Analisis The Elder Scrolls V: Skyrim ,SWITCH

'El Skyrim de Switch' está a un día de llegar a las tiendas. ¿Cómo empiezas a hablar de un juego del que ya has hablado tantas veces que te cuesta recordarlas todas? ¿Cómo puedes analizar un juego al que ya has echado casi 900 horas en Xbox 360, PS3 y PS4, y que ahora vuelve en un formato tan apetecible como es Nintendo Switch? La respuesta es, de la única forma posible: jugándolo y dejándote maravillar por cómo Bethesda ha conseguido meter algo tan enorme como The Elder Scrolls V: Skyrim en algo tan pequeño como Nintendo Switch.  

 

Soy fan de The Elder Scrolls desde que descubrí Morrowind en la primera Xbox, no os voy a contar nada nuevo. Y precisamente como fan tenía miedo de ver cómo había ido esta adaptación del juego ya clásico de Bethesda, seis años después de su primer lanzamiento. Puedo aseguraros, con la mano en el corazón, que no sólo no me ha decepcionado, sino que estoy loco por ver lo que son capaces de conseguir con Wolfenstein II: The New Colossus y, si los hados son propicios, con un hipotético Fallout 4 -o mejor aún, Oblivion-. El mundo de Skyrim se ve tan bien, el sentimiento de nostalgia tiene un sustento tan sólido, que parece mentira que la consola que ha dado problemas a EA con su Frostbyte y a los chicos de Rime sea capaz de lograr cosas tan potentes como la que vemos en pantalla.   

 

 

La llegada de Skyrim

El 11 de noviembre de 2011 el mundo se movía con una nueva entrega de The Elder Scrolls que conseguía al fin el éxito que la saga merecía. La región más gélida de Tamriel conmovía corazones que ni la exótica Morrowind ni la frondosa Cyrodiil de Oblivion habían logrado conquistar. El público se abría al fin a los complejos juegos de mundo abierto de Bethesda gracias al éxito de Fallout 3 y Fallout New Vegas, y los que éramos fans desde antes nos frotábamos las manos con el futuro de la saga pensando en Valenwood, Elsweyr, High Rock y todas las regiones que aún quedan por visitar.

 

Skyrim fue un punto de inflexión en la saga antes de la llegada del ambicioso The Elder Scrolls Online: Tamriel Unlimited y su expansión de Morrowind. Bethesda volvió a demostrar que era capaz de cosas grandes con tres grandes expansiones que lanzó entre sus contenidos de pago: Dragonborn, Hearthfire, y Dawnguard, y una vez más tocó escribir sobre la diferencia entre expansiones y EXPANSIONES, porque aunque no lo parezca, hay diferencias. 

 

 

Regreso a la gélida región del norte

Ahora, seis años después, The Elder Scrolls V: Skyrim llega a Nintendo Switch en una nueva edición a caballo entre la entrega original y la edición especial de 2016. Una nueva entrega que se ve realmente bien sin llegar a los resultados obvios de Playstation 4 y Xbox One, pero que consigue suplir lo que no logra en texturas con unos acabados más sólidos y unas formas mejor perfiladas. Para que nos entendamos, echadle un ojo a los relieves del escudo hyliano de la foto de abajo. Yo os espero. ¿Ya? Pues eso: Skyrim en Switch se ve de lujo, mejor que la edición original, y el contorneo de objetos y escenarios parece más preciso que en la edición especial, posiblemente por haber puesto más empeño en ellos que en las texturas y aprovechando el trabajo que la comunidad modder lleva años haciendo para los usuarios del juego.  

 

Skyrim de Switch no renuncia a nada de lo que hemos podido disfrutar de la saga, y se atreve a incluír efectos climatológicos, tormentas de nieve, niebla, lluvia y tormentas eléctricas junto a los días de sol radiante con la nieve cegadora brillando en todo su esplendor. La belleza de Skyrim sigue intacta, y lo hace en sus dos modálidades de juego. Y es que si Skyrim en Switch no tiene nada de lo que avergonzarse en su formato televisivo, en su modo portátil es simplemente impactante. Acostumbrado a Zelda o Mario, ver el castillo de Carrera Blanca, las ruinas de Cataratas Fúnebres o la fortificación de los Barbas Grises en el modo portátil es una auténtica delicia. Una sensación que hace una vez más soñar con el futuro de esta consola en la que tan poca fe poníamos hace cosa de un año. 

