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Analisis FIFA 15 ,PC,PS4,X360

Mucho contenido, grandes mejoras y algunos errores graves.
Lunes 29 de Septiembre de 2014 por Toni Piedrabuena

Los cimientos de FIFA 15 harán de FIFA una franquicia mejor en el futuro. A corto o largo plazo, no lo sé, pero hay cambios jugables que los considero capitales para seguir haciendo de la experiencia futbolística algo cada vez más cercano al balompié. Los errores se pagan más que nunca, algo que a jugadores dementes como a un servidor acaba terminando con el balón en sus redes. Y es bueno: el juego me está educando a golpes. Si se me ocurre adelantar la defensa en los minutos finales y el contrario regatea al central, difícilmente tendré tiempo de corregir el error. Y eso es real, sea Piqué, Iñigo Martínez o Raúl Rodríguez el central en cuestión.

 

Eso no ocurría en FIFAs anteriores: en FIFA 14 el trabajo del delantero era más sacrificado que en la presente entrega y los errores no se pagaban tanto. Que se hayan esforzado en premiar al que juega mejor me alegra. Acaba el partido, has perdido, das la mano, deseas suerte y buscas otra partida. Has aprendido, y eso es positivo. El control del balón ha cambiado totalmente. Tanto, que esos jugadores que criticaban que la bola estaba pegada a nuestros pies se alegrarán al saber que si abusamos de la velocidad de los futbolistas no siempre acabaremos con el esférico controlado, algo que acaba cambiando, también, la forma de defender.

 

Se ha añadido dos líneas de juego en ataque y defensa que son auténticos kamikazes para los últimos minutos. Aparcar el bus y Todos al ataque, con resultados tan buenos y malos como puedes imaginar si dejas un par de defensas y subes a ocho jugadores al ataque o si prescindes del ataque para apostar por la defensa. Es una delicia, y es de los elementos más interesantes que se han añadido a la nueva entrega. Realista, arriesgado, y castiga en muchos casos, pero si te la juegas a una carta, naturalmente, existen grandes riesgos.

 

El balón echa a rodar. El cambio en el verde es espectacular
 

 

La máquina, además, se comporta con mayor lógica en todas las líneas del campo. Y se nota, sobre todo, en los últimos minutos del partido dependiendo del resultado marcado en la pizarra. No tendrán ningún problema en encerrarse, en perder tiempo en el córner o atacar como locos si la situación lo requiere. No creo que muchos jugadores puedan echarle en cara esos cambios a FIFA, y creo que ahí EA ha escuchado al usuario y ha creado una sensación más realista y verosímil cuando te enfrentas contra la IA en los diferentes modos de juego en los que tienes que hacerlo

 

El total relacionado con el disparo es inversamente proporcional a lo conocido el año pasado. Te encantará saber que los malditos centros se han corregido, que los obuses desde fuera del área se ejecutan de otra manera y que las vaselinas se chutan, también, de otra forma. Y sí, todos esos cambios son absurdamente importantes para cualquier jugador de FIFA habitual. Sea bueno o malo (creo que soy un jugador lamentable), cuento las horas al anterior capítulo por cientos, podéis comprobarlo en mi cuenta de Xbox Live, y os aseguro que cualquier usuario regular (por tiempo) del juego nota de buenas a primeras cualquier cambio hecho en él, por mínimo que sea.

 

Por ello, puede que muchos jugadores se sientan decepcionados y perdidos en las primeras horas de FIFA. No es mi caso, pero el jugador medio de juego de fútbol no es nada amistoso con los cambios. A la amplia mayoría de jugadores no les gusta esas primeras horas de juego en la que te sientes torpe, y no das, nunca mejor dicho, pie con bola. Ahí es cuando comienza la recepción negativa del juego de turno, y no es algo exclusivo de la presente franquicia, eso también le pasó a la competencia en sus años de bonanza. No somos pacientes, no tenemos los bemoles de echarnos la culpa de lo que sucede en el campo, y acabamos culpando al juego que estamos jugando.

 

Se ha recreado cada feudo de la Premier League. Una auténtica delicia 

 

Y lo de la Premier… es increíble. El equipo de EA ha escaneado a todos los jugadores de la competición británica. Ha conseguido tener todos los estadios de los 20 equipos y ha elevado a una categoría de excelencia el reconocimiento del presente campeonato, al que espero que pronto le toque España, que para no variar, los equipos de la parte alta de la tabla, estupendos, pero los de la mitad y Liga Adelante son un auténtico esperpento. Nada nuevo bajo el sol. Sí que se han añadido cánticos y nuevas banderas a las aficiones. No pido esteladas en el Camp Nou (tampoco sería un problema), pero si hay banderas de España y con el toro en el Bernabéu, no entiendo la negación de senyeras en el feudo culé, máxime cuando es una realidad.

