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Analisis Just Cause 4 ,PS4

Just Cause más divertido que nunca
Viernes 14 de Diciembre de 2018 por Rafa del Río

Rico Rodríguez vuelve, y lo hace por todo lo alto con el que sin duda es el más divertido episodio de la saga Just Cause. Nuevas armas, nuevos vehículos y, lo más importante, nuevas formas de explotar su jugabilidad se juntan en Just Cause 4 para dar como resultado un juego que parece destinado a ese pequeño adolescente que todos llevamos aún dentro y que disfruta viendo saltar las cosas por los aires mientras huye volando en busca de un avión que secuestrar en pleno vuelo. Just Cause 4 es adrenalina y acción sin complejos, como un reto de Jackass o un capítulo de Cazadores de Mitos dedicado a ver qué sucede cuando juntas gasolina con C4, colocas encima un monigote de Adolf Hitler y haces saltar la chispa. 

 

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Bienvenidos a Just Cause

Antes de empezar, quiero que me hagáis un favor y le echéis un ojo a lo que pone arriba. En el título. ¿Lo véis? Justo donde pone Just Cause 4... Pues justo eso: pone Just Cause 4. Eso significa que esto es un análisis de Just Cause 4, no uno de GTA, Red Dead Redemption ni cualquier otro sandbox al uso. Sí, comparten ese difuso concepto de género de 'mundos abiertos' o 'sandbox', pero tratar de igualar a Just Cause 4 y lo que pretende con los mencionados es como comparar Forza Horizon 4 con FIFA 19 porque ambos son deportivos, o PUBG con Wolfenstein porque en los dos se pegan tiros. Por cierto, la versión analizada es en Xbox One X, por lo que no puedo hacerme eco de los problemas con el crash en N36 en PC.

 

A lo que voy es a que esto es un análisis de Just Cause 4, y como tal voy a analizar lo que ofrece Just Cause 4, no lo que nos habría gustado que copiara de GTA, ni la historia que nos hubiera gustado que tuviera. Como decía al principio, el juego de Avalanche es adrenalina pura, el heredero, el único que queda, de una forma de entender el sandbox que curiosamente empezó con el primer GTA y que Rockstar ha olvidado con el tiempo en pro de lo cinematográfico y lo guiado. La libertad de cumplir la misión como quieras, esa sensación de hacer el cafre por la ciudad que pudimos disfrutar en los primeros GTA o en toda la obra completa de Saints Row permanece totalmente intacta en Just Cause 4. Y lo hace añadiendo un montón de gadgets y posibilidades de encadenarlos, un gancho que ríete tú del de Batman y un paracaídas y un traje de vuelo más ágiles y controlables que nunca. ¿El resultado? un juego sin complejos que es el equivalente en videojuego de un patinete eléctrico en una carretera llena de rampas y colchonetas o de mezclar whiskey con ginebra y gasolina. 

 

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Hemos venido a divertirnos

Just Cause 4 intenta mostrar una historia más comprometida que nunca con un argumento en el que se mezclan el padre de Rico como ingeniero, un inmenso territorio explotado por el malo de turno y una potente arma climática que debemos frenar. No faltará la presencia de personajes del pasado y dudas morales, pero lo cierto es que nada de esto importa cuando saltas de un helicóptero a dos mil metros de altura y te pones a disparar tu lanzamisiles contra las instalaciones de la base enemiga de turno, o cuando colocas cohetes propulsores a un barco con el que cruzar la avenida de una gran ciudad plagada de enemigos, o cuando haces de doble de acción para una directora de cine tan pirada como los guionistas de Avalanche Studio, si no más.

 

No importa la historia, aunque está ahí, porque nosotros hemos venido aquí a divertirnos. Afortunadamente la buena gente tras Just Cause 4 lo saben, y por eso han trabajado duro para ver qué funcionó y qué no en anteriores entregas y se alejan de todo lo supéfluo para invertir ese esfuerzo en lo que de verdad importa. Olvidaos así del árbol de habilidades y demás historias, de tener que alcanzar determinados niveles de caos rompiendo cosas o de tener que eliminar propaganda bélica del dictador de turno. En just Cause 4 siempre hay algo tremendamente divertido por hacer, y aunque podemos aceptar retos para conseguir más elementos para nuestro arsenal y garaje o acortar distancias aprovechando los regimientos del ejército del caos que iremos formando según avanzamos por la aventura, lo mejor es plantarnos en la misión principal de cada región, pedir que nos den los objetivos y cumplirlos de la forma más espectacular, divertida y liberadora que se nos ocurra. 