 

 

Contenidos y añadidos de Nintendo

A estas alturas deberíais tener claro que no voy a hacer un análisis al uso de Skyrim en Switch. Podéis leer el análisis que publiqué en su momento de la Special Edition en PS4 si queréis saber más del juego. Lo que importa ahora es saber qué incluye esta versión de Nintendo Switch y que no, y la respuesta es buena: permitidme el chiste fácil, pero 'lo tiene todo, papi'. 

 

The Elder Scrolls V: Skyrim para Switch viene con todos los contenidos lanzados hasta la fecha, lo que significa Hearthfire, Dragonborn y Dawnguard. Es decir: una expansión que nos permite crear nuestra propia residencia, un jugoso contenido que nos llevará a un mundo de vampiros donde podremos aumentar nuestros poderes y habilidades más oscuras, y una tercera expansión enorme que nos da acceso a una zona de morrowind con nuevos personajes, historias y linajes. Todo incluído en la versión de Switch a los 54,90 que suelen costar sus juegos en Amazon. 

 

 

Por si esto fuera poco, Skyrim de Switch incluye todas las particularidades propias de la consola híbrida de Nintendo. A la posibilidad de llevarnos la partida donde queramos se unen un buen puñado de controles gestuales aprovechando los joy-con que incluyen los clásicos movimientos de ataque, defensa y técnicas con armas a dos manos, a una mano y escudo, armas dobles y, por supuesto, hechizos y tiro con arco. Destaca especialmente el uso de los joy-con a la hora de abrir cerraduras gracias a la vibración de los mandos de Switch, que hacen de la experiencia algo más satisfactorio que en entregas anteriores. 

 

Finalmente tenemos la locura Nintendo, los Amiibos, que nos permitirán invocar objetos y contenidos propios de los videojuegos que representan, entre los que se incluyen la Espada Maestra, el Escudo Hyliano y la túnica del Héroe de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Se desbloquean con el Amiibo de Link de BotW, que al usar el poder Amiibo del menú de Magia nos invita a escanear al personaje para ver caer un cofre Hyliano del cielo con el característico sonido de la saga. Es de esperar que nuevos amiibos den también objetos especiales más adelante. 

 

 

Un esfuerzo sobresaliente

Supongo que a muchos os sorprenderá ver un nueve en un juego que tiene seis años, y más aún si tenemos en cuenta que en el análisis de Skyrim Special Edition del año pasado ponía una nota de 8 al regreso de la saga en Xbox One, PS4 y PC. El motivo es muy sencillo: Skyrim en Switch cumple de sobra y lo hace con sobresaliente, como sobresaliente es también la labor de apoyo de Bethesda a una Nintendo Switch que, según pasa el tiempo, cada vez se demuestra mejor consola. 

 

Desde aquí os aconsejo encarecidamente que lo compréis si todavía no habéis podido jugarlo en ninguna de sus versiones anteriores, ya que si bien no es la más preciosísima de todas -lo que tiene preparado Xbox One X con la edición especial es un bastinazo- sí que es la más completa y la más cómoda del mercado. Compra obligada también para los fans de la saga que quieran volver a sentir Skyrim de una forma que no pensaron que sentirían jamás, y es que, de verdad, no podéis imaginar la gozada que es jugar un Elder Scrolls con el nivel de detalle que logra en la pantalla portátil y con la inmersión propia de la saga. 

 

Resumiendo: Nintendo se apoya en Bethesda y logra convencer con un título que no esperábamos que alcanzara esta calidad y que sonaba más a bromilla pesada que a cierto. La sensación que deja Skyrim en Switch es la de que todo es posible con empeño y ganas... y hablando de ganas, ya tengo ganas de bajar a Cádiz otra vez sólo para poder jugar tranquilamente tras las cenas de rigor con la familia. 

 

¡Nos leemos!

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