Analisis Overwatch ,PC,PS4

Creo que este mes de mayo podríamos considerarlo sin lugar a dudas el Mes Overwatch. Y es que, aunque llevamos hablando de la obra de Blizzard desde que la vimos asomarse tímidamente, este mes casi todo Mundogamers ha escrito sobre el juego. Y eso está bien, ¿no? Gracias a la oportunidad que se nos brindó con la beta abierta, muchos hemos podido comprobar qué tal funciona el shooter que supone una nueva IP para la compañía. La beta ha pasado y ahora toca hablar de lo que tenemos entre manos, que, supone ya, un juego completo.

 

Antes de pasar a comentar los puntos clave del título, aclararé que a día de hoy, Overwatch está abierto a modificaciones, expansiones y futuros DLCs y añadidos varios. Lo que tenéis a continuación es el análisis del juego nada más salir al mercado y habiendo pasado una fase beta movidita con un más que decente número de jugadores. Blizzard ha pulido el título todo lo que ha podido, pero habrá mucho que pulir todavía. Overwatch no es un juego cerrado, sino un camino abierto a algo que puede (y espero que lo haga) ir a más.

 

Overwatch llega a nosotros tras el éxito de los últimos juegos de Blizzard: Heroes of the Storm y Hearthstone. Si bien el éxito del MOBA que reúne todos los universos creados por la compañía es más bien poco destacable en comparación con los gigantes del género, Hearthstone ha sido el último grito en lo que a juegos de cartas se refiere. La sabia relación entre las cartas y el universo Warcraft han creado un entretenimiento que puede llegar a ser una droga. Con su última expansión, Susurros de los Dioses Antiguos, el juego ha cambiado a mejor, iniciando una nueva fase que pinta muy bien.

 

Sin embargo, aunque los mundos de Blizzard siguen funcionando de maravilla, traer uno nuevo se ha convertido en la noticia más aplaudida de los últimos tiempos. Los que somos muy fans de todo lo que ha salido de aquí, nos hemos alegrado porque sabíamos que no iba a defraudarnos. Y no lo ha hecho, no del todo.  Sin más dilación, comencemos.

 

 

Algo que debo destacar para empezar es la gran campaña de marketing que ha precedido al juego. Y es que Blizzard ha mimado a Overwatch muchísimo, algo que se ha notado desde el minuto 1 en la página web del shooter, y en todo lo que sobre él ha salido. Por supuesto, hablo especialmente de los cortos de animación, que nos han dejado con la boca abierta y con ganas de más. Cuatro, en total, más vídeos de presentación, han sido los cortos animados que nos han hecho comparar a la compañía Californiana con Blizzard. Y es que la estética de los personajes ha sido una de las claves a la hora de llamar a todo tipo de público.

 

Lo decía cuando en el E3 de 2015 veía a Battleborn y a Overwatch: los shooters sin sangre están de moda. Cosa de la que me alegro, ya que nos aleja un poco del tema PEGI y nos quita quebraderos de cabeza con esos padres de mimimi le compré el Call of Duty a mi hijo y ahora quiere disparar a los vecinos mimimi videojuegos convierten a los niños en terroristas mimimi. Pocas bromas con el tema, en realidad.Overwatch trata tramas serias con un estilo cartoon que queda increíblemente bien. Y que llama a niños y mayores. Buen trabajo.

 

Pero, ¿está el juego a la altura de los cortos de animación, o pasa como en World of Warcraft? Sí, todos hemos querido subirle los gráficos al MMORPG con el paso de los años, pero, quitando alguna suave mejora de texturas, va a ser que no. Y, sí, estéticamente, Overwatch se lleva un sobresaliente. El diseño de los personajes es espectacular, y rompe con muchos estereotipos de héroe con estilos muy variados. Sí, está lo típico: la asesina sexy y despiadada, el enano con barba, el negro con rastas… Pero hay otros diseños diferentes a lo común que son los que compensan la balanza.

