Analisis Wingspan ,PC,SWITCH

Wingspan es un juego diferente cuanto poco. Y es que detrás de ese precioso colorido y esos pajaritos que atraerían a cualquier amante de la ornicultura, Wingspan esconde unas mecánicas complejas y una curva de aprendizaje que te harán sentirte como la primera vez que te explicaron un juego de cartas competitivo cuando eras un niño acostumbrado a reglas mucho más simples. 

 

 

Lo primero que te preguntarás al iniciar Wingspan es… ¿qué tipo de juego es este? ¿Un juego de gestión en el que debo luchar por tener mi reserva natural de pájaros? ¿Un competitivo a varias bandas? ¿Un simulador centrado en la relajación y meditación? Tuve que jugar a su tutorial, completamente en inglés, para poder comprender realmente qué es lo que tiene que ofrecernos este este popular juego de mesa adaptado a videojuego. 

 

 

Wingspan, a diferencia de otras adaptaciones del mismo género, no se limita a mostrarnos un tablero en pantalla y explicarnos las reglas del juego de mesa, si no que traslada sus diferentes conceptos a varias pantallas cuidadosamente ilustradas para sumergirnos en el mundo de los santuarios avícolas y el cuidado de los diferentes pájaros. Una de sus grandes ventajas a medida que vamos jugando es que aprenderemos mucho sobre las diversas particularidades reales de las aves que conformarán nuestro aviario. 

 

No entraré en los pormenores de cómo jugar a Wingspan ya que este tema daría para rellenar una extensa guía de juego al respecto (el título está lleno de capas, mecánicas complejas y pequeños detalles de jugabilidad que me obligaron a sentarme durante varias horas hasta poder ubicarme dentro de una partida), pero sí que os contaré las sensaciones que genera jugar a un título tan hecho para relajarse y disfrutar jugando. 

 

 

El protagonista principal de este juego de cartas son los pájaros: cada carta representa a uno de estos animales y el cuenta con su propio hábitat, zona de cría, alimento que necesita para crecer, cuántos huevos pueden poner y una habilidad que se activa si utilizamos el recurso del hábitat donde se encuentran. Todo ello aparece representado con un precioso dibujo que imita a las acuarelas tradicionales del ave con una descripción real.Así, queda muy claro que cada pájaro es diferente y que tenemos que saber combinar bien sus habilidades si queremos obtener los puntos suficientes para ganar. De esta forma, la dirección artística y musical se enlazan para crear un conjunto muy relajante, muy atractivo y sobre todo cuidado al detalle para mostrar los diferentes hábitats en los que viven los pájaros y sus costumbres. 

 

Otro de los conceptos del juego son los hábitats: existen tres hábitats diferentes que nos proporcionan recursos que necesitaremos para progresar en nuestra partida. Cada hábitat tiene cinco casillas que podemos rellenar con diferentes pájaros. Cuantos más pájaros tengamos en ese entorno mejorará nuestra recolección del recurso que otorga. Sin embargo, también será más caro colocar un nuevo pájaro allí. 

 

 

En nuestra partida disponemos de una baraja de cartas con los diferentes pájaros y otras cartas que representan diferentes objetivos para cumplir. Los pájaros necesitan alimentos específicos para ser jugados y para obtenerlo tenemos que recoger el recurso del bosque a través de una tirada de 5 dados que otorgan alimento aleatorio. 

 

Como podéis ver, es un juego muy bonito, pero también muy confuso. 

 

El primer pájaro de cada hábitat solo nos pedirá su coste por alimento, pero a partir del segundo necesitamos huevos para que nazcan los nuevos pájaros. Los huevos los podemos obtener de la pradera y pueden ponerse sobre los espacios de huevo que tiene cada pájaro que ya hemos jugado. Por último, la ribera nos permite robar nuevas cartas para obtener nuevos pájaros para jugar. 

 

Cada vez que obtenemos los recursos de un entorno activaremos algunas habilidades de los pájaros que habitan allí. Con todo esto en mente nuestro objetivo es ganar más puntos que nuestros rivales lo cual es complicado teniendo en cuenta que casi todo en este juego da puntos: desde los pájaros, los huevos extra, el alimento acumulado hasta los objetivos en carta que cumplamos. Además cada ciertas rondas existen unos objetivos compartidos entre jugadores que reparten sus puntos dependiendo del progreso de cada uno sobre ese objetivo. 

 

 

Por mi experiencia, era la primera vez que jugaba a Wingspan y he quedado satisfecha, es un juego bonito y que adapta perfectamente a su homónimo de mesa. Nunca creí que un juego de cartas podría enseñarme tantísimo sobre pájaros, costumbres y hábitats.  

 

Si te apetece aprender a jugar a este juego o buscas un videojuego relajado y educativo, Wingspan es una buena carta a la que jugar. 

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