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Analisis Need for Speed ,PS4

La noche más larga de nuestras vidas, colegas.  
Lunes 09 de Noviembre de 2015 por Álex Pareja

Una noche infinita, muchas carreras que disputar, oxido nitroso que gastar y una pandilla de colegas con los que compartir nuestras latas de bebida energética. Nada de eso es creíble: todas las noches dan paso a la luz del Sol tarde o temprano, no existe ninguna ciudad en el mundo repleta de corredores callejeros ni te puedes creer que este grupo humano no tome ninguna otra sustancia que no sean latas de Monster. Pero sería el mejor momento para preguntarnos: ¿Y eso qué importa? 

 

Need for Speed es un título divertidísimo, precisamente, porque sabe tomar unas señas de identidad básicas y explotarlas hacia la dirección más simple y sencilla. Puede que eso conlleve ciertas repercusiones algo negativas, pero no importan en absoluto cuando estás dentro del garaje disfrutando mientras dejas guapo tu buga y te pones a recorrer las calles nocturnas disfrutando de unos gráficos espectaculares. Porque eso es precisamente lo que quiere proporcionarte Need for Speed: que disfrutes de los graficotes mientras te echas unas carreras con tus colegas, tronco

 

Las secuencias cinemáticas son numerosas y están protagonizadas por actores reales

 

El tuning y las carreras callejeras, más la cultura que une a ambos mundos, es lo que sostiene a Need for Speed y lo que hace que tenga sentido que disfrutemos de la noche más larga de nuestras vidas. Una noche en la que nos dará tiempo a realizar todas las carreras que nos apetezca, a comprar todos los coches que queramos (entre una lista que abarca muchos tipos distintos de vehículos) y a tunearlos a nuestro gusto, de manera sencilla pero eficaz. Estéticamente podremos variar prácticamente todo lo que se nos antoje de manera sencilla e intuitiva, mientras que también podremos mejorar las prestaciones tanto si somos expertos en la materia como si no. ¿Que quieres leer la descripción de la pieza que vas a instalar en tu carro para saber qué va a proporcionar? Estupendo. ¿Que también te apetece ir ajustando diversas características como la suspensión, los frenos y demás manualmente? También lo puedes hacer. ¿Que pasas totalmente de hacerte el mecánico y solo quieres que tu coche sea más rápido y se conduzca mejor? Pues instala las piezas más caras y listo, lo tendrás. 

 

Need for Speed vuelve a recorrer la misma senda que en su día tomaron los dos primeros Underground (sobre todo el segundo) y, en realidad, no varía demasiado la forma en que la segunda entrega proporcionaba al jugador su experiencia. Una noche, unos coches que tunear y muchas carreras por disputar, sin más. El principal problema, quizás, es que Need for Speed no sabe proporcionar algo que vaya mucho más allá de los gráficos respecto a lo mismo que nos proporcionó un juego de hace dos generaciones. Y ese es su único pecado, que a su vez es su mayor virtud para aquellos que precisamente esperaban un Underground 3

 

Gráficamente es espectacular y no se le puede echar en cara nada en ese sentido

 

Las carreras no se adaptan a nuestra manera de conducir, ni hay una dificultad dinámica, y vamos a ser testigos de varias pruebas excesivamente fáciles y de otras que son imposibles de ganar, todo ello en un lapso de tiempo que puede ser de cinco minutos. Pero es que eso es lo que el juego quiere propiorcionar, con una inteligencia artificial muy justita que simplemente cumple. Need for Speed proporciona las mismas buenas sensaciones que pudimos disfrutar en Underground 2 pero con un control mucho más pulido, arcade, y con un apartado técnico de infarto, que nos dejará boquiabiertos con su utilización de las luces, los modelados de los vehículos y los escenarios de toda la ciudad. Sin más.

