Analisis Immortals Fenyx Rising ,SERIESX

Decidme ahora, Musas, dueñas de olímpicas moradas,
pues vosotras sois diosas, estais presentes y lo sabeis todo, 
mientras que nosotros sólo oímos la fama y no sabemos nada, 
alimentad mi verbo, mi lengua y los dedos de mis manos,
para narrar las grandezs de Immortals: Fenyx Rising*
*en Xbox Series X, pues es la versión probada.

 

El nuevo mundo abierto de Ubisoft

Immortals Fenyx Rising ofrece un nuevo enfoque a los juegos de mundo abierto de Ubisoft con dos narradores de categoría y un vistazo por encima del hombro al pasado del videojuego. Elementos clásicos del género Beat'em Up de escenarios abiertos se une al plataformas y a los puzzles para crear un sandbox diferente al estilo más típico de la marca y con una estética que conecta directamente con el público más joven. Mientras Eivor conquista Inglaterra entre salpicones de sangre y cuerpos desmembrados, Fenyx se aferra a un estilo más cartoon para recordar en algunos momentos a clásicos grabados en nuestra memoria como Story of Thor, Fable, Legacy of Kain: Soul Reaver o DarkSiders. 

 

Pero no me malinterpretéis, Immortals Fenyx Rising no actúa cuan Prometeo robando el fuego de los Dioses a los títulos mencionados. La sensación de identificación surge de cómo retrocede para retomar lo que funcionaba y ha quedado abandonado del género ofreciendo una experiencia que se siente renovada y engancha a quien comulgue con los vastos escenarios y eche de menos la libertad de movimiento. Un sistema de combate con muchos aciertos y un doblaje en castellano que consigue que hasta un purista como yo renuncie al doblaje original termina por cerrar una obra que cumple de sobra con lo prometido. 

 

 

 

El renacer de Fenyx

Immortals Fenyx Rising nos presenta una nueva odisea que bebe directamente de la miolotgía griega, la Ilíada y la Odisea, retorciendo el Himno Homérico y la Teogonía para plantear un rico mundo creado por Dédalo y plagado de alusiones a todos los habitantes del Olimpo. Con un enfoque moderno, más de influencer que de Homero, los Dioses, héroes y criaturas mitológicas se convierten en famosetes en un mundo de aventuras. Un argumento que narrado con gran precisión consigue arrancar la sonrisa y la carcajada en los momentos más inesperados. 

 

En el papel de Fenyx, la hermana -o hermano- de un gran guerrero, deberemos enfrentarnos a Tifón y recuperar la esencia de los dioses para contar con ayuda divina y sus bendiciones en nuestro enfrentamiento con el hijo de Gea y el Tártaro. Para ello deberemos cruzar varias islas con la ayuda de las alas de Ícaro mientras mejoramos las armas de Fenyx, conseguimos nuevas armaduras y visitamos el salón de los Dioses para adquirir habilidades y reforzar nuestro equipo y personaje. Una propuesta clásica en más de uno y dos sentidos que funciona ante la ausencia de misiones secundarias, camufladas como marcadores que iremos descubriendo en el mapa y que nos llevará a superar sdistintos retos para conseguir recursos con los que medrar. 

 

 

Actividades para rato

Usando la visión de Zeus podemos descubrir puntos de interés y marcarlos en el mapa, llenando el escenario de misiones, objeticos, retos y cofres. En este sentido Immortals: Fenyx Rising puede llegar a abrumar al jugador por la gran cantidad de iconos que podemos sembrar en el mapa. Afortunadamente no son obligatorios para continuar la campaña principal, lo que unido a que tienden a ser bastante disfrutables, los convierten en algo que se agredece. Sobre todo en los primero momentos del juego, si bien hacia el final lo más normal es que termines pasando de ellos y siguiendo la historia. 

 

Immortals: Fenyx Rising oculta casi todos sus cofres y retos tras puzzles que van desde lo más clásico hasta lo más novedoso. Placas de presión, bolas, corrientes de aire, flechas de fuego, aros imposibles, velocidad, notas musicales... Fenyx te va a invitar a estrujarte las neuronas de lo lindo con una filosofía muy de los noventa que unida al género sandbox y la libertad de movimiento, su combate y su historia, resultan refrescantes más de dos décadas después.   

