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Analisis Football Manager 2014 ,PC

Sigue siendo el mejor, pero con muy pocas novedades. 
Lunes 16 de Noviembre de 2015 por Álex Pareja

Football Manager 2014 tenía, este año, uno de los combates más duros que a una franquicia anual le toca jugar. Después de una edición, la de 2013, que expandió la experiencia añadiendo dos nuevos modos de juego y cambió los entresijos del motor 3D de los partidos, parecía que quedaba poco por hacer. Si quedaba poco por hacer, en Sports Interactive se han encargado de que pareciera todo lo contrario.

 

Más de mil mejoras adornan ese año la hoja de características de Football Manager. Miles Jacobson, cara visible de Sports Interactive, se ha encargado de repetirlo hasta la saciedad en las semanas previas al lanzamiento, con la maquinaria promocional a toda máquina: «No queremos destacar ninguna por encima de las demás porque nos parece todas igual de importantes». En otras palabras, puede que el juego no haya recibido un lavado de cara tan considerable como el año pasado pero el salto adelante es considerable en cuando echas las primeras horas.

 

Las ligeras modificaciones en la presentación del título nos dejan con una interfaz cada vez más directa y con menos transiciones entre diferentes apartados.

 

Es cierto que no hay una característica que este año robe el protagonismo al resto del juego, tal y como se empeñan en decir en Sports Interactive. Puede que los últimos retoques en el apartado táctico sean los más notables y finalizan un viaje que se inició pocos años atrás cuando el juego dejó de lado las barras para controlar cada aspecto del juego del equipo —desde la anchura al tipo de pase a la velocidad de juego— e introdujo instrucciones específicas caracterizadas por la ya famosa mentalidad y los gritos desde la banda para corregir aspectos determinados de nuestro juego.

 

Ese círculo que se cierra con Football Manager 2014 otorga al apartado táctico, el más importante del juego sin lugar a dudas, un lugar más cercano al realismo del fútbol que a las cábalas que había que hacer colocando la barra en algún lugar determinado entre uno u otro extremo.

 

Las instrucciones desde la banda han sufrido una ligera modificación este curso. Lo mejor de todo, las pequeñas instrucciones que las acompañan al situar el cursor encima y que resolverán más de una duda.

 

Una de las sensaciones que transmite este nuevo Football Manager, es que el peso de la versión Classic va a crecer con el paso de los años. La razón es sencilla: el juego de toda la vida sigue siendo tan apasionante como siempre, pero se esta convirtiendo en un mastodonte que fagocita todo tiempo libre. En más de veinte horas de partida no he sido capaz de completar una temporada jugando Liga, Copa y Champions, y aunque es un juego de nicho que pide exhaustividad, también es innegable que para el jugón que tiene las horas contadas es una pesadilla montar un equipo y no ser capaz de presenciar su evolución a lo largo de los años, una carencia que el modo Classic sí que puede suplir.

 

Un modo Classic al que habrá que mirar con lupa a partir de ahora y con otros ojos. Si el año pasado supuso el debut, este año marca el primero que el juego inicia su propio camino en solitario, con una dirección diferente a la de su hermano mayor, y posiblemente con las miras puestas en el mercado de los dispositivos portátiles, donde sus mecánicas podrían encajar como un guante. No tiene el alcance de su progenitor, pero es una versión que puede pasear con orgullo la marca a la que hace referencia.

 

Para algunos un sacrilegio, para otros una necesidad. Que el modo Classic permita jugar los partidos en modo resultado no significa que sea una moneda al aire. Tendremos varias instrucciones que dar a nuestro equipo antes del pitido inicial.

 

Eso sí, que poder disfrutar de Football Manager en toda su extensión sea un problema no debería desviar a los que siguen con devoción al ya clásico de Sports Interactive del leit motiv de la franquicia: exhaustividad. Y ser exhaustivo hasta niveles enfermizos obliga al estudio a crear un juego que es el sueño de cualquier amante del deporte rey.

 

Que este año haya visto la incorporación de medidas como el juego limpio financiero, la aparición de agentes que poseen parte de los derechos de un jugador o la fiel representación del fútbol de dos velocidades que se vive en las grandes ligas europeas solo puede ser fruto de un equipo que mama fútbol desde que se levanta hasta que se acuesta. Ya que ha salido el ma, los traspasos también han recibido una mejora y ahora podremos negociaren tiempo real, una característica más que jugosa para los amigos de apurar el mercado de fichajes hasta el último minuto.

 

Fruto de todo este trabajo es una nueva edición de Football Manager. Quizá no la recordemos dentro de unos años como la que revolucionó la franquicia, o el género, pero posiblemente estemos ante una de las que dejará más satisfechos a sus jugadores.

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