Analisis Subnautica PC

Subnautica es un juego que funciona mejor si interpretas un papel. En su historia eres un náufrago espacial que ha terminado en un planeta desconocido lleno de agua, un superviviente cuya cápsula de salvamento ha quedado apenas a un par de quilómetros del lugar en el que la nave principal, la Aurora, descansa entre llamas. Necesitas una vía de escape, una manera de contactar con el exterior en busca de ayuda y un sustento hasta que esta llega. Sí, toca sumergirse en el agua y contactar con lo desconocido; por eso es importante que llegues a él sin saber más de la cuenta.

 

Porque detrás de este enésimo survival que, podría parecer, camufla la monotonía de su fórmula ofreciendo un contexto acuático, se esconden también una historia de terror, un plataformas vertical tremendo, una narración guiada con puntos climáticos y, en definitiva, una intención: ser atípico. Subnautica tiene más de SOMA que de Rust. Tu misión no es que crezcas y que te adaptes al entorno sino que comprendas que debes salir de ahí, que tu paso es temporal y que tu destino está sentenciado si decides quedarte. Tiene un gran misterio que te impulsa a ello pero, de nuevo, te pido que interpretes un papel y que entiendas que debes llegar a él reservándote esas sorpresas.

 

 

De lo que sí puedo hablar es de su sistema de progreso, uno con la intención de tener base científica en todo momento. No hablo solo de que el mundo al que llegas tiene un ciclo día/noche, además el sol es una fuente de energía que condiciona tus actividades en la base. Por suerte hay nuevas fuentes de energía que puedes desarrollar (nuclear, biológica, etc.) y, a medida que van pasando los días, te das cuenta de que la obra de Unknown Worlds Entertainment esconde un profundo mensaje ecologista. Quiere que entiendas que tu estancia condiciona tu entorno, y que existen alternativas sostenibles para subsistir.

 

Una supervivencia que empieza desde el momento en el que te sumerges, con un indicador de oxígeno que va bajando y que te obliga a planificar cada descenso. Pero no te preocupes, podrás ir sintetizando nuevo equipamiento para descender más rápido, volver a la superficie en un santiamén, aguantar más tiempo bajo el agua y, quizás, hasta consigas deshacerte del problema del oxígeno. No solo dependes de lo que hay en el fondo marino (minerales, fauna, flora), también hay restos de un accidente, piezas, que puedes aprovechar para crear tecnología de última generación, aunque quizás eso te obligue a visitar zonas peligrosas.

 

 

Ese peligro constante, subyacente en lo que no ves pero sí oyes dentro del mar, termina siendo algo adictivo. Pasan los días y vas siendo capaz de descender a mayor profundidad, de explorar nuevas rutas y parajes en los que puedes ser presa después de llevar tiempo siendo cazador. Es en estas zonas donde Subnautica brilla con más fuerza, cuando no solo te sorprende con lo que encuentras sino que además te enfrenta a peligros que van más allá de la gran bestia que te ataca, que también la hay.

 

A esto súmale un tremendo esfuerzo en hacer que la base no solo sea tu hogar, sino también tu fortaleza. Su sistema de construcción te ayuda a aprender sobre la gestión de la estructura, la energía y la optimización de tus actividades, y además consigue hacerte sentir como un auténtico ranger espacial que está sobreponiéndose a un entorno que le es hostil en todos los sentidos. La experiencia sería divertida simplemente como simulador de supervivencia y construcción, pero Subnautica va más allá y nos plantea un reto, una historia con un fuerte componente en la narración dejando que el jugador se acerque a ella y la moldee, consiguiendo ofrecer momentos climáticos que lo son porque, en parte, tú los has generado.

 

 

He pegado gritos, me he sentido poderoso y también pequeñito, he permanecido en tensión y he terminado eufórico en un título que se vende como una aventura de exploración. Lo es, pero acoge el término y lo lleva más allá de lo literal, permitiéndote también aprender de ti mismo. Por ese logro, y por subvertir las bases de un género que casi siempre ofrece lo mismo (olvídate aquí de memorizar recetas, crear armas o reforzar la base) me parece una de las obras más recomendables de este año. ¿Te gustan los survival? Lánzate a él. ¿Nunca los has probado o no te llaman? Puede que así hasta te guste más. Abraza lo desconocido, no te arrepentirás.

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