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Analisis Microsoft Flight Simulator ,PC,XONE

Despegar, volar y aterrizar.
Miercoles 19 de Agosto de 2020 por Álex Pareja

Recuerdo cuando descubrí por primera vez, hace varios años, el vertiginoso Google Street View de Google Maps. La posibilidad de lanzarte dentro de casi cualquier punto del mundo y caminar por allí, en la pantalla de tu PC o móvil, como si estuvieras presente de verdad. Fueron un par de días interesantes, buscando mi casa, países o ciudades que siempre había querido visitar y otros destinos que se me ocurrían. A los dos días se me había olvidado y después de eso el uso de esta tecnología se ha reducido a casos de necesidad o pura utilidad. Pero quizás no sea buena idea comenzar hablando de Google, sus mapas y satélites cuando quiero hablar de Microsoft y de su nuevo Flight Simulator, aunque lo que cuento tiene sus razones. 

 

Microsoft Flight Simulator es un simulador de vuelo, realista, que pone el mundo entero a nuestra disposición, como si tal cosa. Gracias a la tecnología y los satélites de este coloso tecnológico podemos viajar por cualquier parte del mundo, con distancias reales y con todos los elementos que veríamos desde un avión de verdad. Solo por tener la posibilidad de vivir esa experiencia merece la pena, por supuesto, pero no he podido evitar recordar la misma sensación que tuve junto a Google Street View. He realizado viajes por mi país, he sobrevolado la zona de mi casa en su búsqueda, he visitado lugares de ensueño a los que me encantaría viajar y he descubierto zonas impresionantes que aguardan en nuestro maravilloso planeta. Pero esa ilusión no es inagotable y, al igual que con la tecnología de Google, ha ido perdiendo interés con el paso de los días y con la consecución de vuelos. Al final, tener el mundo entero a nuestra disposición en un videojuego es algo extraordinario y que merece la pena experimentar, pero es lo secundario: no olvidemos que esto es un simulador de vuelo

 

 

Las posibilidades que ofrece disponer de cualquier itinerario que se nos ocurra son románticas y placenteras, pero la realidad es que estaremos volando durante muchas horas tratando de mantener en el aire una máquina tecnológica impresionante que es capaz de volar. Y esa es la verdadera experiencia que pretende ofrecer Microsoft Flight Simulator y por la que debéis tener interés, no en lo que concierne a la tecnología satelital y a su mundo disponible. Aquí no nos vamos de paseo a encontrar el pantano muerto de Namibia o la Torre Eiffel de París, aquí volamos por encima de estos lugares (y de cualquier otro) y el factor importante siempre será el del control del avión. Somos nosotros contra la máquina, contra el cielo y contra las adversidades naturales y tecnológicas. Somos nosotros despegando, volando y aterrizando. Ese es el ciclo vital que importa en cada partida a Microsoft Flight Simulator, nada más.

 

Sin haber pilotado un avión real en toda mi vida, entiendo que el nivel de realismo es apabullante, comprobando cómo cada pequeño botón de la cabina de cualquier tipo de avión disponible en la obra tiene su uso. También por la complicación real que tiene aprender a despegar y, sobre todo, a aterrizar de una pieza. Mantener el avión nivelado, saber cómo se asciende y desciende de forma correcta, cómo se utilizan los flaps y otras herramientas adicionales en los giros, comprender la terminología aérea, reaccionar a los posibles errores mecánicos o a las condiciones climatológicas de nuestro viaje… todo eso es fascinante, impresionante y, supongo, realista. Vuelvo a insistir en que de esto va el juego, ya que los escenarios reales que pasan por debajo de nuestro avión no dejan de ser anecdóticos y una fuente de ilusión agotable; recordad que esto va de despegar, volar y aterrizar. 

 

 

Querer proporcionar un nivel de simulación realista con aviones de por medio debe ser un quebradero de cabeza, ya que es virtualmente imposible que los controles estén adaptados y simplificados. Para que os hagáis una idea, he jugado a Microsoft Flight Simulator con el mando conectado, utilizando todos y cada uno de sus botones, necesitando igualmente echar mano del ratón y de un montón de comandos de mi teclado. No hay otra forma de poder volar ahora mismo en el juego. Probablemente, cuando llegue a consolas, la simulación tendrá que ver simplificada para poder jugarse únicamente con mando, ya que es imposible adaptarlo de otra manera. Si sois amantes de los vuelos y de los aviones y quedáis prendados de su simulación no sería una mala idea optar por comprar todo tipo de juguetitos y aparataje que os permita sentir la verdadera experiencia de estar dentro de una cabina en vuestro escritorio. No se me ocurre una mejor obra donde justificarlo, de hecho. 

 

Por eso el proceso de aprendizaje es lento. Por eso las primeras horas deben dedicarse enteramente a los tutoriales y los primeros vuelos a acostumbrarse de verdad a las necesidades y exigencias de cada viaje. Para más inri, todos y cada uno de los aviones disponibles en el juego (se irán añadiendo más, parece que pagando dinero real) cuentan con su propia cabina, sus propias tecnologías y maneras de volar. Y aquí nadie estará a tu lado para ayudarte a pulsar los botones correctos. Aunque, para ser del todo sincero, sí: afortunadamente los ajustes y ayudas que se pueden incorporar al juego transitan por casi cualquier opción que se os ocurra, facilitando a los novatos sus vuelos y automatizando ciertas acciones. Aunque lo interesante es poder sentir que controlamos esa proeza tecnológica al completo con nuestras manos, claro. 

 

 

Tras ese enamoramiento inicial, después de haber sucumbido a tener el mundo entero en la palma de tu mano y cuando lo verdaderamente importante es la simulación y el vuelo con cada uno de los aviones (porque de eso va el juego) descubres que Microsoft Flight Simulator está destinado a los jugadores que verdaderamente quieran sentir las sensaciones reales de volar a cualquier parte del mundo. Para aquellos entusiastas que disfrutan solo de imaginarse cruzando un océano completo durante más de diez horas. Realizando rutas comerciales o soñadas. Coger una avioneta con la única intención de visitar lugares concretos del mundo durará lo mismo que el interés que todos tuvimos con ese Google Sreet View que mencionaba al inicio. Esto va de despegar, volar y aterrizar de la forma más realista posible. Y no es poco.

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