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Analisis Mario Party: Star Rush ,3DS

Lo que importa no es ganar.
Jueves 06 de Octubre de 2016 por Álex Pareja

Este nuevo acercamiento portátil de la saga Mario Party es el mejor hasta el momento, sin lugar a dudas. No solo nos encontramos con una entrega a la altura y que sabe hacer recordar a algunos de los mejores juegos de la franquicia, sino que además permite que lo hagamos junto a nuestros amigos con relativa facilidad, que es donde el juego saca todo su potencial lúdico. Con un solo cartucho vamos a ser capaces de jugar con otras consolas cercanas a una partida de este nuevo Mario Party Star Rush, que sin ser una locura, consigue enganchar y divertir.

 

Son pocas las novedades que incorpora respecto a otras entregas, aunque los más fans las sabrán notar al primer contacto. Lo importante, a fin de cuentas, es trasladar esas buenas sensaciones que hemos vivido durante los últimos años en un entorno portátil, sin que por ello parezca perder eficiencia en sus puntos fuertes y sin cometer los mismos errores del pasado. Mario Party Star Rush sabe solventar un pequeño problema al incorporar un cambio que hace las partidas algo más dinámicas: ya no hace falta esperar al turno de los rivales, sino que todos actúan a la vez.

 

 

Lanzaremos los dados mientras que nuestros rivales harán lo propio, y el movimiento en el tablero se hará también a la vez. Eso no quiere decir que perdamos esos típicos enfrentamientos cuando dos jugadores caen en la misma casilla, o no se puedan utilizar objetos de bonificación o de molestia para los demás, sino que ahora todo es mucho más fluido y se agradece. En general, eso sí, salvo algunos cambios que encontramos dependiendo de la modalidad de juego que escojamos, Mario Party Star Rush sigue siendo un Mario Party con todas las de la ley: tirar el dado, movernos por el escenario, recoger monedas y estrellas, realizar minijuegos y tratar de ganar la partida.

 

Al igual que los demás títulos de la saga (y, en general, de cualquier franquicia competitiva de Nintendo), da la sensación de que el juego no quiere que te frustres si vas perdiendo o si el resto de jugadores te sacan mucha ventaja, sino que quiere divertir sin más. Por la propia estructura del juego, es fácil que haya remontadas o que haya muchas vueltas en el marcador a lo largo de los turnos, lo que aumenta la sensación de diversión general. Además, la aleatoriedad se manifiesta no solo en la propia tirada de los dados, que puede significar en muchas ocasiones la victoria o la derrota, sino también la estructura de algunos enfrentamientos entre personajes o en los propios desafíos. 

 

 

Los minijuegos están bien, aprovechando todas las capacidades de Nintendo 3DS (pantalla táctil, botones normales, micro...) aunque ninguno llega a sorrpender a estas alturas. Son divertidos, pasas el rato, sirven para crear rivalidades... pero tampoco son nada del otro mundo. Al menos hay que destacar que si jugamos solos, los jugadores controlados por la máquina son más o menos inteligentes, actuando de forma normal, pudiendo gestionar su dificultad para que la vayamos adaptando a nuestra habilidad, aunque nunca habrá nada igual que jugar junto a amigos. 

 

Es una pena que no haya multijugador por internet, es decir, jugando con otras personas reales que no estén a nuestro lado, pero incluso se llega a entender por el propio concepto que destila Mario Party Star Rush y el resto de entregas de la saga: son juegos familiares, donde importa más reírse con los demás que la propia competición, aunque pueda llegar a existir. También tenemos diferentes modos de juego, que varían algunas de sus reglas aunque, en general, todas van de lo mismo. 

 

 

En una de las modalidades, los cuatro jugadores controlarán a Toads de diferente color, y en el tablero irán surgiendo de vez en cuando personajes clásicos del universo Mario que podremos utilizar como acompañantes si conseguimos llegar hasta su casilla antes que los demás. Estos acompañantes se unirán a nuestro grupo y podemos escoger en todo momento al que queramos, ya que cada uno tendrá diferentes habilidades y números en el dado. Es decir, que aunque en el fondo tampoco sea algo tremendamente importante o que pueda variar el curso de una partida al completo, hace que sea interesante e incluso lógico buscar algún compañero que nos pueda ayudar. También hay que tener en cuenta que cuantos más seamos más movimientos podremos realizar en cada jugada, ya que todos tirarán su dado y se sumarán las cifras.

 

También podremos jugar al modo clásico, donde importará conseguir monedas que nos servirán para comprar las estrellas que aparecerán de vez en cuando en el tablero, consiguiendo la victoria aquel que consiga el mayor número al final de los veinte turnos. Hay diferentes tableros, cada uno con sus propias características, pero todos con los mismos elementos. Casillas de objetos, de monedas, de trampas... quizás aquí se eche en falta un poco más de carisma o de personalidad, ya que ninguno de estos mapas llega a enamorar del todo. Quizás también se queden algo cortos en número. 

 

 

Ese es un problema que arrastra Mario Party Star Rush en general, a pesar de que en sus formas y contenidos esté muy bien conseguido. La falta de personalidad es obvia, pero ya no sé si se debe al propio juego o a que llevamos muchísimias entregas de la franquicia y todas ellas terminan aportando más o menos lo mismo. Es disfrutable, sobre todo viendo el caso anterior de la portátil, pero hay que tener en cuenta que tampoco significa un punto y aparte. Aquellos que quieran disfrutar de un buen Mario Party en una portátil ya tienen algo que celebrar.

7.5
/ 10

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