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Analisis Kinect Star Wars ,X360

Mi reino por un caballo... más rápido
Sábado 24 de Octubre de 2015 por Diego Emegé

Fans de Star Wars, fans de estos que tenéis expuesto vuestro uniforme de Stromtrooper y vuestra réplica del sable láser de Darth Vader, huíd de Kinect Star Wars, y huíd de este texto antes de que sea demasiado tarde y empecéis a culpar a Microsoft por algo que no está dirigido a vosotros. ¿O si? Realmente no quedan muy claras las intenciones de este juego cuando aporta referencias, detalles y guiños para los seguidores más acérrimos, mientras que a la vez sabe que estos mismos seguidores fibrilarían de vergüenza ajena al ver a Han Solo y Lando Calrissian bailando sobre la máquina que convertiría al primero en carbonita. 

 

Pero bueno, odios de fan aparte, lo que nos propone Kinect Star Wars no es la experiencia definitiva, sólo un compendio de juegos, variedades del control sin mando ambientadas en el universo de Lucas, y hay que decir que no todas estas formas de entretenimiento diferentes llegan al mismo nivel, y precisamente el atractivo principal es el que más flaquea, por eso empezaremos por él. 

 

Lo que todos querríamos, usar los poderes de la Fuerza y nuestro sable láser para abatir oleadas de droides enemigos, es la expriencia más irregular de todo el juego. No porque esté mal implementada, de hecho, el control responde bien aunque sea parcialmente sobre raíles. Saltos, potentes deslizamientos y esquivas laterales sin movernos mucho del sitio son posibles, e incluso patadas a los rivales, y en lo que a las manos se refiere, a elección de si somos zurdos o diestros, una para el sable láser y otra para empujones y alzamientos de Fuerza. 

 

Pero la verdad, como consejo, coged el mando de la tele, o un Wiimote, o incluso esa réplica de sable láser que tenéis ahí expuesta... Bajad a comprar una a los chinos si hace falta, pero tened algo en la mano de la espada, para que esto no se convierta en un simple juego de mover la mano de lado a lado. La respuesta no es la que podríamos esperar del Kendo de Wii Sports Resort, pero tener algo en la mano ayuda a que sea algo más inmersivo. Donde no hay queja alguna es con la otra mano, que ahí sí que es eso que siempre hemos hecho. Abrir puertas automáticas moviendo la mano, empujar al aire y esperar una reacción... Todo eso con la mano izquierda, de la forma más intuitiva posible, aunque la precisión es horrible si pretendemos apuntar con un objeto alzado a un enemigo. 

 

Esta es sólo una de las partes que nos espera en la campaña principal de Kinect Star Wars, como jóvenes Padawan, vivimos unos eventos que suceden entre La Amenaza Fantasma y El Ataque de los Clones, como si de una película se tratase, con zonas de conducción de vehículos, de disparo a los mandos de una torreta, y por supuesto, de avanzar y trocear droides, a lo largo de aproximadamente cuatro horas, pero la verdad es que es, como os decíamos, muy irregular, y es una pena, porque lo que podría haber sido un gran juego, se vuelve soso, fácil y repetitivo ya a la media hora, y los niveles de dificultad superiores no solucionan la papeleta. 

 

De los jefes finales de esta campaña sacamos un nuevo modo, los duelos, que nos llevan a enfrentamientos 1 vs 1 (o 2 vs 2) contra muy clásicos personajes, en combates “por turnos”. En el primer turno toca defendernos, viendo la trayectoria del ataque enemigo y poniendo nuestro brazo en la dirección apropiada, en el segundo turno, el cruce de espadas, tenemos que hacer algún movimiento ofensivo en el momento correcto para desequilibrar al rival, y ya en el tercer turno toca zarandear el brazo sin sentido para bajarle la barra de vida. Así, repetir tres veces. También, varios niveles de dificultad, combates espectaculares, pero... Insuficiente.

 

Pero si nos salimos de las peleas... ¿Hablamos del baile ya? Mejor lo dejamos para un poco más tarde... y vamos a la competición, donde nos encontramos con que el modo Carreras de Vainas también tiene su propia campaña, también tras el Episodio I, con un Watto que pretende recuperar la gloria con un piloto al azar. Aquí los controles responden a las mil maravillas, aunquemantener los brazos al frente tanto tiempo es agotador.Pero en lugar de inclinarnos como muestran en los tráilers, lo importante para girar nuestro vehículo es adelantar o atrasar las manos, y la precisión que detecta Kinect aquí es enfermiza. Vale que no esté a la altura de las posibilidades del mítico Star Wars: Episode I Racer, pero en diseño de niveles, IA enemiga y control, las Carreras de Vainas son, sin duda, lo mejor de este Kinect Star Wars. 

 

Otro modo que responde bien, no cansa y desestresa, es esa especie de Rampage galáctico en el que hacemos algo que nunca pensamos que podríamos hacer, que es manejar a un Rancor. Es absurdo como fan, sí, pero es divertido como jugador, y más divertido será como niño, o como jugador no tan experimentado. Porque se basa en caminar, saltar, destruir, aporrear el suelo, llevarse enemigos al gaznate y todas esas cosas que hacen los bichos grandes que buscan destruir cosas sin ton ni son. Y es un modo que tiene hasta cierta profundidad, niveles de experiencia, desbloqueables,... Además de desestresante, agradecido, pero desde luego que no nos compraríamos un juego completo sólo por esto. 

 

¡Llegamos al polémico baile! Y cabe decir que no hay nada de polémico. Es totalmente opcional, e incluso el propio juego se excusa diciendo que son unos archivos corrompidos que tal vez merezca la pena ver. Y bueno, la verdad es que no esperamos que con Kinect Star Wars se pierdan los complejos de hacer el chorra frente a la tele, y bien, como juego de baile no es tan profundo como los Dance Central de Harmonix, pero son un extra con mucho trabajo detrás, con versiones de canciones míticas adaptadas al universo Star Wars, y demonios, hay una veintena, con sus respectivos niveles de dificultad y desbloqueables, que van mucho más allá de un simple extra para pasar el rato. 

 

El problema de estos dos últimos modos, o incluso de todo el concepto del juego en sí, es el haber querido abarcar todos los géneros existentes para Kinect y transformarlos a Star Wars a toda costa, cuando lo que muchos esperábamos, y con lo que muchos nos habríamos conformado más que de sobra, es con un seguimiento de las trilogías de películas con usos de Kinect. ¿Batallas de naves? Sí, la de la Estrella de la Muerte, la de Hoth, la de Naboo,... ¿Sables láser? Todos los que quieras en las Guerras Clon, Ben Kenobi vs Vader,... ¿Bailes? En la cantina, gracias. 

 

Sin embargo, tenemos un “de todo un poco” en el que lo más importante, la campaña Jedi, es lo que más falla, ya que por mucha libertad de movimientos que tengamos, la experiencia es lo más guionizado que puede haber, siempre con un dibujito en pantalla recordándonos que sólo hay una acción posible para avanzar. Pero en realidad, nunca hubo muchas esperanzas de que esto fuese un gran juego. Lo que sorprende es que los modos “extra” hayan salido tan bien a pesar de todo.

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