Analisis Hyrule Warriors ,WIIU

Hyrule Warriors no es lo que esperaba por los tráilers, pero tampoco es lo que esperaba de un Dynasty Warriors. Siendo franco, me ha dejado un frío, pero viniendo de un título firmado por Omega Force no tiene que ser necesariamente negativo. Hasta lo he terminado, algo que no puedo decir de las otras tantas oportunidades que le he dado a Dynastys, Samurais, Hokutos, Orochis y otras producciones de similar índole de los japoneses. ¿La mano de Nintendo se nota? Ni siquiera sé si ha habido tal mano, pero no creo que sea un juego que yo pudiese recomendar felizmente a ningún seguidor tradicional de la franquicia de las tierras de Hyrule en los tiempos que corren.

Es el claro ejemplo de juego de alquiler: un título delicado que recomiendo alquiler previo antes de la decisión. Estilo Dead Rising 3. A mí me acabó encantando, ¿pero le gustará a cualquier fulano o fulana que se compre una One y se encuentre con semejante orgía deleznable? A Hyrule le pasa un igual: ¿Puedes recomendárselo al fan de Zelda que todavía no ha tenido uno en su consola? Tú sabes perfectamente que el aquí presente no es un Zelda al uso, ¿pero cuántos lo comprarán en la tienda de turno sin saberlo y se llevarán la sorpresa? Luego, ¿será positiva o negativa? Ni siquiera en eso me atrevo a postularme.

Mirad lo que ha sucedido con el juego en el resto de las webs españolas: ¡Ha encantado! ¡En general! Parece que soy el único raro que ha pedido cordura ante lo visto en la pantalla de mi tele y Gamepad, pero puede que haya sobrevalorado al fan medio de las aventuras de Link. Pensaba que eran los usuarios de consola con uno de los paladares más fino de la industria, pero visto lo visto, también os va un poco el fast food. Siempre que no se abuse no es malo, pero no pienses que Hyrule es una hamburguesota del Fosters de 15 pavos, el aquí presente es un Cuarto de Libra de 4 euros, que no es una chesseburguer cutre de euro, pero tienes licencia para sospechar de su procedencia.

Lo que he jugado en otros Dynasty no me parece tan trabajado como en Hyrule Warriors, y seguramente me equivoque, que me perdonen los seguidores de la franquicia madre. Pienso que los personajes tienen mejores movimientos y son mucho más espectaculares que en otros capítulos de batallas chinas, japonesas o manga. De hecho, Lana es puro amor: su habilidad con los libros me ha parecido deliciosa una vez consigues combos más amplios que los estándar, y el hecho de que muchos de los personajes tengan dos opciones jugables (ambas funcionales) le da cancha para seguir subiendo a tus personajes una vez acabes la aventura principal y te lances a las Quests.

Pero tampoco nos dejemos llevar: no es que sea un juego excesivamente largo. Hablamos de pantallacas de entre 30 y 50 minutos, alargadas a veces hasta el absurdo y con un tramo final del juego regulero del que no puedo hablaros por spoilers, pero que en fin, una de esas formas niponudas de llevarte a alargar tres horitas el total del juego con algo prácticamente innecesario y que no hace más que alargar su agonía fan-service hasta el absurdo. Y es que de eso hay hasta el aburrimiento, y si no te insta enamoras de Zelda, no tienes sangre en las venas ni tienes nada, de las mejorcitas que servidor ha visto en la serie.

Por lo demás, lo que imaginas: "defiende una zona, ¡CORRE A LA ZONA 2! ¡Están lanzando pedrolos en la 3!" Batalla con el insípido final boss y aquí no pega un espadazo ni uno de tus soldados. Tienes un ejército envidiable, si pegasen, nadie podría con ellos, pero no seré yo el que se queje de esas cosas con más de veinte juegos a las espaldas de Koei Tecmo en uno de sus géneros fetiche. Ahora, si te gusta la aparición de malos en tu cara y la proliferación de hordas mágicas sin venir a cuento, no te importara. Si el paladar del Zeldiano es tan bueno como recuerdo, no le pasará una, y con razón. Como decía en la preview de hace unas semanas, su mero lanzamiento en Europa es un regalo por parte de Nintendo, que por atreverse, ni siquiera le ha llamado Zelda, como sí hicieron en Japón.

Y a pesar de la extravagancia técnica y las paranoias jugables de un título a todas luces pésimo en el nivel técnico, sigue siendo divertido. Y hablo de diversión por encima de los capítulos de Musou jugados en el futuro, y si tienes tiempo y ganas de ver a Link reventar hordas de 70 esqueletos (o Gorons) con un espadazo, vas a gozarlo con Hyrule Warriors. La música suele ser deliciosa. Lástima que en 50 minutos de continuada melodía acabes aborreciendo a cualquier tema de la franquicia, pero al menos ha habido un trabajo interesante, y algunas de esas piezas suenan de fábula.

Mi recomendación: Pruébalo antes de hacerte con él. Si lo disfrutas, felicidades. No es que seas imbécil, es normal que te pueda gustar, pero también comprendería el desengaño de jugadores que, desinformados, caen en un juego que poco o nada tiene que ver con lo que esperaban de todo un Zelda.