Analisis Resistance 3 ,PS3
La fábula de Insomniac con Resistance en PlayStation 3 ha sido una historia de auténtica superación y constante mejora: difícil resultó para ellos comenzando en una primera parte con un lanzamiento tardío de PlayStation 3 y coincidiendo con la hambruna inicial de buenos títulos para la entonces nueva consola de Sony. Creo que en ese momento todos nos quedamos con mucha hambre de buen juego: buenas ideas, pero terrible ejecución en muchos apartados. No valía la pena tirar la toalla con un grupo como el de Insomniac, ya que por todos era sabido su buen hacer en sus distintos buenos trabajos en PlayStation o PlayStation 2.
Es entonces, cuando llegamos a hablar de Resistance 2, que a algunos no nos extrañó demasiado comprobar su clara mejoría en todos los apartados del software. Hasta nos dejó con ganas de más tiroteos de mediados de siglo XX con toques apocalípticos. Sus nuevos apartados, sus mejorías jugables, su buena firma en general... Es normal que algunos hayamos celebrado la salida de Resistance 3 con curiosidad y ganas de ver la hipotética despedida de Insomniac con las quimeras y las grandes guerras mundiales. No obstante, damas y caballeros, la pregunta es la siguiente: ¿Sigue in crescendo el transcurso de Resistance en su tercera entrega? Francamente, sí.
Resistance 3, para comenzar, es un juego que te va a durar más de doce horas en su modo para un jugador. Más allá de su espectacular comienzo y su descafeinado nudo, la conclusión de la serie (o no) es más que satisfactoria, máxime cuando espera un modo multijugador repleto de horas y modos de juego que gustarán a todos los jugadores de la serie. No apostaría a que la gente seguirá jugando una vez lleguen los peces gordos de PlayStation 3 allá por noviembre, pero hasta entonces estoy seguro que mucha gente querrá estar disparando sus Bullseye por los muchos mapas y modos que ofrece Insomniac.
La atmósfera que vivimos en Resistance 3 es una extraña mezcla entre nuevo y viejo: a ese factor apocalíptico tan de moda, típico y tópico de los shooters de la actual generación, hay que añadir una serie de circunstancias basadas en la época en la que acontece el juego. Dicha circunstancia recogida por Imsomiac lo dota de una aureola muy especial de la que no todos los juegos pueden gozar. Vivir un shooter apocalíptico en la década de los 50 nunca podré ser lo mismo que una realidad actual o futurística: algunos escenarios en los que se mueve el bueno de Capelli nunca podríamos soñarlos en otros shooters de temática similar.
Jugablemente, sigue impactándonos tremendamente el factor no regenerativo de nuestra energía: buscar las curas por el escenario es una cosa que para muchos resulta obsoleto, pero bien medido y jugando con el factor explorativo necesario puedes convertirlo en algo muy interesante. En Resistance 3, por supuesto, resulta interesante: ese extraño modus operandi lo convierte en una de las más curiosas características de la serie, convirtiendo el juego en algo muy especial. A eso, añádele las nuevas armas y nuevos enemigos que hacen más grande la experiencia.
Hablemos de armas: Insomniac sigue con esa extraña patología por un arsenal numeroso y original, y aquí lo vuelven a lograr. Querría reservaros algunas de las sorpresas que se irán dando a lo largo del juego, pero seguro que a muchos os sorprenderán las nuevas y viejas armas que se han dado cita de nuevo aquí. Las distintas evoluciones de las armas según lo mucho o lo poco que las usemos también dotarán de una gran variedad al título, haciendo que nos encariñemos de las armas más potenciadas que tenemos a nuestro alcance, ojo con la munición de esas armas concretamente, por cierto.
Gráficamente, el juego tiene los mismos parámetros que engrandecieron a la segunda entrega: elementos gigantescos que no inmutan a la chipería de nuestra PlayStation 3 y momentos espectaculares. Resistance 3 tiene algunos momentos brillantes surcando aguas en los que nos dejarán con la boca abierta. Atentos también a los últimos momentos del juego: asombroso. Por lo demás, quizás un poco de variedad en los entornos y enemigos le habría venido bien al resultado final del software, pero no es nada excesivamente grave. El apartado sonoro viene firmado por un buen doblaje al castellano. Francamente, creo que no es el mejor doblaje que ha firmado un juego de Sony en los últimos meses, pero es lo suficientemente satisfactorio como para poder poder disfrutar de él sin demasiados peros.
Resistance 3 gustará mucho a los seguidores de la serie y costará entrar en las estanterías de los neofitos, y es que no todo el mundo está dispuesto a acostumbrarse a esos vaivenes armamentísticos y, francamente, se entiende. Existen en el catálogo actual de PlayStation 3 muy buenos shooters que son claramente superiores a Resistance 3 en calidad y precio, pero su originalidad y su buen hacer durante algunos momentos brillantes del desarrollo del juego logrará convertir en creyentes a muchos jugadores. ¿Eres nuevo? Ten paciencia: intenta alquilarlo, intenta probarlo tranquilamente en casa y sacar una conclusión sobre él. En caso de ser positiva, ves a la tienda más cercana y hazte con él y con su segunda parte: seguro que no te arrepentirás.
La conclusión es que el final de Resistance, probablemente, ha llegado. Vale la pena mirar con perspectiva el trabajo realizado por parte de Insomniac y desearles suerte en su nueva etapa en la que pretenden alejarse del protector brazo de Sony. Su primer trabajo en su nueva etapa será Overstrike de la mano de Electronic Arts, un juego que espera sentar todo su potencial en el cooperativo. La serie Resistance, de momento, se verá paseándose de nuevo en PSVita, pero hasta entonces tendremos que esperar batiéndonos en duelo en PlayStation 3: dulce tortura. Gracias por la experiencia, Insomniac: buena suerte.
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