 

Los errores que no deciden el partido

 

Si alguien ha sufrido las consecuencias de mis intempestivas partidas a FIFA 14 durante toda la temporada pasada esa fue mi pareja (también el gato, pero no habla). Viendo FIFA 15 mi novia, extrañada, me preguntó: “¿En serio ha cambiado tanto respecto a FIFA 14?”. Entiendo la pregunta, y hay dos puntos de vista a sacar al respecto de la inocente cuestión: si no juegas a FIFA, no dejas de ver a 22 muñecos jugando a fútbol, y por mucho que el cuerpo de los profesionales ahora sea más atlético, si no juegas, no ves la diferencia. En lo que tiene más razón que una santa es que, en lo demás, no ha habido un gran cambio técnico con respecto a la anterior entrega, y eso es indiscutible.

 

Hay eslóganes vacíos como el de Destiny, “Conviertete en leyenda”, y luego hay otros como el de FIFA, “Vive el fútbol”, que han sido capitales durante toda la presentación de la obra. Desde su puesta en escena hasta su lanzamiento, parecía que todo lo que giraba alrededor del fútbol más allá del balón se iba a potenciar, y en realidad, lo único que ha quedado de todo eso es que las porterías, al impactar el balón en la red, se levanta. El público es decepcionante, tanto o más que en la entrega anterior, una batalla perdida en la que EA Sports parece haber perdido el norte Los jugadores en el campo no parecen futbolistas de verdad; la interacción entre ellos es prácticamente nula, inverosímil, metas gol en el noventa o en el treinta; roja en el veinte o en el setenta, no parece importarles mucho. En pocas palabras, EA ha fracasado de forma sonada en ese campo.

 

A simple vista no parece que haya cambiado mucho con respecto a la entrega anterior. Eso sí, el modelo de los jugadores ha cambiado en su complexión 

 

Cada año que pasa, lo de Manolo Lama y Paco González es peor. Creo que, actualmente, podemos decir que hemos pasado de comentarios tecnológicamente obsoletos al más puro ridículo. Y más si se te ocurre mirar los comentaristas británicos en el mismo juego. No sé de quién es la culpa, si de EA o de los propios locutores, pero hay gente muy capaz en el mundo del periodismo deportivo actual que seguramente tienen menos caché y podrían hacer un trabajo mejor que el de la dupla mítica de la serie. ¿Alguien ha dicho Axel Torres? Los comentarios necesitan un reinicio urgentemente. Un país con una tradición futbolística y FIFERA tan grande como la nuestra no merece unos comentarios así.

 

¿Y sabéis qué? No importa en realidad. No influye en el juego, es más importante que se pongan las pilas en el campo de juego y sigan mejorando año tras año. Entre un público así y un juego de fútbol mejor, prefiero lo segundo. Lo que sí importa es el trabajo que se ha hecho en el portero, con dos años de trabajo detrás, con nueva tecnología, nuevas animaciones (que he visto y sé que existen) y grandes ideas que se han conjugado en el peor portero de FIFA en años, por increíble que parezca. Y eso sí que importa, y pesa muchísimo.

 

Los errores que deciden un partido

 

El portero es la única pieza de los 11 jugadores que no controlas. Estás a merced de una interacción de la máquina, que defiende tu portería y de la que dependes totalmente para no perder el encuentro. La responsabilidad del mismo, como en la realidad, es absoluta y total, por lo que no te servirá de nada meter cuatro goles si el rival te casca cinco. Si de esos cinco, dos han sido culpa del portero (al que no has adelantado, al que no le has dado ninguna orden y con el que no has tenido interacción alguna), estamos ante un problema importante. Y muy grave.

