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Analisis Star Ocean Integrity & Faithlessness ,PS4

Buenas ideas que no acaban de definirse estropean un Star Ocean que podría dar mucho más de sí.
Martes 05 de Julio de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Star Ocean: Integrity and Faithlessness se presenta como una interesante vuelta de tuerca sobre los estándares del JRPG japonés. En lugar de cinemáticas apuesta por las conversaciones ingame y sin frenar la acción, podemos saltar al combate sin preámbulos desde el mapa de juego y los entornos son abiertos, o lo fingen más bien. Sin embargo, una IA ineficiente, un combate caótico, una cámara errática, un desarrollo que pierde fuerza a medida que avanzamos por la historia y un acabado técnico penalizado por la transgeneracionalidad acaban minando las buenas intenciones del juego.

 

Star Ocean: Integrity and Faithlessness nos traslada a los sucesos ocurridos entre el capítulo dos y tres de esta serie. Encarnamos a Fidel, un chico hábil con la espada que descubre como Faykreed se ve atacado por unas fuerzas que le superan, motivo por el que ha de buscar aliados, fortalecerse y hacer frente al invasor. El desarrollo de Star Ocean: Integrity and Faithlessness comienza de una manera atractiva: con una invasión de nuestro pueblo que nos obliga a viajar hasta la capital para encontrar auxilio frente a las fuerzas enemigas.

 

Para narrar el viaje se emplea un recurso poco visto en este tipo de producciones, en lugar de frenar la acción cuando nos encontramos con un aliado, esta prosigue con la gente hablando a nuestro lado. Podemos movernos, no prestarles atención y seguir avanzando. Por supuesto, tendremos ocasiones en las que los vídeos o las pausas se producirán, pero esta manera de plantear las charlas es una constante. Aunque se agradece el esfuerzo, es aquí donde Star Ocean: Integrity and Faithlessness demuestra su falta de ambición y de resolución en lo que propone; vemos buenas ideas en cada esquina del juego pero que no acaban de estar bien rematadas. Podemos avanzar mientras hablamos, pero el escenario nos frena, tiende a ponernos barreras invisibles y nos limita la supuesta libertad que nos tiene que conceder esta funcionalidad. Algo que Half Life hace soberanamente bien, aquí se adapta de manera ineficaz.

 

Star Ocean: Integrity and Faithlessness propone buenas ideas, pero no acaba de definirlas correctamente

 

Lo mismo puede decirse de los combates. Es maravilloso que se hayan eliminado los tiempos de carga y que no se nos haga viajar a otro espacio de juego distinto para batallar. Todo se produce en tiempo real y contamos con opciones realmente interesantes: podemos cancelar nuestros golpes e iniciar otros obteniendo un bonificador del daño y alargando el combo, también bloquear y realizar contraataques y todo ello regado por vistoso ataques especiales.

 

Star Ocean: Integrity and Faithlessness cuenta con un fuerte componente estratégico y que recuerda de manera lejana a los jobs de Final Fantasy V: podemos asignar hasta cuatro roles a nuestros personajes que servirán para especializarlos en tareas concretas. Esto es fundamental para salir vivos de las batallas más duras del juego, y teniendo en cuenta que podemos estar controlando a siete aliados a la vez en una lucha, es clave que todos estén configurados para realizar su función concreta.

 

Los combates son lo mejor de Star Ocean: Integrity and Faithlessness, pero les falta mejorar su dirección, la IA y ser menos confuso por culpa de un exceso de efectos de luz

 

El problema es que la cámara da problemas y también la inteligencia de amigos y enemigos. Cuesta mucho que los primeros hagan justo lo que queremos que hagan, es por ello que acabaremos jugando interpretando los roles claves para sobrevivir, pero no por placer, si no por pura necesidad. Esta ineficiente IA castiga también a los enemigos, a los que les cuesta parecer esas criaturas letales, inteligentes y sedientas de nuestra carne que necesitamos eliminar. En ocasiones es como si vagaran por el escenario de lucha, atacándonos de casualidad, mientras que en otras se ensañan sobremanera.

 

Las luchas, como decimos al principio del artículo, tienen un problema gordo: acaban siendo un lío. Star Ocean: Integrity and Faithlessness abusa de los efectos de luz, de las explosiones y de los forzados giros de cámara, tanto que es frecuente perder el control de lo que estamos haciendo, mandando al traste nuestra estrategia tan bien formada y los roles asignados. Estas buenas ideas pero que no que acaban de estar bien ejecutadas se trasladan también a las batallas galácticas, tienen buenas intenciones, pero no acaban de culminar como deben.

 

Los escenarios por los que viajamos sí resultan interesantes. Es una pena que tener que salir en PS3 haya lastrado el desarrollo del título, o eso parece, porque en PS4, pese a moverse a 60 fps y a 1080p, los mundos de juego son más de la pasada generación que de esta. Aún con esas, saben enseñarnos localizaciones diferenciadas, pasadizos por los que explorar y secretos por descubrir. Como viaje funciona en lo que se refiere a la flora y a la geografía, pero nos hubiera gustado poder ver una mayor variedad de enemigos.

 

Star Ocean: Integrity and Faithlessness intenta hacer muchas cosas contemporáneas y valientes: el combate nos entrega algunos momentos verdaderamente buenos, es divertido recorrer un mundo tan variado y la historia empieza bien, pero se desinfla rápido, sus personajes caen de nuevo en clichés y en lo narrativo no acaba de decidirse qué quiere ofrecernos y cómo, si quiere ser clásico o moderno. Star Ocean: Integrity and Faithlessness no es el Star Ocean que queríamos tras The Last Hope, por fortuna dura algo más de 30 horas, ofrece ciertos datos interesantes sobre la saga Star Ocean y el combate y el leveleo puede llegar a engancharos; pero eso sí, llega en inglés.

5.5
/ 10

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