 

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Un Rico que da gusto manejar

Avalanche ha eliminado muchas de las cosas sobrantes que lastraban la experiencia en entregas anteriores de cara a este Just Cause 4, y a cambio se ha esforzado mucho en la jugabilidad y control de Rico con el fin de garantizar la mejor experiencia Just Cause hasta la fecha sin discusión. El botón de agacharse ha desaparecido, al fin, así como el de acercar la vista, que frenaban la experiencia, y han sido cambiados por un gunplay mucho más intenso en el que, ahora sí, nos sentimos como una máquina de matar. Por fin es una gozada entrar en una base e ir eliminando a un enemigo tras otro con ráfagas cortas de nuestro fusil, masacrarlos con las potentes ametralladoras o usar nuevas armas como el fusil inteligente, el rifle de rayos o la escopeta de ultrasonidos.   

 

Junto al gunplay y los tiroteos, que ahora tienen esa sensación a pie de calle que descubrieron en Mad Max, Rico también se siente mucho más ágil tanto a la hora de correr y saltar como de usar el traje de vuelo, el paracaídas y el gancho. Por si esto fuera poco, ahora podemos cargar el gancho con varios gadgets y programarlo para que actúa de distinta forma, podiendo acercar a varios enemigos, hacer que salgan flotando con globos de helio y luego mandarlos al horizonte con los cohetes propulsores sin necesidad de acercarnos a ellos en ningún momento.

 

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Por tierra, mar y aire

Afortunadamente Rico no es el único que ha sufrido una evolución importante en lo que respecta a su jugabilidad, Avalanche se ha esforzado para que jugar a Just Cause 4 sea igual de divertido en todas sus facetas, y ha trabajado mucho por mejorar las mecánicas de conducción y pilotaje de sus vehículos, especialmente en lo que corresponde a la conducción deportiva, el manejo de los aviones y el combate aire-aire y aire-tierra. Por fin podremos usar los flaps de los aviones para mover el timón de cola a izquierda y derecha, disfrutar conduciendo a toda velocidad un super deportivo sin que se nos vaya en la primera curva o dejar quieto nuestro helicóptero en el aire mientras acribillamos la planta superior de un rascacielos a través de las ventanas o asolamos una base enemiga. Y mientras, escucharemos a Rico canturrear la Cabalgata de las Valkirias en el más puro homenaje a Apocalypse Now. Un homenaje que se junta a mil guiños y huevos de pascua como uno dedicado al famoso videoclip de una canción que, curiosamente, escuchábamos cantar al protagonista de Saints Row 2 cuando volaba a toda velocidad por encima de Stilwater. 

 

El resultado final es que todo se mueve al fin como debería en Just Cause 4. Las mecánicas de botones para subir al techo y pasar de uno a otro vehículo y el 'secuestro aéreo' han desaparecido dejando que seamos nosotros, mediante nuestra habilidad, quienes actuemos saltando de un coche a oto, usando el gancho o aniquilando a los pasajeros de un helicóptero antes de asaltarlo. Sin secuencias programadas ni QTE, lo que es un gran acierto y todo un puntazo. 

 

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Un juego para disfrutar

Just Cause 4 es, a todas luces, un juego para disfrutar y echarle horas sin complejos. Desde su radio, con varias sintonias donde escuchar mucha música en español y varios anuncios y programas en castellano de entre los que destaca el brutal dúo de Tiago y Santiago, hasta los brutales efectos metereológicos y sus físicas. Todo en Just Cause 4 es honesto y directo como el puñetazo en la mandíbula de un buen amigo o tu primer beso en la boca. Hay que avisar de que al principio cuesta hacerse con él y hay que aprender a programar el gancho y entender las nuevas reglas de combate y movimiento, pero tras una hora o una hora y media el juego empieza a mostrar su potencial con un incremento interesante tanto en la jugabilidad como en su aspecto visual, que empieza en el escenario más feo de cuantos tiene el juego. 

 

En definitiva, Just Cause 4 se llevará palos porque no tiene un campamento en el que cenar puchero ni la posibilidad de alternar entre un joven del gueto, un ex-atracador de bancos y un asesino en serie, pero esa nunca fue su intención. Los que recordamos los tiempos en los que GTA se jugaba con trucos para pillar el tanque y armas infinitas, nos alegramos de que así sea. Just Cause 4 es disfrute puro y duro de los 90 metido en un potentísimo sandbox de mundo abierto lleno de juguetes con los que jugar. Es posible que no nos descubra nada nuevo, que no sea el juego que mejor aprovecha el entorno para que exploremos un bosque con una tortuga en la mano o que no luzca maravillosamente en la próxima gala gracias a su procupación por el medio ambiente o su inclusión de nuevas técnicas de narración respecto al punto de vista del jugador en un contexto político social inventado para la ocasión, pero... ¿a quién le importa una mierda cuando puedes surfear un tornado o llenar un tanque de globos para que flote y dejarlo caer en medio de una planta depuradora enemiga?

 

¡Nos leemos!

8

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