Analisis Mutazione ,PS4

Mutazione es una aventura que centra su fuerte en la narración, en la contemplación y en las charlas. Su objetivo es desnudarnos de tecnología como seres humanos e invitarnos a reencontrarnos como personas de carne y hueso con otras, a entender que la vida sencilla es hermosa, que cultivar el campo es reconfortante y que lo rural merece ser redescubierto. Somos Kai, una chica que viaja en barco hasta una isla en la que su abuelo está pasando sus últimas horas. En ella hay un pueblo: Mutazione, y no es uno normal, está repleto de mutantes.

La metáfora y la intención del juego es evidente: los habitantes de este lugar ajeno a la modernidad se presentan como bichos raros a la protagonista urbanita que llega, pero al final nos daremos cuenta de que los mutantes somos nosotros. Comprender esto, así como más del trasfondo de la isla es la clave de este juego. El título hace algo muy inteligente en su representación estética para este fin. Kai no tiene rostro dibujado, no tiene expresión, solo el contorno de su cara, lo que la deshumaniza. Los mutantes, sin embargo, sí tienen representados sus ojos, cara y boca.

El apartado estético juega a esto. Mutazione es feote. Sus colores y sus trazos son muy brutos, pero porque pretende que veamos todo lo que sucede como una misma masa, como si isla, la propia Kai y los habitantes del pueblo fueran, en el fondo, lo mismo. Eso ayuda al mensaje del videojuego, pero también es verdad que te impide disfrutar de algo que adoro de estos títulos calmados: contemplar una naturaleza bonita, como en Night in the Woods o el maravilloso Before the Storm.

Nuestras tareas en el juego consisten en charlar, caminar, explorar y dar y recibir respuestas. Mutazione no es un título que te apremie a nada o te meta prisa; más bien es como pasar un día en la aldea. Como gallego con familia en el rural, he pasado jornadas en el campo sin nada que hacer; así que sales de casa, jugueteas con lo que haya a tu alcance, vuelves, charlas y te tomas un vermouth en la verbena. Luego te tomas otro y… Bueno, eso es otra historia. Eso es esencialmente lo que hacemos aquí: charlar, descansar, ir al bar y también arar la tierra.

Hay una sección del juego que nos pide cultivar y trabajar con semillas, pero no es para lucrarnos ni para obtener un fin real en el título, es más bien un jugar por jugar, se hace para que el tiempo pase en esta visita a casa de tu abuelo, para que desconectes también a través de las mecánicas, no solo mediante los diálogos.

Bien escrito, agradable y con muy buenas intenciones, Mutazione quiere que te sientas nostálgico con un tipo de vida que ya no llevamos, que reflexiones sobre a quiénes estás llamando raro y que valores el hablar por encima del hacer. Sus personajes son estupendos, y el motivo por el que sigues jugando hasta llegar a su conclusión es por ellos, por sus vidas y por cómo van siendo capaces de que entiendas qué es en realidad el pueblo en el que estás.

Sin embargo, le falta algo de ritmo pues confía demasiado en el que la serenidad de su mensaje te empape lo suficiente para que quieras gozar de su calmada experiencia porque sí. Sus decisiones estéticas sirven para los propósitos para las que han sido tomadas pero no facilitan la navegación por la isla ni a quedarte en ella por su belleza. Tiene varios momentos de parón a los que tú mismo tienes que encontrarle sentido, y seguro que muchos jugadores abandonan el título ahí.

Con lo bueno y con lo malo, Mutazione es un acertado juego para los que busquen un sitio en el que relajarse, encontrarse a buenos amigos y disfrutar de lo sencillo. Y para disfrutar de la ironía de que una pieza de tecnología como es el videojuego te hable de dejar de lado un mundo intoxicado de esa misma tecnología.