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Analisis Sackboy: Una aventura a lo grande ,PS5

Nuestro pequeño muñeco salta en 3D.
Viernes 04 de Diciembre de 2020 por Álex Pareja

Sackboy: Una aventura a lo grande ha conseguido que ponga en la lista de deseados de mi PS5 a Crash Bandicoot 4. También ha logrado que intente completar al máximo todas y cada una de sus fases, consiguiendo todos los objetos y coleccionables. Y ambas cosas están relacionadas: creo que el juego tiene calidad, pero no consigue estar a la altura de franquicias como la de Naughty Dog (a quien recuerda irremediablemente) pero sabe interesar y picar al jugador para que lo intente una y otra vez. Te sientes mal cuando ves que no has conseguido sacar el máximo provecho de una fase aunque la odies con todas tus fuerzas por los problemas de profundidad que atesora. 

 

Sumo Digital ha conseguido crear un plataformas muy interesante que cuenta con características que no esperaba. La primera de ellas es que a pesar de su apariencia y la evidente búsqueda del público más infantil, me ha resultado complejo y poco clarificador en cosas como la ausencia de tutoriales. En Sackboy: Una aventura a lo grande te tienes que buscar la vida. Si obtienes un nuevo objeto o traje con poderes debes adivinar cuál es su propósito gracias al diseño de escenarios y a las pistas que dejan los objetos y elementos que los conforman, pero no suele escupirte directamente la información. Osado y muy interesante para un plataformas, aunque con esto no estoy diciendo que sea muy difícil de comprender. También sabe mantener la esencia y la personalidad estética que mantienen desde Little Big Planet, pudiendo ser perfectamente una nueva entrega de esta saga de no ser por su salto al 3D. Porque esta obra abandona el desplazamiento lateral en 2D y abraza en todas y cada una de sus fases un desplazamiento completo en las tres dimensiones. Por eso me recuerda tanto a Crash

 

 

El objetivo continúa siendo el mismo: llegar hasta el final de cada fase teniendo cuidado de los múltiples enemigos y de los retos plataformeros, mientras cogemos coleccionables, encontramos zonas secretas y tratamos de completar todo el recorrido sin morir para rellenar todas las peticiones. Nada de esto es necesario y simplemente puedes ir hacia delante alcanzando la meta de cada nivel sin más, pero consigue impregnarte de esa adicción tan propia de Crash (ya lo estoy mencionando demasiado, lo siento) donde no te sirve con completar la fase sin más, sino que necesitas encontrar todas las manzanas, cajas y vencer al cronómetro. Y Sackboy: Una aventura a lo grande consigue ir sorprendiendo poco a poco con cambios mecánicos o una formidable utilización de la música en algunas ocasiones, aunque este efecto sorpresa va perdiendo mucho fuelle en sus dos últimos mundos. 

 

Estas fases de ritmo aprovechan la canción que suena (casi toda la banda sonora está formada por varias canciones licenciadas de muy diversos estilos y épocas) que hace que el escenario al completo baile, mientras nosotros tratamos de llegar hasta el final. Estas me han parecido los mejores niveles de toda la obra y es una pena que no se prodiguen demasiado. Como decía, Sackboy: Una aventura a lo grande no sorprende demasiado en el diseño de sus niveles, no inventa nada ni resulta superior a otros muchos referentes del género, pero sabe engancharte con estas pequeñas píldoras de originalidad que se van perdiendo por el camino. Creo que haber comedido un poco su duración le hubiese venido bien para dejar de lado las fases de relleno y las que aportan más bien poco al conjunto. 

 

 

Su estética gustará más o menos. A mí me parece entre encantador y feísimo, pero es innegable que encuentra un camino propio con personalidad. Vivimos en ese pequeño planeta formado por objetos y materiales de nuestro mundo real, que con una cierta disposición logra crear auténticas locuras para nuestro pequeño muñeco de trapo, que vuelve a ser totalmente personalizable. Parte de la gracia (y algo que entiendo encantará a los más pequeños de la casa) es ir obteniendo las piezas de ropa por todos los escenarios y comprarlos en la tienda de Zomidio Zuchi, que es un pesado de campeonato. Estos trajes pueden combinarse de la manera que queramos, personalizándolos con colores e incluso podremos variar el material con el que está fabricado nuestro Sackboy. También es un campo de micropagos interesantes por si queréis comprar alguna de las skins más chulas que hay. 

 

Sackboy: Una aventura a lo grande es divertido, algunas fases funcionan muy bien pero tiene un problema importante que llega directamente por su nuevo camino hacia el 3D: la profundidad. Es grave que en un plataformas sea complicado saber en algunos momentos si el salto que estás realizando va a llegar a su destino o si te cuesta de más saber dónde va a aterrizar el personaje que controlas. Y esto ocurre más de lo debido en el juego. Al aprovechar las tres dimensiones hasta las máximas consecuencias (incluso cuando el desplazamiento en algunos momentos nos redirecciona al 2D) resulta un impedimento para realizar algunas acciones básicas con precisión. Más de una vez intentaréis de nuevo un salto para coger un simple objeto porque resulta complicado medir las distancias. Esto también ocurre en otros títulos de plataformas en 3D, y vuelvo a mencionar a Crash para no acabar con las buenas costumbres del texto, pero en una medida mucho menor. En estos otros juegos fallas más por el momento que por la medición. Realizas un salto antes de lo debido, te equivocas por completo al afrontar una zona de plataformas... pero no tanto porque el propio juego impide que entiendas bien su profundidad. 

 

 

Con todo esto, nos quedamos con un Sackboy: Una aventura a lo grande que evidencia lo fantásticas que son otras grandes franquicias de plataformas de la historia. Pero eso no quiere decir que no sea disfrutable: he completado todas sus fases consiguiendo absolutamente todo porque he querido, ha conseguido engancharme y picarme, a pesar de odiar con toda mi alma muchas de ellas y sus diseños. También ha sido una bonita caja de sorpresas en algunos niveles formidables, aunque es una pena que ese factor vaya diluyéndose conforme avanzan los mundos. Si os gustaron las entregas de Little Big Planet y queréis disfrutar de otro título que rebosa esa personalidad y originalidad, lanzaos sin temor, aunque este 3D no resulte tan fino por esos problemas con la profundidad que lo pueblan. 

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