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Analisis White Day A Labyrinth Named School ,PS4

Un juego interesante de -poco- terror coreano
Viernes 29 de Septiembre de 2017 por Rafa del Río

¿Cómo te enfrentas con un juego que no acaba de cumplir bien con su género pero destaca en otros aspectos? ¿Lo condenas al ostracismo? ¿Alabas sus puntos fuertes obviando lo que no funciona? ¿O te limitas, simplemente a decir lo que funciona y lo que no? Esa es la tesitura que me plantea White Day: a Labyrinth Named School, un juego que funciona en algunos aspectos de manera más que sólida, pero que falla en su género de terror con el remake de un título al que ya se le notan las primaveras. 

 

White Day: a Labyrinth Named School es el remake de uno de los grandes clásicos de terror de Sonnori, lanzado en 2001 en PC. Posteriormente, ROI Games lanzaría un remake en la misma plataforma en 2015, y otro en Plasytation 4, el que nos ocupa, que nos llega en septiembre de 2017. Como es de esperar, el juego mantiene las claves del clásico de un género que ha evolucionado mucho en la última década y media y al que el uso del motor Unity no acaba de hacer justicia. 

 

 

Bienvenidos al instituto Yeondu

White Day: a Labyrinth Named School nos pone en la piel de Hui-Min Lee, un joven estudiante de instituto recién llegado al que le une una extraña relación con So-Yeong Han, la chica popular del instituto de la que nuestro protagonista está enamorado. Tras una intro con momento creepy en el que nuestro protagonista espía a la chica y deja clara sus intenciones amorosas al espectador, el juego empieza con el instituto, de noche, y Hui-Min en su interior

 

El objetivo de nuestro protagonista es claro: entrar en su clase y dejar el diario que So-Yeong ha perdido por la mañana al salir de clase en su casillero junto a unos bombones que Hui-Min ha comprado para declarar sus sentimientos a la chica. Sin embargo, lo que parece una misión 'romántica' sencilla pronto se complica con la aparición de otras dos compañeras, Ji-Heyon Seol y Seong-Ha Kim. Las chicas nos explican que hay que tener cuidado con el conserje, quien castiga duramente a los alumnos que se cuelan de noche en el centro. Unos segundos más tardes, comprobamos con nuestros propios ojos cómo golpea hasta la muerte a un alumno y lo arrastra hacia su despacho.

 

 

Comienza así una aventura en la que tendremos que seguir los cánones más puristas del Survival Horror impuestos por Resident Evil en su momento. Buscar pistas, resolver puzzles e ir logrando acceso a las diferentes zonas del instituto según vamos encontrando llaves, sellos y determinados objetos que nos ayudarán en la búsqueda. No faltan los objetos necesarios para guardar partida -en este caso un rotulador con el que escribimos en unas fotos en los tablones de anuncio- ni las carreras arriba y abajo del edificio principial y los terrenos colindantes. 

 

 

En la senda del Taoismo

Puede que White Day: a Labyrinth Named School muestre achaques por la edad, pero a la vez oculta un profundo submundo que se inspira directamente en las bases del Taoismo, una mezcla de filosofía y religión tradicional china que se remonta al siglo IV a.C. y que está muy rlacionada con elementos como el Feng Shui, el Wu Xing y la energía Qi o Chi

 

White Day toma las bases de la religión y otorga gran importancia a estos elementos con un cuento de fantasmas que escarba en el acerbo popular oriental con la presencia de figuras de la cultura china, el shinto japones y las leyendas coreanas. Así vemos la importancia del Feng Shui como detonante de la posesión del instituto por su mala localización y arquitectura, lo que rompe el Chi de la zona, muy en la base de las teorías de las líneas energéticas o líneas ley de Alfred Watkins. O la presencia del Wu Xing y el uso de los cinco elementos de la metafísica china -madera, fuego, tierra, metal y agua- en el desarrollo de la aventura con una suerte de momentos que, al princpio, lograrán sorprendernos. 

 

 

Junto a esto tenemos a toda una mitología propia que auna los fantasmas coreanos -Gwishin-, los espectros japones del submundo yumi -yokai- y las almas en pena chinas -kuei-. Encontramos en el juego una versión del Gwishin 'La Martir' Yoo Kwan Soo, mujer torturada en prisión hasta la muerte; las hanako japonesas, espíritus del baño también presente en la mitología coreana, o la Mul Gwishin o espíritu del agua, pura nayade en versión fantasma. Destaca Jayuro Gwishin, el homólogo coreano de El Fantasma de la Curva occidental, que aparece de vez en cuando para darnos un susto en los pasillos de la escuela, lejos de su 'coto de caza', la autopista.