 

La ciudad es grande y con varias zonas diferenciadas, lo que da pie a distintas carreras con distintos paisajes y recorridos

 

Es una pena que la policía también se comporte como si estuviésemos en un juego de hace dos generaciones. Con diferencia, es lo peor de Need for Speed, y no dejaría de ser algo anecdótico de no ser porque se nos obliga a superar ciertas pruebas en persecuciones para hacer avanzar la historia llegado cierto punto. Su inteligencia artificial es horrible y las persecuciones son más molestas que entretenidas, ya que para cumplir algunos requisitos (conseguir aguantar un tiempo mínimo en una persecución, alcanzar una multa muy cara o superar algunos controles) deberemos sufrir, pero no en el buen sentido, sino en el malo: habrá que frenar para no dar esquinazo a la poli de forma sencilla. Por no hablar de cuando nos desesperemos cuando el objetivo sea, por ejemplo, superar un par de controles que después de diez minutos de persecución ni siquiera nos han puesto en la carretera. Es una pena que en Ghost Games no se hubiese tomado la decisión más sencilla al respecto, al igual que lo hecho en otros apartados: obviar a la policía y no incluirla en el juego. ¿Qué más da dentro de una obra que no pretende ser ni mucho menos realista?

 

Quedemos para beber Monster, colegas

 

La historia es anecdótica pero no por ello deja de ser interesante. Actores reales dentro de un mundo de videojuego se unirán en algunas escenas que mantienen el mismo tono que el resto del juego. ¿Qué pasa, colega, nos echamos unas carreras mientras nos hinchamos a Monster? Y ayudan a hacerte partícipe de esta noche eterna donde solo el olor a goma quemada tiene verdadera importancia. Hacer carreras junto a ellos, mientras crece nuestra reputación en la clase de conducción que lideren. No hay más, pero es entretenido formar parte de una historia en la que se dirigen a nosotros en primera persona mientras que no pronunciamos una sola palabra en todo el juego. ¿Para qué? Aquí todo se demuestra en el asfalto, donde el juego se comporta estupendamente bien. 

 

Las carreras más normales se unirán a las carreras de drift, donde deberemos derrapar para obtener puntos y a su vez la victoria. El propio título invita a que tengamos varios coches en el taller preparados para poder disputar las diferentes carreras que el juego nos propone. Un coche muy rápido que se agarra bien en las curvas para las carreras de sprint, otro muy manejable que preparamos para que derrape muy fácilmente en las curvas para afrontar las pruebas de drift... y poco más. Need for Speed es sencillo pero tremendamente efectivo

 

Hay muchos tipos de vehículos y cada uno se maneja de forma única dentro de un estilo de juego muy arcade, eso sí

 

Será necesaria la conexión permanente a internet para poder disfrutar del juego, en una decisión que sin duda no se entiende teniendo en cuenta la sencillez de todos sus demás apartados. ¿Por qué me obligas a jugar conectado a internet si no se aprovechan esas características más allá de encontrarme de vez en cuando con otro corredor real? ¿Qué sentido tiene no poder jugar si no dispongo de internet si solo sirve para echar alguna carrera espontánea con estos otros jugadores? Una decisión que empaña al producto final y que no mantiene el tono del resto de la obra. Si quieres ser sencillo aplícalo también en este sentido: Need for Speed hubiese sido un juego tremendamente disfrutable sin enchufarnos a internet en ningún momento. 

 

Disfrutaréis recorriendo cada rincón de esta noche eterna

 

Quizás se quede a medias en algunos aspectos, no proporcionando todo lo que quizás podría haber conseguido de haber sido un proyecto mucho más ambicioso, o haber tomado ciertas decisiones acordes a lo que el propio juego quiere transmitir en todo momento. Ni vamos a ser partícipes de la mejor de las historias, ni del mejor guión, ni del mejor juego de carreras de la historia. Pero vamos a vivir una noche eterna tremendamente divertida, junto a nuestros colegas bebedores de Monster, tuneando vehículos sin parar mientras disfrutamos de unos gráficos de infarto en los que nuestras creaciones lucen de la leche, colegas

 

Need for Speed no es creíble ni perfecto. Pero lo mejor es, precisamente, que es increíble e imperfecto

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