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Analisis The Wonderful 101 ,WIIU

Una vuelta de tuerca al concepto de esos Devil May Cry y Bayonetta que todo el mundo adora.
Lunes 19 de Agosto de 2013 por Víctor Junquera

En esto de los videojuegos, cómo no, hay mucho postureo. Cualquiera puede hablar de algo como si lo hubiera jugado, o cualquiera puede comentar algo contradictorio en cuanto entran en juego los gustos personales y los prejuicios. Con los juegos de Hideki Kamiya hay mucho de esto, mucho postureo y mucha contradicción. Uno puede decir que le encanta Devil May Cry pero que aborrece Bayonetta sin haberlo probado y quedarse tan ancho, cuando el segundo es, en esencia, una versión mejorada del mismo concepto. Eso, o decir que Bayonetta es el mejor hack'n'slash de la historia cuando, como mucho, se le ha dado una vuelta hasta ver los créditos sin llegar a profundidad en por qué es tan grande. Todo el mundo adora Okami aunque pocos lo han jugado. Y así hasta el día de hoy. Con The Wonderful 101 pasará más de lo mismo, claro que al prejuicio de la estética se sumará el prejuicio de Wii U, cuando, en esencia, es una nueva vuelta de tuerca a esos Devil May Cry y Bayonetta que todo el mundo adora.

 

Empiezas a jugar y no entiendes nada. Muchos personajes y un sistema de combos que no comprendes del todo bien. Pasan las horas y controlas todo el caos generando más caos.

 

The Wonderful 101 es una nueva obra de genialidad para el género, una vez más, no por lo que cuenta, sino por su forma de hacer llegar a los jugadores los grandes valores de un videojuego que hacen que te olvides de hacer las clásicas alusiones a gráficos y sonido, y eso que también habría mucho que decir aquí. Han sido muchas las declaraciones conflictivas de Kamiya con respecto a su juego, con respecto a su duración y rejugabilidad, a que la primera partida sea como un tutorial,... Y desde luego, cada uno juega como quiere, pero hay que saber apreciar cuándo un juego puede darte mucho más después de los títulos de crédito, y The Wonderful 101 lo hace todo por complacer tanto al que se queda ahí como al que sigue durante al menos el doble o el triple de las casi 20 horas que se pueden invertir en llegar.

 

Uno podría pensar que por la perspectiva o por el concepto del propio juego, The Wonderful 101 no puede tener un sistema de armas y combos como el de la santísima Bayonetta, y la primera impresión, que tarda en quitarse, es así. Pero a medida que pasan las horas y que empezamos a tener el control sobre el caos en pantalla, la cosa cambia. No somos muy amigos de ejercer de manual de instrucciones, pero este es un caso especial dada la confusión que genera verlo sin saber muy bien cómo funciona al ver un centenar de personajes en pantalla que se mueven casi al unísono. Con un botón mandamos a ese centenar de unidades a atacar al enemigo en un vaivén instantáneo que uno podría pensar que le hubiese venido muy bien a Pikmin. El otro botón de ataque es para utilizar los especiales, las Hecto-Fusiones como el puño, la espada, la pistola o una bomba que ralentiza el tiempo en un área concreta.

 

Dibujar en la táctil o hacer una forma con el joystick derecho ralentiza la acción para empezar el combo.

 

El problema es que aquí el equivalente a ese cambio de armas que son las Hecto-Fusiones, se activan haciendo formas en la pantalla táctil o con el joystick derecho, y puede llegar a dar alguna imprecisión, sobre todo con las diferentes formas de zigzag para sacar el látigo o las garras. Estas pequeñas imprecisiones y una falta de tradicionalidad son las que alejan a TW101 no de convertirse en el nuevo listón a superar del hack'n'slash, pero demuestra motivos más que de sobra para convertirse en un imprescindible, y desde luego, para los más puristas del género que no se dejan llevar tanto por la estética, un motivo por el que Wii U merece la pena.

 

El momento en que se enfrentan cien héroes contra cien villanos. 200 personajes en pantalla, y en ese momento comprendes todo.

 

Además de avanzar sin parar para descubrir un desarrollo que guarda muchísimas sorpresas del nivel de fases con un estilo de shoot'em up con control asimétrico o combates contra jefes que imitan a la perfección el estilo de lucha de King Hippo de Punch-Out!, el juego te anima a volver a empezar, a ir a una fase y a otra sin ton ni son una vez hayamos conseguido todas las habilidades para explorar, recolectar centenares de extras, descubrir nuevos secretos y seguir comprando items y nuevos movimientos de combate en la tienda entre capítulos. Y en el fondo, cambiando las referencias, podríamos estar hablando de ese Bayonetta al que todo el mundo adora, un juego con el inconfundible sello de Hideki Kamiya, que se nota en mucho más que en los menús, sino en la irreverencia de sus diseños y diálogos, graciosos y ácidos, y los constantes “mira cómo me da todo igual” que vamos viviendo a medida que avanzamos y vemos cómo puede llegar a caber tal cantidad de contenido en base a una sola idea.

 

El grupo protagonista de héroes está lleno de carisma y clichés de superhéroes enrevesados. Wonder-Pink y Wonder-Green son grandes favoritos.

 

Y sí, la primera vuelta al juego es todo un recorrido de adaptación a un juego que se tarda mucho en llegar a dominar. Se tarda lo justo para que algunos tiren la toalla, quienes no puedan encontrar algo de orden en todo el caos que la misma demo del juego te presenta sin ton ni son. Los impacientes no tendrán más recompensa en The Wonderful 101 que frustración, pero quienes jueguen intentando siempre ir a mejor, buscando ese Platino Puro en ese nuevo nivel de dificultad, sin importarles jugar una y otra vez una fase, serán quienes tendrán todo el derecho a quejarse del postureo que habrá dentro de un tiempo, cuando todos se acuerden de la grandeza de The Wonderful 101 y muchos no hayan pasado por él. Para quien disfrute de los videojuegos, cada euro y cada minuto invertido en The Wonderful 101 merece la pena.

9.5
/ 10

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