Analisis Travis Strikes Again: No More Heroes SWITCH

Travis Touchdown está de vuelta. Suda51 se ha animado a devolvernos este 2019 un título que todos los fans de los videojuegos independientes pedíamos: esa aventura irrevererente, satírica y enormemente nihilista que es Travis strikes again.  

 

Pero… ¿está a la altura de los anteriores? ¿Ha conseguido arrancarme una carcajada? ¿Me ha hecho petar el cerebro? Pues… más o menos. Dejadme que me recoloque bien, intente ordenar todas las emociones y las ideas que me ha generado este juego y que os lo cuente por orden, aunque no va a ser fácil.

 

Antes de nada, un poquito de contexto

 

 

Los que no conozcáis la famosa saga de Travis, debéis saber que esta apareció en el 2008 y rápidamente se hizo famosa por su tono irreverente y su humor ácido que rompía con todos los tabús y las reglas de estilo del momento. En el primer juego encarnabas la figura de Travis, un hombre que quería ser el mejor asesino del mundo. Para ello, entra en un ranking en el que para ascender debía ir matando al resto de los asesinos (que eran los bosses del juego y una de las joyas de este primer título).

 

En la segunda entrega, Travis volverá a enfrentarse con nuevos asesinos con ese toque picante y desenfadado que le caracteriza. Todo ello, además,  aderezado con una narrativa innovadora, un humor muy descastado y degenerado y muchos chistes que hacían referencia a la cultura gamer y otaku.

 

 

Ahora Travis Touchdown vuelve a la acción nueve años después de No More Heroes 2 con un juego que huele un poco a las anteriores ediciones pero que ha perdido parte de su espíritu radical y agresivo que lo hacían una ida de olla tan deliciosa de disfrutar con una coronita en la mano, el mando en la otra y nada más encima que una camiseta vieja. Para introducir ligeramente a los jugadores en la escena en la que nos situamos, Travis Strikes again cuenta con una cinemática inicial en la que se muestra cómo el propio protagonista se encuentra con un enemigo que busca venganza.

 

Lo siguiente que sabremos es que estamos en el interior de un videojuego, atrapados en la Death Drive Mark II: una consola creada por el Dr. Juvenile que maldice a todo el que intente jugarla con atraparle dentro. Meta dentro de meta. Brutal. Ya nos ponemos situamos en el núcleo de la acción.

 

Cómo es el juego

 

Antes de nada, tenemos que avisaros que Travis strikes again no es el No more heroes que estábais esperando. Es un juego de acción en el que podemos elegir si queremos jugar como Travis o como Bad Man (el padre de la chica a la que Travis asesinó hace muchos años) en el interior de un videojuego cutre y de bajo presupuesto que va cambiando de modos conforme vamos avanzado. Sin embargo sus mecánicas se mantienen constantes: es un hack n slash en el que puedes defenderte con una espada láser y un puñado de habilidades muy grandilocuentes de los enemigos randoms que van apareciendo.

 

Al comienzo del primer nivel podremos familiarizarnos con el movimiento del personaje, su facilidad de manejo y lo rápido y bien que reacciona a todas nuestras órdenes. Los enemigos que aparecen no suponen una gran dificultad ni tienen la IA mejor configurada del mundo. De hecho, hasta van vestidos con un traje de captura de movimiento (traje que se ponen los actores de entornos 3D para grabar los movimientos de una serie de puntos y que luego se traslada a los modelos 3D ya terminado) rotos y bastante cutres para hacer referencia a lo cutre que es la propia Death Drive Mark. De hecho, continuamente a lo largo del juego realizan numerosos chistes y referencias reales al poco presupuesto que ha tenido este juego en comparación con los anteriores y a lo poco en serio que se toma a sí mismo o a los propios modelos.

 

 

El modo cooperativo nos permite disfrutar de la aventura con un amigo al que traes al mapa, pero solo existe una unidad de habilidad simultánea: esto es, si le introduces una habilidad a Travis, Bad Man no podrá usarla y viceversa.

 

Al cooperativo también le hace falta mucho trabajo porque lejos de su estética grunch a propósito o de sus chistes, la cámara se mueve en función del personaje principal al que estés jugando, haciendo que si el segundo se queda fuera de plano (cosa que sucede muy a menudo debido a la propia necesidad de los combates de moverte por el entorno). Si, por poner un ejemplo, tú vas a recoger unas monedas repartidas por un pasillo y tu compañero va por otro, simplemente desapareces del juego, provocando que tengas que inmolarte para reaparecer o gritarle a tu pobre camarada que dé la vuelta.  

 

Conforme vas avanzando en los niveles del juego Dr. Juvenile te explicará que existen siete niveles que debes completar para llegar al final, donde te concederán un último deseo. Además de la clarísima referencia a las bolas del dragón de Dragon Ball, este sistema permite dividir el juego en diferentes partes arquetípicas donde al final te encontrarás con un boss al que vencer. No esperéis los bosses de los juegos anteriores, queridos, porque a estos les han devorado todo su carisma y son realmente fáciles de abatir. Prevenidos estáis.

