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Analisis Titan Souls ,PS4

Dark of the Colossus.
Viernes 17 de Abril de 2015 por Bruno Louviers

Si no se tratara de un juego indie, de un título hecho por tres muchachos británicos, estoy más que seguro de que más de uno habría saltado con su nombre. ‘Titan Souls’ no oculta de ninguna manera los juegos a los que intenta homenajear el título de Acid Nerve y Devolver Digital del mismo modo que tampoco termina de conseguir las mismas sensaciones que estos juegos.

 

Hablo de sensaciones porque tanto Shadow of the Colossus como la saga Souls son juegos con los cuales puedo identificarme a través de lo que siento jugando más que por cómo los juegos. No importa si mato a un coloso a la primera o rápido o si me hago un mago o una DEX build en Dark Souls II: al final del día, ambos transmiten una sensación de victoria personal indiscutible, incluso si luego le suman una tristeza imposible o un giro macabro, respectivamente.

 

El clásico jefe que te tiene dando vueltas todo el rato

 

Por eso quizá Titan Souls me parece un juego fallido: tiene los elementos necesarios para ser una buena mezcla de la majestuosidad de los enemigos de Shadow of the Colossus y el combate exigente y preciso de los Souls; pero mete la pata en ese momento final, en esa sensación de haberte impuesto y vencido contra un enemigo mucho más poderoso que tú, al menos en apariencia.

 

Esos elementos se identifican desde el primer momento. Los escenarios están pensados para hacerte sentir chiquitito, no solo por su tamaño, por la estética pixelada escogida y por la distancia de la cámara; sino porque los escenarios están vacíos y pensados para contemplarlos en soledad y porque los únicos enemigos son los jefes finales.

 

La variedad de escenarios no es una de sus pegas

 

Estos jefes, como cabría esperar, te pueden matar de un único golpe. No hay barras de vida, de estamina ni nada por el estilo, sino una simple flecha que lanzamos con precisión milimétrica y que podemos recoger a mano o haciendo que vuelva a nosotros desde donde está, truco que además sirve par hacer daño al enemigo si se cruza con él. Solo una forma de atacar, al igual que solo hay una forma de esquivar, rodando.

 

De este modo, cada combate de Titan Souls es un juego de movimientos rápidos, tuyos y del enemigo, y de ver quién consigue medir mejor las distancias y los tiempos, pues las flecha solo se puede disparar quieto, con lo que tu culo queda a merced de ese ataque que te fulmina de un golpe; y solo se recoge también estando parado, por lo que fallar implica moverse hacia donde está la flecha y estarse quieto y arriesgarse otro poco más.

 

El juego de colores le sienta muy bien, esto es así

 

La tensión de los Souls, pues, está ahí, ese combate donde la precisión del movimiento es imposible pero hay que intentar conseguirla y donde cada muerte sirve para aprender los patrones del enemigo. Por desgracia, no están todos los elementos y la muerte, sí, es una lección sobre cómo no matar a un jefe, pero es muy frustrante porque la dificultad es el único elemento con el que se puede jugar aquí.

 

A medida que los jefes se han más difíciles, el juego es más y más insoportable y acabas dando vueltas durante 10 minutos alrededor de un enemigo sin saber qué puñetas tienes que hacer, si es que no llegas a un jefe que no consigues entender y que te tiene muriendo sin saber qué hacer durante un buen rato.


Titan Souls es frustrante en sus últimos instantes, pero tiene elementos de grandeza y de buen diseño. No están explotados del todo y termina convirtiendo esa sensación de pequeñez y ese combate tenso en algo repetitivo y que no oculta que es un Boss Rush disfrazado de juego. A más de uno le enganchará el reto, y a otros tantos les echará para atrás la repetición de situaciones.

 

7
/ 10

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