de marca licenciados. 

 

Estos efectos de las colisiones van más allá de lo visual y afectan a distintas dinámicas de la conducción, lo que aporta un alto componente de estrategia en carrera. Una rueda doblada afecta seriamente al control, un árbol de levas roto retrasa el cambio de marchas, una avería del motor tiene un efecto negativo en la aceleración, y la pérdida de fluidos puede dejarnos sin frenos en medio de la carrera. Estos efectos funcionan tanto en nuestro vehículo como en el de nuestros rivales, lo que hace que en ocasiones compense tomarse un tiempo en golpear los vehículos de los enemigos y provocar colisiones múltiples para contar con ventaja en la carrera.

 

 

Se ve bonito

La versión probada, en Xbox One X, se ve de lujo, mucho mejor de lo que esperaba. Sin llegar al nivel de Forza Horizon 4, Wreckfest pone en juego un aparato visual más que sólido al que acompaña una gran fluidez de control en carretera y una banda sonora, en ocasiones machacona, que aún así se ajusta de lujo a las distintas competiciones en las que tendremos lugar. 

 

A pesar de la gran cantidad de vehículos y elementos destruibles en carretera no he notado ningún bajón de frames, aunque sí que se notan fallos en la iluminación en algunas pruebas, especialmente en las que llevamos a cabo a lomos del cortacesped y en los destruction derby. Otro elemento que destaca poco son las explosiones, que funcionan sin grandes pretensiones, pero el resultado general es notable, con algunos momentos sobresalientes. 

 

 

Veredicto

He dejado el modo online para el final porque lamentablemente es el que menos he podido probar por la escasez de servidores al estar el juego aún pendiente de lanzamiento. Afortunadamente, tras tres competiciones completas, puedo decir que es lo mejor que tiene Wreckfest con diferencia. Así como en el modo trayectoria llega un momento que tienes el coche chetado y es fácil ponerse en cabeza con lo que la competición pierde su gracia, en el juego online la cosa cambia completamente. Los choques y el juego sucio 'legal' hacen que competir con otros jugadores sea una gozada, tratando de echarlos de la carretera o quedando fuera tras colisionar y perder a 'la manada'.  Eso sí, en una partida tuve al típico jugador 'gracioso' que fue a contramano para colisionar de frente con el resto de jugadores. Un cansineo, aunque no es lo más normal. 

 

En resumen, Wreckfest funciona de lujo gracias a su propuesta de juego. No tiene cinemáticas, perfiles de redes sociales ni historias, y es justo por eso por lo que es tan recomendable para los jugadores que buscan acción sin complejos y un enfoque más retro del género. Pistas con varios trazados, ollas de choque, trazados en ocho y otras barbaridades deliciosas hacen de Wreckfest una opción fresquita y tremendamente divertida para todos aquellos que busquéis un buen juego para ese rato en el que no te apetece entrar a mayores y quieres echarte unas risas con los amigos. 

 

¡Nos leemos! 

8

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