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Analisis Five Nights at Freddy's: Sister Location ,PC

Fiel a la serie B.
Sábado 15 de Octubre de 2016 por Diego Emegé

Five Nights at Freddy’s: Sister Location empieza fuerte. La cámara panea para mostrarnos los rasgos mal iluminados de una muchacha animatrónica. Una voz resta importancia a las dudas sobre diseño de la máquina: «Puede bailar y cantar, tiene incorporado un tanque de helio que le permite inflar globos con la punta de los dedos, hasta es capaz de servir helados a los niños». Otra voz corta en seco a la primera: «Con el debido respeto, esas no son los elementos del diseño que nos generan curiosidad…». Es espeluznante, intrigante y no le cuesta crisparnos.

 

Hace más de un año que salió la cuarta entrega de la saga, y teniendo en cuenta que entre esa y la primera entrega no llegó a pasar un año, teníamos curiosidad por ver si este periodo más largo de desarrollo habría ayudado a mejorar la manidísima fórmula. Por desgracia, Sister Location desaprovecha sin escrúpulos ese primer momento de emoción. Para cuando llegamos al final del juego, nos sentimos más identificados con la voz sin rostro y no podemos evitar poner en duda el diseño del juego. Aunque a estas alturas, sería difícil de justificar.

 

 

El título, Sister Location, se debe a la ubicación del juego. En lugar de vigilar las penosas instalaciones de la famosa cadena de restaurantes, en esta ocasión los jugadores debemos explorar los misterios de Circus Baby’s Pizza World, una franquicia asociada que hace uso de la misma tecnología animatrónica. Mientras que Fazbear servía de analogía para los Chuck E. Cheeze y Showbiz Pizza del mundo real, a este nuevo restaurante ficticio le rodea un aura mucho más siniestra. Cuenta con salas de mantenimiento subterráneas, una red de túneles de ventilación que sirven de nexos entre ellas y depende de un sistema de electrochoques y procedimientos no especificados para mantener a los robots a raya, por lo que parece más una guarida de villano de James Bond antes que un restaurante familiar.

 

Rompiendo con la tradición, Sister Location propone diversos desafíos y minijuegos únicos para sobrevivir a cada noche. En lugar de aislarnos en una oficina desde la que observar las cámaras de seguridad para hacer frente a unos robots cada vez más agresivos, nos encontramos deslizándonos a través de los túneles, atravesando sigilosamente salas oscuras y colocándonos delante de los robots para realizar pequeñas labores de reparación. Este acercamiento más variado es, de base, un éxito. Mientras que los títulos anteriores adolecían de ser monótonos, este FNAF nos mantiene en movimiento y presenta sustos nuevos durante toda la semana de trabajo. Las diversas tareas llevan a momentos fantásticos y a escenarios realmente horribles, como cuando tenemos que reparar un interruptor mientras Funtime Freddy acecha cada vez que apartamos la mirada.

 

 

Por desgracia, hay problemas serios de ritmo que estropean la experiencia. La dificultad entre las noches no tiene conexión; unas son demasiado fáciles y otras exigen varios intentos, mucha prueba y error, en lugar de deducción. Esto puede darse a una falta de dirección o de una opinión externa, claro, con la que podría haberse visto que la noche cuatro es una montaña en comparación con el resto de noches, atrapados como estamos en uno de los trajes de animales, repeliendo oleadas de robots, y que también parece una estratagema para alargar el juego gratuitamente. Es un nivel tan descompensado que a pesar de haberse parcheado para reducir su dificultad en una ocasión, todavía sigue siendo demasiado. Lo problemas de ritmo se ven agravados por el hecho de que morir implica esperar largas escenas de diálogo una y otra vez o repetir partes largas de juego. Sister Location es el FNAF más parlanchín, con la mayor cantidad de diálogo y cinemáticas que no se pueden saltar de toda la saga. En las noches más problemáticas, lo normal es tener que refreír los mismos segmentos de la trama varias veces.

 

Aunque esta sea la entrega con la temática y el contenido más oscuros, también tiende hacia el lado más cómico de la historia tomando cierta «inspiración» de juegos de la línea de Portal o The Stanley Parable. Cada noche empieza con una alegre introducción realizada por una inteligencia artificial llamada Handy, que alterna actitudes encantadoras y pavorosas. Hay dispositivos tontos, carteles irónicos y elementos del entorno sobre los que podemos hacer clic, pero lo más extraño es la forma en que empleamos nuestro tiempo fuera del curro. Después de cada turno lo único que hacemos es ir a casa para ver una serie de dibujos animados sobre un vampiro guaperas. Estrafalario es poco.

 

 

Quizá la idea original era la de aligerar el peso del contenido más oscuro con algo más frívolo, pero el resultado es un despropósito. Hay interacciones de la IA que son verdaderamente graciosas, pero el resto de tonterías parecen metidas con calzador. Habría que plantearse si no serán decisiones comerciales para tratar de crear memes o algo por el estilo… Cuando uno abusa del éxito, cuesta mantenerse en la cresta de la ola, y eso es comprensible. De todas formas, tras tantas entregas tan seguidas, es difícil entender este Sister Location. Por un lado, representa un paso adelante claro para FNAF con propuestas nuevas e interesantes y ciertos riesgos creativos, pero por el otro tiene serios problemas de ritmo, coherencia en el tono y sigue pecando de repetitivo.

 

Para mayor frustración de los amantes de la saga, sigue dejándonos a medias. Plantea las mismas preguntas de siempre: si las máquinas son malvadas o solo incomprendidas, cuál es la naturaleza de la maldición de Freddy y cómo encaja esta entrega en particular en la gran trama. La marca Five Nights at Freddy’s siempre se ha apoyado en estos temas, pero antes o después tienen que desgastarse. Ya es hora de que empiece a responder preguntas o a proponer nuevas y más interesantes.

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