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Analisis The Dark Pictures Anthology: Little Hope ,PC,PS4,XONE

Cuánta muerte.
Miercoles 11 de Noviembre de 2020 por Álex Pareja

Cuánta muerte es el nombre del primer trofeo que obtienes en Little Hope, la segunda entrega de The Dark Pictures Anthology de Supermassive Games tras Man of Medan. Y tiene sentido porque llega después de haber presenciado una masacre absoluta. Esto ocurre en el tramo que la obra utiliza como tutorial, para que te acostumbres a sus controles, sistema de cámaras, interacciones... Vuelve a ser un título que vende la necesidad de pensar bien en cada acción porque estas conducen a diferentes consecuencias, variando la historia. Y es curioso que lo haga en ese tutorial donde decidas lo que decidas todos los miembros de esa familia van a morir.

 

Little Hope cuenta con un estudio soberbio a sus espaldas que continúan siendo unos maestros a la hora de dirigir, de situar las cámaras en los escenarios (para mí sus juegos de terror son los mejores desde Until Dawn en este terreno con diferencia absoluta) y de proporcionar una estética fascinante. Qué utilización de las sombras, de los colores... aunque en este caso todo tiene una pátina excesivamente gris que termina cansando con el paso de las horas. Se ven sus buenas maneras en todos estos elementos y al proporcionar un interesante punto de partida, sucediendo varios hechos inexplicables y donde las preguntas se van amontonando hasta que al final una respuesta poco esperada pone todo patas arriba. 

 

 

Pero todo te importa poco. Durante las pocas horas que dura esta obra no me ha importado en ningún momento ninguno de los múltiples personajes que he interpretado, con los que es difícil empatizar. Este proceso funcionaba bien en Until Dawn (obra que el estudio jamás ha conseguido volver a igualar) porque el grupo de protagonistas era un puñado de adolescentes muy estereotipado. Era fácil saber cuál era la chica intelectual, cuál el musculitos valiente, quién el gracioso del grupo, quién era la rara... con el paso de las horas se aplicaban otras capas más profundas. Ibas conociendo a los personajes y conseguías empatizar con los sucesos porque apelaban, además, a elementos muy superficiales. Esto no funciona en Little Hope porque todos los personajes cuentan con demasiadas capas desde el inicio y se conocen entre ellos, siendo el jugador un absoluto extraño que de repente debe ir saltando de uno a otro mientras toma decisiones por ellos. ¿Cómo te van a importar lo más mínimo?

 

Este grupo llega al pueblo llamado Little Hope (qué mala pinta) tras sufrir un accidente de tráfico en el autobús en el que iban de excursión. El conductor no aparece por ningún lado y deciden ir al pueblo a preguntar. Pronto se dan cuenta de que las cosas no van bien y no solo porque en este pueblo hayan adoptado la niebla de Silent Hill, sino porque es imposible caminar en dirección opuesta a la entrada del pueblo. Todo parece conducirlos hasta su interior, pronto empiezan a percibir la presencia de seres extraños que desean su muerte y son espectadores de lo que parecen escenas del pasado. 

 

La estética, los planos y la dirección lo dicen todo del saber hacer de Supermassive

 

Little Hope era un pueblo donde se llevó a cabo una caza de brujas en el siglo XVII. Lo curioso es que los protagonistas de esta historia del pasado son idénticos a los protagonistas del presente, y parece que las criaturas extrañas que observan se están preocupando de que tengan el mismo desafortunado final. Estas escenas son las más interesantes, ya que saben dar algo de vida a las posibles decisiones que también afectan al devenir de estas escenas. Pero nada excesivamente sorprendente. 

 

Vuelvo a Until Dawn porque al igual que me pasó con Man of Medan, siento que Little Hope no innova en absoluto y no tiene ninguna intención de ir más allá de ser un mero entretenimiento para un grupo de jugadores que quieran echarse unas risas con sus sustos efectistas. Las mecánicas de interacción se repiten sin cesar, sin gracia, sin propósito. La estructura de la historia y del progreso jugable se va repitiendo de forma perezosa y solo consigue remontar con los golpes de miedo, que también terminan por repetirse. La primera vez que ocurre, te asustas mucho, la segunda puede que también, pero la tercera ya comprendes cuándo va a venir el susto y cuándo no corres ningún peligro por mucho que la atmósfera o la música traten de evocar lo contrario. No he pasado angustia ni he sentido riesgo en ningún instante, porque el propio juego te enseña a comprender cómo funciona todo desde muy temprano

 

 

Pero ese miedo tan efectista, con amigos, es muy disfrutable. Little Hope es una aventura entretenida, que no aporta nada y que vuelve a estar lejos de Until Dawn, pero que va a satisfacer a todos los jugadores que no esperen otra cosa. Su buen gusto en la estética y la dirección, las cámaras y algunos buenos momentos salvan las papeletas a un grupo de personajes que no logra encandilar en ningún momento y una historia que mantiene el tipo sin más florituras. The Dark Pictures Anthology, con esta segunda entrega, se comienza a consagrar como una serie de videojuegos de decisiones ideal para pasar un rato entretenido con amigos, pero nada más. 

6

/ 10


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