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Analisis Unravel ,PC,PS4,XONE

Lo más bonito, pero poco más.
Miercoles 10 de Febrero de 2016 por Víctor Junquera

Hay muchos casos a lo largo del año del videojugador en los que se hace más o menos evidente que el hype tiene una gran base en la forma y el momento de presentar un juego, y es casi tan importante como el juego en sí y lo que puede llegar a ofrecer. Unravel es un caso clarísimo de este efecto de buena presentación, de la importancia de tener un buen espacio en una gran conferencia (EA, E3 2015) y de saber cómo mostrar tus cartas para que parezcan una mano ganadora sin serlo.

 

Entra por los ojos, la virtud más evidente de Unravel.

 

Las cartas de Unravel en este caso son ese apartado gráfico ultrarrealista que ya es parte del atractivo de los juegos de Electronic Arts, el adorable muñeco de lana D.I.Y. Yarny, y la promesa de reflotar sentimientos por la familia y esos lazos que han de seguir unidos. Una promesa, dicho sea de paso, que no se cumple del todo y deja al juego prácticamente centrado sólo en lo que es, un plataformas con encanto que se queda escaso muy pronto.

 

Unravel nos lleva a acompañar a Yarny a lo largo de una decena de fases en las que buscar la forma de avanzar a través de ciertos puzles de físicas empujando o tirando (o en contadas ocasiones creando poleas) de objetos del escenario, utilizando la lana que es a la vez 'arma' y 'vida' de Yarny. A medida que avanzamos por el nivel, la lana que compone el propio cuerpo de Yarny se va agotando hasta llegar a un punto en el que ya no se puede avanzar más. Por el camino, hay que encontrar ovillos con los que reponer esa 'vida' de Yarny, y no todos están a la vista, así que toca utilizar el 'arma' del protagonista, que es la propia lana a modo de liana que lanzar a ciertos puntos para engancharla, trepar por ella o crear puentes.

 

Muy buen trabajo con la animación y expresividad de Yarny.

 

Y todas y cada una de las situaciones que propone Unravel son de un diseño inteligente, aunque no hay nada excesivamente complejo y en alguna que otra situación avanzar es más una cuestión de ensayo y error, y otro par de situaciones que haya podido comprobar pueden llevar a callejones sin otra salida más que la de reiniciar el nivel (por permitir avanzar hasta un ovillo fuera de su orden normal).

 

El aspecto no lo es todo (ni en los videojuegos ni en la vida, faltaría más), pero Unravel deja prácticamente todo su encanto en manos de esa apariencia 'heartwarming', de su adorable muñeco de lana cambiando su animación a una mucho más alegre al acercarse al final de un nivel o pasándolo mal bajo la lluvia o la nieve, y consigue llegar tanto a través de esas animaciones y de una muy bien conseguida expresividad como de la banda sonora, pero no tanto a través de lo que cuenta ni de cómo lo cuenta.

 

Enganchando la lana a ciertos puntos se crean lianas, puentes, y hasta se atan puertas para que no se cierren.

 

Claro que de haber hecho más hincapié en esos sentimientos que quiere transmitir, se habría resentido el ritmo de juego y las posibilidades de rejugabilidad hubiesen hecho aguas, pero sin ese énfasis Unravel se queda sencillamente en un plataformas decente (ni mucho menos notable) con el aliciente de ser muy, muy bonito. Un plataformas cuqui que, eso sí, está bien lejos de llegar a la grandeza de su compañero de género (de plataformas y de lana) Yoshi's Woolly World.

 

Porque sí, si nos centrásemos sólo en 'los gráficos', en cada captura de pantalla que deja algo digno de fondo de pantalla, Unravel es de lo más 'next-gen' que se ha podido ver hasta el momento, llega a través de los ojos y es indudable que es un factor importante, pero no consigue destacar más allá de eso. Conseguir los cinco coleccionables repartidos por cada fase se convierte en el único aliciente para la rejugabilidad de Unravel y sólo unos pocos de esos coleccionables suponen un reto algo más complejo (más de observación que de habilidad), y cuando no hay mucho más que hacer tras 4-5 horas, llega el sabor a oportunidad desaprovechada.

 

Mejor nieve que el Battlefront.

 

No quisiera que se malinterpretase el tono negativo por ese desaprovechamiento, Unravel es un buen juego, uno más que decente teniendo en cuenta sus mayores virtudes y que poco falla en lo que propone. Se deja disfrutar, es inevitable sonreir al jugarlo y hay que reconocer el mérito a EA por apoyar tanto un proyecto pequeño con tanta ilusión detrás, pero Unravel no es el juego que cumplirá con todas las expectativas generadas por aquella presentación, y apunta a ser recordado, como mucho, por ser extremadamente bonito.

7
/ 10

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