Analisis GRID 2 ,PS3

Cuándo nos adentramos en un simulador de conducción ¿qué es lo que buscamos? Puede que a la hora de ponernos frente al volante para competir en una carrera debamos plantearnos qué tipo de jugador somos con respecto a este género. Y es que tenemos dos modalidades que, a pesar de beber de las mismas bases, difieren mucho en cuanto a su experiencia.

En el caso de Codemasters, podemos decir que han sabido marcarse un lugar en todos los ámbitos de conducción. Tenemos el modo más hardcore como las entregas anuales de F1 y el casual con títulos como Dirt o el que nos atañe ahora, GRID 2. Aun así la desarrolladora no puede dejar a un lado sus grandes conocimientos de conducción y esa larga experiencia en poner al jugador a prueba. En títulos como F1 uno ya sabe lo que va a encontrar, un largo recorrido de aprendizaje y adaptación a su modo de pilotar y a sus normas. Por el contrario en GRID 2 dejamos a un lado ese carácter más restrictivo y castigador para centrarnos en el movimiento del coche por el circuito.

Pero, a pesar de quitar de en medio los obstáculos técnicos y limitar la configuración de los vehículos al color y localización de la imagen de los patrocinadores, no podemos ignorar que cada coche que desbloqueamos tiene sus propias características y llevan el reto implícito. Según avanzamos por los diferentes desafíos vamos aprendiendo a compensar esas diferencias puliendo las lecciones que nos dan al inicio.

Sin duda el modo individual de GRID 2 es directo y esta diseñado para obtener esas partidas rápidas que uno pueda buscar tras un largo día de trabajo. A ninguno nos apetece movernos por complejos menús o tardar una eternidad en llegar al circuito. Ni configuraciones ni distracciones, solo conducción. El tiempo que invertiremos en empezar a correr será el justo para elegir coche y el tipo de carrera. Si queremos liarnos un poco más, podemos echar un ojo a los desafíos propuestos por los patrocinadores. Ese es el carácter arcade de este título. Superar estos retos nos desbloquean otros circuitos y así vamos aumentando el catálogo de carreras que podemos repetir una y otra vez.

Aunque el modo individual de GRID 2 nos pone delante esa opción rápida, donde realmente podemos disfrutar de todas las virtudes del título es en el modo multijugador. Es cierto que tiene momentos de locura cuando vemos que, al llegar a la primera curva, los jugadores que tenemos delante se envuelven en una orgía de colisiones. Cuando por fin nos toca girar a nosotros, la nube de humo oculta todos los coches que han chocado y casi dan ganas de cubrirnos la cara con los brazos, como intentando protegernos. Es en este modo donde realmente ponemos a prueba nuestra destreza. Y es que la presión de superar al humano se siente mejor que a la máquina ya que, si bien no encontramos script que hacen que tengamos siempre a un contrincante pegado al culo, en el modo offline el resto de corredores no suelen fallar en los giros o perder el control del coche. Y aun así ganamos.

Por eso vemos el gran encanto que tiene jugar contra otros en cualquiera de las modalidades del multijugador. Da igual si echamos una simple carrera, si tratamos de batir al resto en un reto de distancia o si intentamos conseguir la máxima puntuación mediante derrapes y drifts. Por ejemplo, en el último caso la emoción se encuentra en esos momentos en que estamos realizando un derrape viendo como nuestro contador sube y ¡zas!, al terminar e ir a enderezar el vehículo, un encontronazo con otro coche chocado hace que perdamos el control y todos los puntos acumulados en la maniobra.

Algo que caracteriza a los títulos de Codemasters es la facilidad de ir en las primeras posiciones y que un fallo nos haga pasar a los últimos puestos. Sí, parece que suena mal, pero es un método de aprendizaje. En ocasiones debemos sacrificar un adelantamiento para evitar una situación de peligro. Imaginemos que nos encontramos a punto de llegar a una curva y vemos que estamos alcanzando al coche de delante. Deberemos aprender a discernir si es la situación para pasarlo o nos compensa más pasar la curva e intentarlo después.

GRID 2 deja a un lado la parte técnica de los vehículos para centrarse en una experiencia rápida y más directa. Codemasters ha apostado muy fuerte por el modo multijugador. Tenemos un amplio abanico de pruebas en las que ensayar y competir las distintas partes que nos llevan a dominar la conducción. Lo que realmente hace que uno se vuelva loco es ese contenido estratégico que nos hace pensar en segundos qué acción deberemos llevar a cabo en cada momento. Saber cuando frenar, cuando arriesgar y predecir los movimientos del resto de corredores. Es un reto, casual, pero un reto que nos lleva a esforzarnos por aprender a compaginar la velocidad con la razón.