 

No abrir el armario de noche, no mencionar el nombre de un fantasma frente al espejo, no pasar la noche en el baño del instituto y demás leyendas urbanas conforman parte de la parte más interesante del juego, que despierta nuestro apetito por la mitología oriental más terrorífica. Dokkaebi o poltergeists se dan la mano con Dal Gyal Gwishin o espíritus sin rostro, un rostro que nos acompaña en los primeros compases del juego y que parece pertenecer a Cheonyeo Gwishin, 'el fantasma de la coreana virgen', el Gwishin del estudio de grabación, al que conoceremos pronto, y por supuesto, la Sadako de Park Eun Suh en The Ring.

 

 

Puede parecer una gafapastada, pero es aquí donde radica la mayor bondad del juego, en esta serie de historias de fantasmas que vamos recopilando poco a poco y que nos muestra un mundo esotérico más allá de nuestro conocimiento occidental. Sin duda, a muchos de los amantes de los cuentos de fantasmas extranjeros les recordará al manga Encrucijada Mágica, al libro Fantasmas y Samurais de Okamoto Kidô, o las mil películas coreanas de terror de como Febrero 29, Bushinsaba, Examen Final, The Ring y, por supuesto, Whispering Corridors, película de fantasmas escolares a la que el juego hace más de un homenaje. 

 

 

¡Pero háblame del juego!

White Day: a Labyrinth Named School se muestra como un título de aventuras en primera persona que quiere ser Survival Horror pero que a día de hoy flaquea ante juegos como Residente Evil 7 u Outlast 2. Con un enfoque más amable y un aspecto visual mucho más humilde, el juego de ROI Games destaca en algunos momentos en lo que respecta a los sustos con imágenes que parecen sacadas de la mente desquiciada y grotesca del dibujante Suehiro Maruo

 

Respecto a la jugabilidad, nos encontramos con un juego que muy bien podría haber inspirado a títulos posteriores como Amnesia -de regalo este mes de octubre con el Plus- y la primera entrega de Outlast: Vista en primera persona, una criatura temible que nos persigue, susurros en las esquinas y la necesidad de optar entre usar nuestra fuente de luz y correr, revelando nuestra presencia, o bien andar agazapados y a oscuras, perdiendo quizá un objeto importante en nuestra aventura.

 

 

De regalo, eso sí, tenemos un alto componente de aventura con la aparición de varios personajes, compañeras de clase de Hui Mi Lee, que nos invitarán a realizar varias submisiones para avanazar en la trama. Cabe destacar que el menú de diálogos es bastante sencillo, con dos opciones que afectan poco o nada a la conversación y con una traducción que deja mucho, pero mucho que desear. Para terminar este campo, a lo largo de la aventura nos encontraremos con una serie de situaciones que nos obligarán a actuar con rápidez y resolver puzzles, explorar y adivinar lo que necesitamos hacer a contrarreloj, del éxito o fracaso de estos retos dependerán los diversos finales que podemos lograr en el juego. 

 

 

¿Personalmente? me gusta

Graficamente funciona aunque no sorprende, se le notan los años, y la traducción es mala. Por otro lado, los efectos de sonido y las músicas, unos rasgueos de música tradicional coreana que ambientan a la perfección los momentos más tensos del juego, funcionan de maravilla. La historia no es gran cosa, pero los cuentos, rumores, noticias y fantasmas que encontramos a lo largo del juego son un plus de agradecer a la altura de su ambientación y de optar por un encuadre que hacía tiempo que no disfrutábamos. 

 

White Day: a Labyrinth Named School reune la tradición de juegos como Kuon, Fatal Frame -Project Zero- y Clock Tower para traernos una aventura que, en su momento, supuso todo un hito en el género de terror. Le ponemos un 7 porque es un juego que alterna un desarrollo interesante con momentos notables y algunas cosillas que apenas pasan del suficiente. Si os gustan los Survival Horrors modernos, hay mejores opciones en el mercado, pero si os va la mitología occidental y los cuentos y animes de fantasmas escolares, váis a encontrar un producto que os va a agradar y que encima cuenta con una jugabilidad muy atractiva.

 

¡Nos leemos!

7
/ 10

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