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Analisis The Sun and Moon ,PC

Entre muros.
Sábado 30 de Abril de 2016 por Diego Emegé

Si hay algo genial del mundo de los juegos independientes es la organización de concursos de desarrollo, o game jams. Son eventos que suelen durar un fin de semana o poco más, y en ellos se anima a los desarrolladores participantes a crear un juego siguiendo unas directrices. Uno de los más conocidos es el Ludum Dare, que suele dar cabida a miles de participantes. El ganador de la 29ª edición fue Daniel Linssen, quien, siguiendo la pauta «Bajo la superficie», creó The Sun and Moon. Tuvo una versión para PC hace ya dos años, pero ahora llega a PS4 y a PS Vita para deleitarnos con su peculiar planteamiento quebrador de cocos.

 

La mecánica principal del juego se centra en la posibilidad de atravesar las partes sólidas del escenario. Al hacerlo, toda la inercia que hayamos adquirido hasta ese momento se mantiene durante un momento antes de que la gravedad se vea invertida. De esta forma podemos saltar desde el suelo o subir paredes para propulsarnos por los aires. Como suele ocurrir con estas mecánicas, una imagen vale más que mil palabras, y, sobre todo, es muy fácil de asimilar, pero tiene muchísima profundidad.

 

 

The Sun and Moon se centra exclusivamente en el desarrollo interactivo. Tiene un apartado visual minimalista, con colores planos y fondos chillones, que reflejan el nivel de dificultad de cada nivel y permite centrarse en lo que hay que centrarse. El objetivo de cada uno de los más de 150 niveles es muy simple: recoger tres orbes y pasar por el agujero negro. Es una de esas experiencias que filtra el proceso mental para dejarnos libres de estímulos innecesarios. Esto es muy importante, porque la acción transcurre en escenarios compuestos por plataformas flotantes. Un paso en falso y toca volver a empezar. La dificultad está ahí, pero a base de prueba y error, se puede acabar cada nivel sin problemas. El juego propone tanto el rompecabezas como una solución sucinta.

 

Además del peligro de caer al vacío, The Sun and Moon también propone otras formas de ver el fin de nuestros días. Hay pinchos, pasarelas que desaparecen y otra tanda de obstáculos que garantizan que al final de cada partida hayamos mejorado un poquito más. Cada nivel no dura más de 10 segundos, por norma, pero para llegar a ese recorrido victorioso hay que haber caído 20 veces antes. Encima, hay tres hitos de ejecución que dependen del tiempo que hayamos tardado. Quizá los primeros niveles sea más fácil obviar el desafío, pero una vez que avanzamos y vamos adquiriendo destreza, la necesidad de descubrir el truco para resolver los escenarios en el menor tiempo posible aumenta.

 

 

Como ya adelantábamos, hay muchísimos niveles y, aunque para desbloquear los nuevos hace falta resolver los antiguos, el juego no tiene un único camino. Desde muy pronto obtenemos acceso a varios sectores a los que podemos enfrentarnos en cualquier orden. Es una idea genial, porque por un lado, si se nos atraganta una zona por un elemento en especial, podemos probar con otra y volver más tarde, y, por el otro, al enfrentarse a niveles «avanzados» desde muy pronto y superarlos uno se siente poderoso.

 

¿Qué hay de malo? Es un título que cuenta con juego cruzado para las dos plataformas de Sony, pero por ahora no brinda la posibilidad de compartir las partidas guardadas. Por otra parte, la versión para Vita plantea el problema de que se muestra una sección más pequeña del mapa, por estar la cámara más cerca, y ello dificulta la interacción. Además, musicalmente se queda cortísimo. No es tanto que tenga pocas pistas musicales, que de por sí no sería una pega, sino que la mayoría de ellas parecen melodías sacadas de un generador de claves para PC. Quizá sea así para facilitar la concentración, pero después de 20 minutos intentando el mismo escenario, cansa.

 

The Sun and Moon es una obra que atrae por su simplicidad, cautiva por su desarrollo y engancha por la profundidad, variedad y apertura de su planteamiento. A muchos les recordará a Super Meat Boy, pero gracias a esa mecánica principal, la cosa cambia por completo y nos lleva por un camino muy distinto. Si queréis poner a prueba vuestra coordinación ojo-mano, este es vuestro juego.

8.5
/ 10

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