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Analisis Party Hard ,PC

No me toques las palmas...
Sábado 30 de Julio de 2016 por Diego Emegé

Sí, es sábado y mañana la gente no trabaja, pero es verano y llevamos sin dormir bien varios días. Esta noche la música, los gritos y el alboroto son demasiado para nuestras cabezas. ¿Qué haremos? Coger nuestra máscara y acabar con todos. Nos movemos silenciosamente entre la muchedumbre provocando toda clase de accidentes sin que nadie se dé cuenta. La fiesta sigue. Los pasos de baile marcan el suelo con la sangre de los cuerpos apilados… ¿Os parece atractivo el pronóstico? Entonces sigamos para ver de qué va a este Party Hard.

 

Este título, desarrollado por Pinokl Games, cuenta en clave de humor la historia de un hombre que solo quería conciliar el sueño a las 3 de la mañana de cierto día. La acción transcurre en EE. UU., a principios de la década de los 2000. La intención narrativa se mueve a través de la risa más macabra, pero cuenta con cierta intención subversiva que se deja ver en algunas ocasiones, con un par de giros del guion que nos cortan la risa. De todas formas, para que quedéis avisados, Party Hard conoce bien sus puntos flacos: sabe que no es el nuevo Hotline Miami.

 

 

A pesar del aspecto visual tan llamativo y de la banda sonora machacona y electrónica, es un juego que propone un ritmo lento y metódico. Como el asesino en serie nuestra misión es dividir y conquistar a una multitud por todos los medios posibles. Obviamente no vamos a apuñalar a nadie a simple vista porque tendremos a la policía esposándonos al minuto, así que toca estudiar el entorno y preparar trampas para nuestros ratoncitos.

 

Por todo el mapa hay elementos que nos sirven para atropellar, envenenar o hacer volar por los aires a las víctimas inocentes. Hasta cierto punto tiene mucho de sandbox, con una parte importante de improvisación, pero también requiere de planificación. Encadenar varios «accidentes» al mismo tiempo es todo un espectáculo. Pero cuando todos los «accidentes» se agotan, la partida se convierte en un juego en el que acechamos, apuñalamos y escondemos cadáveres. Esto último es una obligación, porque la policía no deja de pasearse por los escenarios cada vez que alguien encuentra un cadáver, y a medida que avanza la masacre, las fuerzas del Estado van enviando equipos más eficientes. Además, antes o después las vías de escape acaban tapiadas.

 

 

Para aligerar el ritmo de juego, existen varios objetos potenciadores que aparecen de forma aleatoria y que podemos recoger para usar a nuestra discreción: granadas de humo o aturdidoras, ampollas de veneno, disfraces, una espada… Las bombas pueden infligir una cantidad de daño morrocotuda, pero a cambio tendremos a los SWAT «invitándose» a la fiesta para atacar a todo el mundo. Son eventos que podemos activar cuando están disponibles para diezmar la población fiestera más fácilmente, pero que no siempre están disponibles. A medida que avanzamos en el juego descubrimos que las mecánicas de asesinato se repiten, y que la inteligencia artificial es mucho más misericordiosa de lo que debería. Y eso estropea la experiencia.

 

Party Hard es un juego inspirado en Hitman y, especialmente, en ¿Dónde está Wally?, del que toma gran parte de su humor. Hay una mezcolanza tremenda de referencias culturales según cada periodo de tiempo, pero la banda sonora es bien maja, y el estilo visual, aunque ya manido, divierte solo de verlo. Especialmente al poder presenciar cómo más de 50 monigotes pixelados se pasean por el escenario, beben, duermen, bailan y… bueno, mueren. Todo lo que le falta de profundidad lo tiene de personalidad. A dos tercios del juego la cosa empieza a perder fuelle, pero tampoco dan ganas de echarle de la fiesta. Los 12 niveles que dura se pueden terminar en una tarde. A pesar de que le deba mucho a Hotline Miami en cuestión de estilo visual y sonido, Party Hard parece la antítesis del título de Devolver. 

6.5
/ 10

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