Analisis Gravity Rush Remastered ,PS4

Gravity Rush, uno de esos juegos inmortales de PlayStation Vita, la eterna recomendación como uno de los grandes (y pocos) exclusivos vendeconsolas desarrollados dentro de la propia Sony, y por qué no decirlo, el juego que nos vendió una portátil a muchos, hace ya casi cuatro años que llegó a nuestras vidas, y parece que fue ayer cuando nos maravillábamos 'volando' con Kat por ese mundo abierto lleno de misterio.

2016, PlayStation 4 marca el ritmo del mercado del videojuego, y después de que uno de esos grandes exclusivos de Vita diese el salto a la sobremesa a finales del año pasado (Tearaway Unfolded), le toca el turno a este Gravity Rush Remastered que, en el fondo, sigue siendo algo realmente único y con su presencia remasterizada nos recuerda por qué hay que tenerle tantas ganas a ese ya anunciado Gravity Rush 2.

Hay poco que añadir a lo que ya escribía en 2012 sobre el Gravity Rush original, el tiempo (que no ha sido mucho) le ha tratado bien, y todas y cada una de sus mecánicas de juego siguen intactas en este Gravity Rush Remastered, tanto con sus virtudes como con sus defectos. Realmente, no cambiaría ni una coma de lo escrito entonces, lo enlazo aquí para evitar hablar de nuevo sobre todo lo que ofrece, pero sí que añadiría algún detalle más de lo visto, oído y sentido en general, con de nuevo virtudes y defectos que se potencian con esta edición remasterizada.

La pantalla grande le sienta muy bien a Gravity Rush, y más aún a 60 frames por segundo que rara vez caen muy brevemente, y aquellas características de juego únicas de Vita se suplen perfectamente con el Dual Shock 4 ya que, en el fondo, el deslizamiento que requería pulsar la pantalla táctil se suple con los gatillos L2+R2, y el giroscopio para apuntar la dirección de 'vuelo' (de caída de la nueva gravedad) es incluso más intuitivo con el mando, sin tener que girar la propia pantalla y perder ligeramente la orientación. Sigue siendo un juego con el que, si te das cuenta, acabas poniendo la cabeza brevemente en posturas imposibles intentando recuperar el suelo, pero en general estar atado a la pantalla grande resulta más cómodo.

El problema está en que la versión remasterizada se limita a poco más que aumentar la resolución, la tasa de fotogramas por segundo, añadir galerías extras e incluir todos los DLC ya existentes en Vita en el mismo pack. A nivel técnico se le nota la inferioridad con respecto a lo que se podría esperar con respecto a la nueva generación o incluso con otras remasterizaciones, y es no tanto un problema de las animaciones de Kat como lo es al fijarnos en texturas, efectos (el humo es terrible) y, sobre todo, en la muy necesaria distancia de dibujado que emborrona muy rápidamente el fondo y hace que se pierda uno de los mayores atractivos del juego, que es el disfrutar de las vistas desde cualquier ángulo.

Salvo por esto, Gravity Rush Remastered sigue siendo un juego increíblemente disfrutable a nivel de juego. No nos viene a contar la mejor de las historias ni nos ofrece el mejor mundo abierto, pero jugar por el simple placer de volar o recolectar gemas para mejorar las habilidades de Kat a veces es incluso más satisfactorio que superar alguna misión o conseguir la mejor medalla en uno de los desafíos casi rutinarios de cada nueva zona. Y dicho sea de paso, las misiones extra añadidas que pertenecían a DLC en la versión original de Vita y que no comentamos en su día, solucionan varios de los problemas de repetición de las misiones normales del juego y nos obligan a conocer un poquito mejor una ciudad que de otra forma pasaríamos por encima. No es la mejor de las soluciones, pero sí que saben ofrecer incluso un añadido diferente para quien ya hubiese jugado a Gravity Rush en su día pero no quisese pasar por unos contenidos relativamente caros.

Y a pesar de que las calles de la ciudad están bastante vacías y de esto que comentaba sobre la distancia de dibujado, Gravity Rush Remastered sigue siendo un placer, y más aún pudiendo disfrutar de una muy buena banda sonora en mejores condiciones que ayuda mucho a que nos veamos dentro de esa ambientación única. No hay mucho más que añadir a estas alturas sobre un juego de 2012 que prácticamente no ha cambiado nada con el paso del tiempo, así que nos situamos ante la duda de siempre con un Remaster. Si ya lo has jugado en su versión original, puede que no haya alicientes suficientes para volver a él, pero sigue siendo un grandísimo juego que merece la pena tener en cuenta precisamente por ese riesgo a ofrecer algo diferente que hoy en día se acentúa aún más.