 

 

Al mismo tiempo, cada nivel explora mecánicas y formas de jugabilidad de diferentes géneros de videojuego y varía continuamente la cámara en un intento de generarte una sensación dinámica. De cualquier forma, el juego es en general un hack n slash.

 

El sistema de guardado es un guiño y una referencia a los anteriores juegos: tendremos que meternos en un baño portátil y sentarnos a… bueno, al trono.

 

También contaremos con pequeños minijuegos repartidos por los niveles. Uno de los primeros con los que nos encontraremos nos recuerda a Need for speed Underground, ya que tendremos que acelerar a toda velocidad e ir cambiando las marchas, pero para cambiarlas hay que escoger el camino correcto en nuestra palanca de cambios.

 

Hay muchos más juegos pero vale la pena descubrirlos uno mismo ya que son parte del encanto y los regalos que te proporciona Travis Strikes Again y que hacen guiños a juegos clásicos que todos conocemos y a otros indies famosos (Shadows of the Dawn, Hotline Miami…)

 

 

Solo para auténticos JAYMERS

 

El juego está creado desde el principio con una estética que mezcla el underground japonés con el 3D falseado por contornos gruesos y brutos (cellshading) y un toque muy grunge que lo hace absolutamente genial. Las primeras cinemáticas recuerdan muy ligeramente a Borderlands 2.

 

 

Es difícil no darse también cuenta la primera vez que te pones a jugar a Travis Strikes Again en el diseño en cuatro tercios de la pantalla con decoraciones a lo lados en forma de pixel art que recuerda a las viejas máquinas de arcade.

 

Continuamente veremos guiños a los propios juegos de Suda51 y a otras obras interesantes para la comunidad otaku y gamer. Además, podremos ver el regreso de personajes como Shinobu o Bad girl que, aunque no forman parte del lore cronológico de la saga (Strikes Again está diseñado para que cualquier foráneo al juego pueda saltar a su interior en cualquier momento), son muy de agradecer en cualquier momento. Además, puedes coleccionar también camisetas para los protagonistas (tanto Travis como Bad Man) a lo largo de los niveles con diseños de otros juegos indies como Undertale, Brawlout, Dead Cells, Hollow Knight o Papers, Please.

 

El humor del juego también acompaña a estos guiños y referencias y, cómo no, a chistes infantiles y de humor tonto que para mí, honestamente, funcionan. Por ejemplo, tu bate / espada láser tiene una batería que tienes que recargar sacudiendo el mando en un movimiento vertical arriba y abajo que recuerda a la masturbación masculina; el juego continuamente se ríe de sí mismo y de lo cutre que es y más de una vez me he encontrado soltando carcajadas ante el despropósito nihilista que se han atrevido a montar.

 

Cuando terminas los seis primeros niveles, la pantalla se teñirá por completo en verde y pasarás a vivir una aventura gráfica con estética anime y un montón de referencias a juegos clásicos como Diablo o The Legend of Zelda.

 

 

No solo de referencias a los videojuegos se nutre Travis Strikes Again: puedes comer ramen en puestos callejeros y después leer sobre ellos en un blog o incluso encontraremos potentes homenajes al mundo cinematográfico con enemigos como Spielbug o con escenas a lo Terminator.

 

Un juego meta para amantes de los juegos

 

Siendo honesta con vosotros, creo que Travis Strikes Again es como el Ulises de James Joyce: decir que no te gusta puede hacer que la gente crea que no lo has entendido, o que no le has cogido la gracia, pero ahí está la trampa: el juego sí tiene gracia, pero también muchas carencias.

 

Suda51 ha lanzado un videojuego onanista por completo para hacer continuas referencias a cine, videojuegos, bloggers, al mundo de la prensa, etc. Es una obra que él mismo ha creado porque le apetecía hacerlo y que no espera que muchos entiendan (aunque ha llegado a declarar que si este título vende bien, hasta se plantearía lanzar un No More Heroes 3). Sus bromas son geniales, sus guiños muy dedicados y el hecho de que no se tome en serio a sí mismo casi que lo hace más perdonable, pero también tenemos que admitir que es un hack n slash repetitivo, al que puedes jugar durante un par de horas pero del que necesitas tomarte un descanso y que carece de ese toque emocional que te invite a seguir la partida un día después.

 

 

Los personajes reaccionan bien a los controles pero no es así en cuanto a las cámaras, que se mueven erráticamente a veces y que convierten el cooperativo en una pesadilla. Los enemigos se repiten demasiado, su nivel de dificultad es muy generoso con los novatos y en cooperativo es posible pasarte cualquier nivel machando continuamente el ataque básico.

 

Por último, la música electrónica que emplea con predominio por encima del resto es muy muy machacona hasta el punto de cansar y no siempre acompaña bien a la acción. A veces entre la falta de calibración de la cámara y los combates que una y otra vez gotean a pocos enemigos simultáneos, tienes ganas de simplemente apagarlo todo y disfrutar del silencio.

 

En conclusión, es una obra de Suda51, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva. Un gran videojuego para jugar si estás escribiendo sobre videojuegos, pero no tanto si buscas divertirte con uno.

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