 

 

 

Cayendo con estilo

Una de las cosas que más me ha gustado de Immortals: Fenyx Rising es su concepto de agilidad y velocidad, que aplica a todos sus elementos. La exploración es muy veloz, ágil, satisfactoria, especialmente cuando aumentas la resistencia de Fenyx y consigues equipo que añade bloques de resistencia. Subir hasta una estatua aprovechando las corrientes de aire y saltar para planear a toda velocidad en compañía de nuestra mascota sobre las islas resulta gratificante, tanto como cabalgar a lomos de las distintas monturas que podemos domar por el camino o correr por las inmensas praderas. De todas formas, siempre puedes aprovechar el modo viaje rápido que, gracias a los tiempos de carga ultra veloces de la nueva generación por fin es fiel a su nombre: viaje  rápido. 

 

El combate se aprovecha de esta agilidad y velocidad con un sistema que bebe del mapeado de botones de Assassin's Creed añadiendo elementos que parecen surgidos de DMC. Lanzar al enemigo por los aires, alejarlo de un hachazo, ralentizar el tiempo y dispararle dos flechas, acercarte a él con el lazo de los brazaletes, golpearlo repetidas veces con la espada, aplastarlo contra el suelo con el martillo y empalarlo en las lanzas es tan sencillo como espectacular, aunque requerirá práctica y que desbloquees las distintas habilidades y pericias con las que cuenta Fénix. Esquivar y bloquear en el momento es tan sencillo como en Assassin's Creed Valhalla, aunque en esta ocasión en vez de ejcuciones veremos a los enemigos salir despedidos por el aire tras nuestro último golpe derribando árboles por el camino y haciendo estallar rocas. 

 

 

 

Un catálogo de personajes de lujo

Argonautas corrompidos, gorgonas, cerberos, mantícoras, grifos, gigantes, quimeras, la Hidra... el número de enemigos incluye a famosetes de la talla de Polifemo, Coto, Tifón y las versiones corrompidas de Ajax, Odiseo, Herácles y muchos más guerreros conocidos. Sin embargo, la palma se la llevan los dioses y, sobre todo, sus voces, que junto a las de Fenyx y Tifón demuestran un trabajo de doblaje en castellano que es uno de los elementos más simpáticos e interesantes del juego. 

 

Escuchar a dos grandes como Roberto Encinas y Salvador Serrano discutir cada paso que damos en sus papeles de Prometeo y Zeus mientras Luisa Marciel/Javier Lorca en el papel de Fenyx va a lo suyo intentando que un Hermes muy Cat Noir al que da voz Jesús Barreda no se la líe, es toda una delicia. Un doblaje de lujo al que se unen voces estrella como la de Vicente Gil -Tifón- Álvaro Navarro -Hefesto-, Catherina Martínez -Afrodita-, Pedro Tena -Ares- y Cecilia Santiago -Atenea-. La cercanía de las voces y los personajes que interpretan se unen a unos diálogos muy bien escritos y localizados que son lo que le dan el punto más positivo a esta reinvención del Himno Homérico y la teogonía en forma de what if. 

 

 

 

Luces y sombras sobre el Olimpo

Immortals: Fenyx Rising cuenta con un rendimiento estable y un aspecto sólido en la versión probada de Xbox Series X. Buenas melodías a la altura del doblaje y ese enfoque más clásico del género le sientan muy bien a una propuesta en la que no se echan en falta los peatones y paseantes tan típicos de Ubisoft. Su exceso de puzles puede llegar a atragantarse un poco según se acerca el final, sobre todo a los analistas que vamos con prisas para llegar a embargo. Disfrutado a su justa velocidad, sin prisas y visitando sus bonitos rincones, es un título notable que podría aspirar fácilmente a convertirse en una nueva franquicia. 

 

Se nota su enfoque a un público más joven que el de las otras sagas de mundo abierto de ubisoft con un PEGI 12+ que juega con los diálogos y la violencia en pantalla para ofrecer la cara más amable de la compañía gala. Para el jugador maduro puede no estar a la altura de Valhalla, pero para un público joven y en las puertas de la adolescencia, Immortals: Fenyx Rising es una oferta muy jugosa que sin duda marcará un momento importante en su memoria futura como videojugador. 

 

¡Nos leemos!

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