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Analisis Mario Tennis Open ,3DS

Escaso y sin justificación.
Miercoles 18 de Noviembre de 2015 por Víctor Junquera

Para muchos, todo lo que no sea un Mario de plataformas ha cogido mala fama desde la época de GameCube en la que todo se hacía mucho más party. Que si un Mario Kart barato con todo menos competición, que si un Mario de fútbol (que acertó a la primera y fue fusilado en la entrega de Wii), que si un Mario Tennis con descompensadísimos tiros especiales,... Y la verdad, desde Wii Sports, teníamos ganas de darle un poco a la raqueta, mucho mejor si nosotros movemos al personaje, claro. Y para volver un poco atrás, a lo bueno, pero dándonos las ventajas del futuro, llega este Mario Tennis Open.

 

No, no es el juego de tenis definitivo. No pretende tener el realismo de un Top Spin ni ser tan directo y arcade como un Virtua Tennis, pero nos ofrece competitividad y a la vez un juego relajado, sin necesidad de hacerlo todo tan festivo y exagerado con tiros que barren la pista. Aquí hay tiros con efectos especiales, si, pero ni son exagerados ni infalibles, y todo puede ser evitado respondiendo con el golpe contrario y sabiendo anticiparnos al rival, que es de lo que en definitiva trata este deporte.

 

Peach se pone su trajecito de deportista y enseña pierna ¡Qué atrevida!

 

Si tuviésemos que asemejar a Mario Tennis Open con otro juego del género sería, sobre todo, al gran olvidado Table Tennis de Rockstar. Es inevitable pensar en la asociación de colores y botones a cada tipo de golpeo. Efectos y respuestas son muy similares, y no estamos hablando precisamente de un producto de segunda. Mario Tennis Open puede llegar a ponerse muy competitivo una vez que dominamos cada uno de los cinco tipos de tiro diferentes, cuando aprendemos hacia qué lado hace efecto la pelota dependiendo de si golpeamos directo o revés.

 

Este nuevo Mario Tennis no sólo tiene la ventaja de hacer como si Mario Power Tennis nunca hubiese existido, sino que además le devuelve el toque portátil que tan bien le había sentado en Game Boy Advance, añadiendo un modo de juego online que funciona realmente bien. No deberíamos darle importancia a que un online funcione de una manera correcta, es lo que tiene que hacer, pero nos sigue sorprendiendo la mejora de Nintendo en este aspecto, incluso con respecto a una Wii que aún sigue funcionando y que nunca ha conseguido ir tan bien como los últimos online de 3DS. Tanto podríamos decir “ya era hora” como también “seguid así”. En cualquier caso, los beneficiados somos nosotros, aunque bien podrían haber implementado algún modo nuevo, o incluso algún minijuego para el online, que un partido sencillo o un tie-break se nos antojan escasos para cuando queremos algo más que una partidita rápida.

 

Super Mario Tennis es una idea muy original, pero no tan entretenida como creíamos

 

Porque los cuatro minijuegos que nos trae Mario Tennis Open son sólo para un jugador, y nos dan una proporción de 50-50% entre minijuegos a los que engancharnos y minijuegos que superar sólo por conseguir los desbloqueables. Desgraciadamente, Super Mario Tennis, el juego que recrea fases del Super Mario Bros. original en un frontón está en el segundo grupo. Es original pero es lento, y la recompensa en monedas no es la más alta, por no hablar del minijuego de las Plantas Piraña, que es hasta aburrido, hecho sólo para lucir ese efecto de manchas de tinta en 3D en la pantalla que tanto encanta en Nintendo.

 

Por otro lado, el minijuego de peloteo homenaje a Super Mario Galaxy y la prueba de puntuación con anillos son sencillamente redondos. Uno nos permite un peloteo ilimitado en el que podemos alcanzar grandes recompensas agudizando los reflejos, y otro sencillamente nos entretiene en lapsos de tres minutos. De aquí sacaremos las monedas que necesitamos para comprar atuendos para nuestro Mii en la tienda.

 

El minijuego de Galaxy es el mayor enganche de todo el juego

 

Porque puede parecer una chorrada, pero el Mii es un personaje versátil, tanto que podemos hacerlo como a nosotros nos guste, aunque para ello haya que sacrificar a veces el estilo. Un traje de Peach, unas zapatillas de Boo, unas muñequeras de Destello y una raqueta de bananas no pegan absolutamente nada, pero nos pueden hacer un personaje rápido y con unos efectos marcadísimos. Y tenemos más de un centenar de complementos diferentes a combinar, pero antes tendremos que desbloquearlos jugando o superando determinados requisitos, y por supuesto, comprarlos después.

 

Buena combinación de factores que te hace tener que jugar tanto torneos individuales o dobles contra la CPU, como exhibiciones offline u online y minijuegos para rellenar la hucha. Pero claro, tenemos el clásico inconveniente de tener que jugar contra la CPU, una inteligencia artificial barata y tramposa que hace que Daisy tire tan fuerte que ni nos lo creamos, o que Donkey Kong alcance bolas gracias a una velocidad que no podría ni soñar de estar en nuestras manos. Por no hablar de la IA de tu compañero en dobles, desesperante. Inconvenientes de cara a los completistas nintenteros que se pueden obsesionar con conseguir cada estrella para cada personaje, completando cada copa con cada uno de ellos, y no son pocos...

 

Trajecitos, raquetitas, muñequeritas, zapatitos,... A romper la hucha en la Boutique Mii

 

Aunque hablando de personajes y como reflexión personal, varios apuntes. Después de Smash Bros. Brawl parece que ya va siendo hora de que Wario deje de ser considerado como un personaje lento y se aproveche más esa personalidad y atuendo ganados por Wario Ware. Que tengamos bebés de Mario, Luigi y Peach, versión huesitos de Bowser, varios colores de Yoshi (diferentes y desbloqueables vía códigos QR promocionales) y que no haya ni rastro de un Koopa Troopa o un Toad, es algo que nunca más debería suceder. Por no hablar de la tendencia en estos juegos de dopar hasta el extremo y hacer descompensados a Diddy Kong y Waluigi, personaje que, por cierto, debería desaparecer de la historia de Nintendo.

 

Hay desaciertos en Mario Tennis Open, entre la banda sonora, el modo directo de movimiento giroscópico y botones táctiles, los desequilibrios entre personajes y que Camelot sabe que echamos de menos un modo RPG como el que nos trajo en Game Boy Advance, pero también hay aciertos, tan sencillos como el formato portátil, y otros de mayor profundidad como el sistema de golpes y efectos que pueden hacer que acabemos tienendo partidos realmente emocionantes si sabemos aprovechar el terreno y a nuestro personaje.

7.5

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