 

 

Por el momento, tenemos un total de 21 personajes jugables y, lo que es más importante, desde que empezamos la partida. Cada uno de ellos tiene un estilo, un rol, una forma de luchar (más bien de disparar), un arma y, lo que es todavía más importante, una estrategia. Como ya comentamos, algo que me gusta bastante del juego es que te da consejos acerca de tu equipo (que tú puedes seguir o ignorar, como buen noob, eso ya está en tus manos) para que éste se encuentre lo más equilibrado posible. Luego igual, como le pasa al pobre de Bruno, acabáis todos usando al mismo personaje. Porque sí, porque encima funciona.

 

Si bien quiero preparar una guía con todos estos héroes y villanos que están a nuestra disposición, sí quiero mencionar ligeramente las diferentes categorías de las que componen la mezcolanza. Básicamente, tenemos tres grupos de personajes: Los de ataque, los de defensa y los de Apoyo. A su vez, debemos diferenciar entre francotiradores, constructores, tanques, sanadores… Al principio, puede parecer un lío, pero cuando nos paramos a conocer a todos y cada uno de nuestros personajes, nos daremos cuenta de que hay uno para cada momento. Otra cosa es que decidamos usarlo cuando es debido. 

 

Quiero dejar clara una cosa: No hemos venido a Overwatch a enterarnos de absolutamente nada. Hemos venido a luchar. Así de sencillo. Así que ya podemos olvidar el alucinante trasfondo detrás de este universo de ciencia ficción, podemos dejar a un lado los vídeos y los cortos de animación porque ninguno de ellos importa lo más mínimo. Sólo importa disparar. Así, el juego de Blizzard se centra únicamente en el multijugador, obviando un modo campaña muy necesario. No necesario para disfrutar del juego, pero sí para llegar a profundizar en sus carismáticos personajes y para hacer que el título verdaderamente merezca lo que cuesta.

 

No obstante, y esto quiero que quede bien claro también, Overwatch se basta, aunque no se sobre, con los 21 personajes de los que dispone en este momento de su lanzamiento, y con el total de 12 mapas que tenemos hasta ahora. Hay gente que ha llegado a pensar que uno puede aburrirse con facilidad ante esa carencia de un modo historia, pero Blizzard lo ha hecho muy bien: no, no aburre. No sólo eso. Puede ser muy adictivo. Todas y cada una de las partidas que he jugado hasta ahora han sido completamente únicas, y aunque se vuelve repetitivo que el objetivo sea prácticamente el mismo en todas ellas, las jugadas, los personajes y los propios jugadores hacen que nunca lleguemos siquiera a rozar la rutina. 

 

Esa capacidad para consistir siempre en lo mismo sin llegar a aburrir no se consigue siendo Blizzad. Otros lo hicieron antes que ella. Es el caso de Dota y de todos los MOBAs que salieron tras él. De ahí que yo haya dicho ya en más de una ocasión que Overwatch es la mezcla perfecta de shooter y MOBA, pues justo en esa segunda parte de su sangre mixta se encuentra la clave: Al tener para nosotros tantos héroes con tantas habilidades y estrategias a seguir, se consigue que no estemos jugando siempre lo mismo. Nos pasa a los que jugamos a cualquiera del género, como es el caso de League of Legends. Desde fuera, no se entiende que eso pueda entretener aunque sea lo mismo una y otra vez. Overwatch acerca ese concepto del MOBA a los jugadores reacios a probarlos, demostrando que jugar repitiendo lo mismo funciona. Bueno, funciona… si lo haces bien.

 

No puedo decir que el nuevo ojito derecho de Blizzard sea fácil. No es que esté al alcance de cualquiera. Simplemente, creo que la compañía sabe ajustar cada detalle para que evolucione con el jugador, cosa que notamos en otros títulos, como en Heroes of the Storm o Hearthstone. Sabemos que hay niveles de jugador, más allá de eso de subir de nivel conforme vamos jugando. Algunos pueden dedicarse en cuerpo y alma a entrenar y a acabar dominando a todos los héroes, mientras que otros sólo ven Overwatch como un juego casual. Sea cual sea el caso, Blizzard lo tiene todo preparado.

