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Analisis The Surge ,PS4

Segundo intento de Deck 13 de tener su propio Dark Souls.
Martes 16 de Mayo de 2017 por Adrián Suárez Mouriño

The Surge no oculta ni por un instante lo que es: un Dark Souls reinterpretado, una vez más, por Deck 13. Los autores del irregular Lords of the Fallen vuelven a intentarlo, acertando esta vez más que con su anterior trabajo. Pese a que el combate de The Surge no consigue ser del todo satisfactorio, y tampoco su ambientación y su narración, sí que lo es su estructura de niveles, la integración de buenos PNJ, la personalización del héroe y la manera de añadir armaduras en sus bosses. Lo peor que tiene The Surge es que cuando se vuelve auténticamente placentero lo hace imitando algo que ya hemos visto en Dark Souls, pero sin superarlo nunca, es por eso que la experiencia general acaba quedando ensombrecida por el maestro que pretende imitar, pero sí que consigue ser un título notable si le dedicas tu tiempo.

 

The Surge se inicia cuando nuestro protagonista ingresa en las filas de una organización tecnológica del futuro. En Creo todos los trabajadores llevan implantes y piezas de robots en su cuerpo que los hacen capaces de desarrollar diversas tareas. Algo sale mal y se transforman en una suerte de zombies acorazados. Nosotros nos despertamos con conciencia, como otros tantos personajes que nos encontraremos por el camino. Nuestra tarea consiste en avanzar por el mundo de juego, despiezar a nuestros enemigos para quedarnos con sus armaduras, núcleos de energía e implantes, localizar supervivientes, averiguar qué ha sucedido y morir muchísimo.

 

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The Surge se ambienta en un entorno tecnológico que le ha arrebatado la humanidad al ser humano

 

El combate de The Surge se basa en ejecutar combos rotundos y finalizar realizando una ejecución. Cuando marquemos como objetivo a un rival tendremos que seleccionar una parte de su cuerpo, algunas aparecen protegidas por partes de armaduras y otras no. Si atacamos a las segundas haremos más daño, pero si queremos conseguir sus armas, hombreras, cuerpos, protectores de brazos o de piernas tendremos que machacar estas zonas. Esto es interesante, porque te obliga a farmear a los enemigos poco a poco y genera una cierta tensión a la hora de enfrentarnos a ellos porque ¿hemos seleccionado bien la zona que queríamos? ¿No? Vaya, pues puede que mueras por azotarle a una parte de armadura demasiado fuerte. Es por ello que, aunque la idea sea buena, no es del todo acertada pues crea momentos de cierta confusión al tener que estar moviendo el controlador por todo el cuerpo del rival hasta que demos con la zona que nos gusta. Sigue siendo más intuitivo y natural golpear sin más y que el dropeo sea aleatorio.

 

A la hora de conectar combinaciones de golpes hay otro problema: no siempre los enemigos comprenden que están recibiendo una serie bien conectada de tortas, y contraatacan sin que te puedas defender. El problema es que un golpe de un enemigo normal te quita más de media vida, por lo que podrás morir a las primeras de cambio y sintiendo que ha sido de forma injusta. Para solucionar este problema, The Surge añade un buen repertorio de acciones al bloqueo, pudiendo agacharnos mientras nos defendemos, saltar para esquivar y contraatacar, algo fundamental contra determinados bosses. Moriremos muchas veces hasta que comprendamos que un montón de rivales se eliminan de una manera concreta, y solo de una, si quieres hacerlo sin recibir daño. Si un monstruo nos pide que le bloqueemos primero su ataque no intentes hacer otra cosa, porque te matará. De nuevo, esto tiene un punto bueno y uno malo. El positivo es que resulta divertido que acabemos comprendiendo cada enemigo como un puzzle con su solución, el negativo es que le quita mucha naturalidad a las batallas.

 

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El combate de The Surge tiene buenas ideas pero es demasiado rígido y en ocasiones tramposo, tampoco ayuda una IA irregular pero sabe entregar buenos momentos pese a todo

 

Este sistema funciona mejor con los bosses, pues a ellos no nos enfrentamos tanto como los distintos tipos de enemigos de calle. Lo que ocurre es que se acaba produciendo una relación de ensayo-error con ellos. Los jefes de zona de The Surge son duros y las batallas relacionadas con ellos son largas. Para solucionarlas tenemos que observarlos e insistir hasta que descubrimos su truco, si hay que matarlos bloqueando, deslizándonos hacia adelante o cómo. Resulta muy satisfactorio cuando descubrimos el truco, pero el resto de la batalla suele continuar de una manera demasiado lineal, además, muchos de los bosses son robots o engendros mecánicos poco orgánicos, con poca personalidad. Por suerte no todos son así y a medida que avanzamos en el título la cosa mejora.

 

A medida que combatamos obtendremos trozos de chatarra tecnológica. En The Surge no subimos de nivel como tal, sino que mejoramos nuestro núcleo de energía. Si lo tenemos a nivel 30, por ejemplo, podremos equiparnos con partes de armadura e implantes, que nos dan habilidades pasivas y activas, que consuman hasta 30 de energía de dicho núcleo. La idea, lo cierto, es que funciona muy bien, sabiendo ofrecernos The Surge un sistema de personalización de equipo que mejora a medida que avanzamos por el juego. Esta potencia también nos sirve para desbloquear ciertas puertas, pues muchas de ellas nos exigen un determinado nivel. Así, se potencia la vuelta a ciertas partes del escenario, y es que The Surge es puro backtracking, haciendo suya la idea de atajos y diseño laberíntico de mundo de juego de Dark Souls. El problema es que el juego de Deck 13 llega a abusar de ellos, proponiendo una única sala en la que curarnos y subir de nivel y un montón de pasadizos secretos que llevan a él, usándolos a posteriori para llegar a zonas avanzadas de la zona. A poco que nos descuidemos, o estemos un par de días sin jugar, no sabremos qué atajo lleva a qué zona. Lo que sí es entretenido es encontrarnos a desconocidos en nuestros viajes, muchos de ellos viajan a las zonas en las que nos curamos y subimos de nivel, y allí nos esperan haciéndonos dudar si son buenos o son malos, lo que le añade profundidad a la trama, que aunque se hace bastante precedible sabe entretener. Ojo a sus historias.

 

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Deck 13 interpreta de manera interesante la estructura de niveles de Dark Souls

 

La experiencia de The Surge es irregular. A la ambientación futurista, en ocasiones un tanto retro, en otras tétricas y en otra más steampunk le falta personalidad, pero nos encontraremos a PNJ interesantes y mensajes ocultos que le da fuerza. El combate falla y en ocasiones es tramposo, pero cuando comprendes que has de entender cada persona como un acertijo que se resuelve a golpes gana enteros, y más si exprimes la creación y construcción de equipo. Tampoco ayuda su cámara, que el sistema de fijación a veces falle y que los modelados sean tan grandes que a veces nos cueste ver al enemigo. Su curva de dificultad en ocasiones es exagerada, tanto que preferirás correr en lugar de batallar porque el reto no está bien planteado en relación al premio, pero también es por ello que resulta tan divertido encontrar un atajo al hacerlo que nos devuelva al punto inicial.

 

Habría sido maravilloso que The Surge hubiera querido ser más él mismo durante las alrededor de cuarenta horas que dura el juego en lugar de querer reproducir y adaptar ideas de los Souls. Pese a ello consigue generar una exigente experiencia que os hará sudar, que aporta un crafteo y un combate novedoso y que entrega justo lo que buscáis al elegir este tipo de videojuegos.

7

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