Analisis Project X Zone ,3DS

Poco importa al final el justificar las formas cuando estás viendo en pantalla a Jin Kazama luchar con Ryu o Akira Yuki, y bajo esa misma premisa, podríamos continuar añadiendo nombres y franquicias para justificar el que es, sin duda, uno de los juegos más esperados por el sector más japonudo en Nintendo 3DS y que por fin ha llegado a nuestras fronteras. Project X Zone es un grandísimo juego, pero también es de lo más exótico que te puedas encontrar a día de hoy en la portátil de los de Kyoto.

Un tactic-RPG que mezcla algunas franquicias famosas en todo el mundo de Namco, Capcom y Sega (y muchas que únicamente triunfaron mucho en suelo oriental) con un universo creado para la ocasión y que pone a disposición del jugador para dar pie a la loca historia que está por acontecer. No esperéis grandes explicaciones para la mezcla loca que os acabará provocando la resaca más infernal que vais a sufrir en una portátil: lo importante acaba siendo el fan-service.

Los guiños al jugador están en todas partes: desde movimientos de pechos de algunas protagonistas  que tanto nos tiene acostumbrado Banpresto en los últimos tiempos - ¡Hola Endless Frontier! - como en relaciones entre personajes que jamás podrías haber imaginado y que claman al cielo. Todo aliñado, claro está, con muchas voces originales y un trabajo de sonido espectacular, sin descuidar todo el mimo puesto en los diseños bidimensionales que se han preparado para la ocasión a los protagonistas del cartucho.

¿Os lo he dicho? Cuadraditos y turnos, claro. Nada nuevo bajo el sol, pero en las mecánicas pretende asimilarse a lo que vimos en el inédito Namco X Capcom de hace unos años en PlayStation 2: ejecutas comandos para pegar a los enemigos e invocas a otros compañeros del equipo o que estén cercanos a tu zona de batalla. Lo mejor no es eso, lo mejor es ver cómo se justifican combates entre gente de Super Robot Taisen y Darkstalkers sin inmutarse y aplaudiendo hasta romperte las manos sin importante lo estúpido pero fabuloso que parece todo.

Lobotomía pura, os lo garantizo, pero enfrentarse a la barrera del idioma y de lo exótico de las franquicias expuestas es un auténtico problema para el jugador modesto. Cuesta seguir el ritmo de esos personajes, cuesta no sentirse idiota ante la aparición de franquicias que, desgraciadamente, ni hemos canteado por tierras occidentales. Pero si estás dispuesto a ampliar mundo, que es la actitud con la que deberías enfrentarte a Project X Zone, quedarás encantado sumando nuevos nombres y posibilidades a tu hambrienta ludoteca.

Las mecánicas son las que son, y los que conocemos juegos de similar índole, sabemos que en los tactics suelen esperar nuestro movimiento. También sabrás que los primeros compases son un paseo, y que la curva, normalmente, no es excesivamente acentuada hasta que aparece un enemigo surrealistamente fuerte que te obligará a repensar la estrategia de nuevo. Más o menos lo que puedes esperar del presente juego, que no es un grandísimo reto pero que como decíamos en líneas superiores, parece descuidar algunos de esos apartados para ofrecer cantidades ingentes de guiños.

¿Podemos justificar esos puntos negativos por su categoría de crossover? Eso es una decisión muy personal de cada jugador: cada uno sabe qué le ha llevado a jugar a Project X Zone y qué esperaba encontrar en él. Yo os puedo garantizar que he encontrado lo que esperaba y que lo he disfrutado y seguiré haciéndolo a lo largo de los próximos días. Creo firmemente que la demo del e-Shop no le hace justicia y que el juego es una apuesta relativamente arriesgada en nuestro país que debería ser correspondida, y más si disfrutas con juegos de las presentes características y tienes ganas de ver bizarradas de nivel muy loco.