 

Sí, hay personajes más sencillos que otros, con habilidades más simples de entender. En el sentido de que con algunos personajes, han de darse ciertas condiciones para que sus habilidades sean efectivas, mientras que con otros sólo tenemos que pulsar el botón y, hala, al lío. Lo que no me gusta pensar es que hay héroes más fuertes que otros, como si hubiera un pequeño grupo de intocables con los que cualquiera ganaría. Simplemente, cada uno de ellos tiene un punto fuerte, con algunos es fácil encontrarlos, mientras que con otros nos llevaremos unas cuantas partidas.

 

Ésta es una de las cosas que más me gustan de estos juegos. Tenemos acceso a todos los héroes, pero aprender a jugar con ellos y, posteriormente, aprender a dominarlos nos tomará nuestro tiempo. Algunos más, otros menos, depende tanto del héroe en sí como de nosotros y nuestra actitud. Así, conseguimos que el juego evolucione mientras también lo hacemos nosotros como jugadores. Suena romántico, ¿verdad?

 

 

Si de por sí el diseño de los personajes es una maravilla de la creación – quizás exagero un poquito, pero tener tal variedad a mí me supera – y nos da pie a muchos favoritos para todos los gustos, los escenarios son el punto fuerte gráficamente hablando. Bueno… Quizás sea el único punto, por aquello de que no hay historia, sólo disparos. Sea como sea, cada localización es una obra de arte y se nota que han sido cuidadas hasta el más mínimo detalle.

 

Los mapas de Overwatch presumen de un colorido nunca visto, adaptados a la estética cartoon de los personajes y sus habilidades. Mi favorito, El Dorado, aunque debo decir que Gibraltar tampoco está mal. Pero ser bonito no es lo único que tienen estos escenarios. También son útiles. Verdaderamente útiles. Cada escenario nos deja claro desde el principio qué tipo de héroe debemos llevar y cómo llevarlo. Otra cosa es que decidamos hacerle caso.

 

Visualmente, Overwatch se lleva un sobresaliente con una Matrícula de Honor. El apartado artístico en general está a la altura de las expectativas, y es donde más se nota que Blizzard quería sacar un gran juego. La música, aunque no sea lo que destaque – ni tiene por qué hacerlo, ojo – ni algo importante en el juego, nos acompaña en los momentos oportunos, que es lo que importa, rellenando el vacío que puedan dejar los segundos entre disparos, muertes y demases.

 

 

En resumidas cuentas, Overwatch es de lo mejorcito de este año, y me aventuro a decirlo antes de que lleguemos a la mitad de 2016. Pero es cierto. Llevamos mucho tiempo esperando ver a Blizzard sacar algo diferente, algo completamente nuevo, y aquí lo tenemos, al fin. Quizás no invente nada nuevo, quizás sólo renueve ligeramente lo que ya teníamos. Eso no le quita mérito. Es lo mejor que he visto en lo que a acción multijugador se refiere, sea por el dinamismo de los combates, el diseño de sus personajes o por lo únicas que resultan las partidas, repitamos las veces que repitamos.

 

La pena de este juego sigue siendo la que he repetido ya demasiadas veces: La ausencia de un modo campaña nos deja un vacío en nuestro interior, como si nos quedásemos esperando a algo más ante el precio que hemos pagado. Como he dicho en más de una ocasión, habrá que esperar a que Blizzard decida meter esa historia que nos falta, esa historia que nos ha enamorado gracias a los cortos de animación y gracias a las frases de los personajes. Necesitamos que Overwatch nos dé ese poquito que le falta. Un modo campaña y Overwatch será perfecto.

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