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Analisis Toukiden The Age of Demons ,PSVITA

Choo Choo, Motherf*ckers!
Sábado 26 de Septiembre de 2015 por Diego Emegé

Vita puede haberse quedado sin el grandísimo filón que son los nuevos Monster Hunter a pesar de que la retrocompatibilidad con PSP hace que alguna entrega sea posible, pero alternativas no faltan. Toukiden es una de ellas y no pretende enmascararlo en ningún momento, desde el estilo del propio juego a la interfaz, la barra de salud y resistencia, el mapeado por zonas numeradas o las grandes diferencias jugables entre tipos de armas, pero esta nueva aventura de los creadores de toda la franquicia Dynasty Warriors pretende diferenciarse ofreciendo ciertos puntos que le faltan a Monster Hunter, pero sacrificando otro gran valor a cambio.

 

Diseños de Omega Force, no hay ninguna duda. Hay de todo, pero al menos los siete personajes principales son bien diferenciables y sus propios diseños exponen sus virtudes y defectos en combate.

 

Omega Force ha utilizado lo que mejor se le da, la historia oriental y las batallas desproporcionadas, pero en una tónica completamente diferente. Toukiden nos ofrece un peculiar punto de vista del folklore oriental en el que la aparición de todo tipo de monstruos y demonios ha causado ciertas distorsiones espacio-temporales y la aparición de portales a diversas épocas habitadas por esos mismos monstruos, donde los más poderosos contienen las almas de los grandes guerreros de esas diversas épocas que nos prestarán su ayuda a modo de ataques especiales o bonificaciones pasivas. Y tras el proceso de creación de personaje, encarnamos a un nuevo guerrero anónimo, enviado a cumplir órdenes al último bastión de la humanidad en una pequeña aldea habitada por otros cazadores que nos acompañarán en cada misión, cazadores que tendrán su propia historia y que, involucrándonos en ella a través de ciertos diálogos, nos permitirán forjar ciertos vínculos que en definitiva se convertirán en potenciadores para el combate.

 

No vamos a negar que parte de la gracia de Toukiden es poder cazar en compañía de hasta tres amigos más, tanto online como en red local, pero la práctica imposibilidad de conseguir un buen grupo de aliados humanos está bien suplida por una CPU competente cuyas habilidades tendremos que tener muy en cuenta a la hora de escoger un equipo para según qué misiones. Porque misiones es lo único que haremos. Una forma diferente de grindear con el objetivo de ver avanzar la historia, o de conseguir todo tipo de objetos caídos de ciertos monstruos para forjar armas y armaduras. ¿Con algún fin en concreto? El de quedarnos a gusto y equipar a nuestro avatar con lo que mejor relación estadísticas/estética tenga.

 

Dar vueltas por el pueblo, rezar en los altares y hablar con dos ó tres personajes clave es una rutina entre misiones. Hablar cosas no muy relevantes, pero en japonés con textos en inglés, cabe decir.

 

Y puede parecer un ejercicio repetitivo una vez nos damos cuenta de que todo es un ciclo rutinario en el que antes de una misión nos paseamos por el pueblo para recoger los objetos y bonificaciones pertinentes, comprobamos las tiendas a ver si hay algún objeto nuevo interesante, escogemos una misión y salimos de caza a por un bicho de los grandes. Los monstruos pequeños, pero no por ello menos peligrosos, tienen una única barra de vida, mientras que los más grandes y los que normalmente son objetivos de misiones, tienen varias partes que podemos cercenar para obtener diferentes objetos y alterar ligeramente las rutinas de combate del monstruo. Pero no son muchas rutinas, y no son muchos monstruos diferentes.

 

Hay una decena de monstruos gigantes diferentes y no son tan peligrosos como aparentan si vamos bien equipados. Esos monstruos tienen versiones más difíciles, de un color diferente y con otro nombre, pero con las mismas rutinas que no ayudan a la sensación de variedad.

 

Al final, Toukiden no deja de ser un machaca-botones que ofrece cierto sentido y un tempo concreto para dejar de pulsar el botón de ataque para hacer ciertas esquivas, pero por repetitivo que parezca y aunque las rutinas de los monstruos se basen sólo en esquivar y atacar casi sin necesidad de observación previa, nos encontramos con que es endiabladamente entretenido. La fórmula de la caza de monstruos ha tenido mejores exponentes, desde luego, Toukiden ni tiene la estética, la historia y la personalidad de Soul Sacrifice, ni tiene la variedad y las perfeccionadísimas rutinas de Monster Hunter, pero en algún punto intermedio, el toque de simpleza y la accesibilidad de Toukiden hacen que más allá de las 40 horas que puede llevar alcanzar los títulos de crédito, ese punto de satisfacción de equipar a nuestro personaje se vuelva su mejor virtud.

7.5

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