 

No hay mucho cambio en lo que se refiere al cambio en la forma de vivir el fútbol 

 

He visto goles de todos los colores. Ayer en Twitch muchos fuisteis testigos de cómo una falta desde el campo contrario acababa en las redes. Vimos la repetición no pocas veces, y llegamos a la conclusión de que Diego López podría haber hecho algo en esa jugada. Su animación llegó cuando la pelota ya era imparable. Y no es que sea una anécdota desagradable: es que es una constante. En el uno contra uno, nunca había sido tan fácil regatear al portero, tampoco irse por velocidad y colarla por los lados, también lo visteis ayer. Y eso sin contar, claro, errores más habituales en rechaces o salidas, en un juego en el que jamás había visto tantos goles de caño al guardameta.

 

Y a eso hay que sumarle errores con las físicas de los jugadores, que por algún motivo que no alcanzo a comprender, en FIFA 14 eran anécdota y en FIFA 15 ocurren con bastante regularidad. Entendamos que el juego no responde a un sistema arbitrario por parte del colegiado, por suerte, es matemática y programación pura, y que cuando X contacta con Y con la fuerza F en la zona Z, el sistema delibera una decisión concreta. En el mundo de los fríos números, sí, ha ocurrido algo; en el mundo de los humanos, no, no has hecho nada. ¿Por qué en juegos anteriores no ocurría con tanta regularidad como sucede ahora? ¿Responde a alguna lógica del juego que no conocemos?

 

Lo frustrante de FIFA 15 está en los errores relacionados con el propio juego y en el que tú no intervienes de ninguna forma. ¿Cómo no sentirse dolido con todo lo que acomete una máquina en la que tú no puedes participar? ¿Qué hacer cuando algo que no depende de ti acaba en las redes? ¿Y qué sucede cuando pasa al contrario? Si el 10% de un partido de FIFA 15 (y aunque fuese un 5%) depende un error aleatorio del sistema, no juegas para disfrutar, juegas para salir cabreado de la experiencia, y eso es de todo menos gratificante. La edición del presente año, para mí, es la más descuidada que se ha lanzado en años, y eso no atiende a razones cuando contemplas otros puntos del título.

 

De todo lo bueno comentado en líneas superiores, añade que ahora podrás hacer scouting para fichar a otros usuarios para tu club e intentar construir una escuadra de jugadores digna. A pesar de que se ha quitado el intercambio de futbolistas de FIFA Ultimate Team, el modo fetiche de muchos usuarios ha sufrido numerosos cambios, incluyendo modos de juego que te permiten añadir jugadores TOP para conocer cómo se comportará en tu equipo el día que te puedas hacer con ellos. Además, hay cesiones de estrellas por los puntos de Club, por lo que podrás contar en tus filas con algunos de los mejores jugadores del mundo durante unos partidos a cambio de monedas. Y hay mucho más: FIFA 15 no va corto de contenido, y en general ha mejorado, pero en asuntos capitales ha fracasado.

 

No hemos tenido acceso a las versiones de Xbox 360 y PlayStation 3, no dudéis que tendremos un anexo en cuanto le echemos un guante

 

FIFA 15 es mejor demo que juego. Dos o tres partidos y quedarás enamorado. Juega veinte y comenzarás a sospechar. Cuando nos enseñaban en Power Point lo que iba a venir nuevo en el juego y jugábamos a la demo con errores en julio, pensábamos que el total cambiaría una vez llegase el juego a la tienda, igual que ocurrió en la entrega anterior, como os explicaba ayer. Cuando puedes comprobar con material grabado los cambios que se han hecho al portero y te dicen que estará en el juego final, aunque falle en la Gamescom, esperas que en título final se arreglará, pero desgraciadamente no ha habido tanto cambio como podía esperar. Y no lo dudéis: todo eso está en el disco dando vueltas, pero no se ha implementado como debería, y seguramente, se arreglará en los próximos meses.

 

No tengo ningún interés en hablar mal de una franquicia que adoro y que me da tantas horas de juego al año. Su hipotético fallo no hace que la competencia sea mejor. No es un concurso de popularidad en el que gana uno y pierde el otro. Pero si de mi juicio depende que te hagas con FIFA 15 o no, esperaría unas semanas a ver qué sucede con EA y si toman el guante ante una de las recepciones más frías que recuerdo en años del juego de fútbol líder del mercado. Seguro que lo harán, pero si tengo que valorar lo que tenemos ahora, francamente, estoy muy decepcionado con esos errores tan capitales que atesora. A pesar de todo lo añadido y sus virtudes indiscutibles.

 

Es imposible obviar todo lo bueno que tiene, los cimientos que asienta y la cantidad grotesca de contenido que trae. Hace unos días hablaba de reanálisis, y dado que nosotros no pertenecemos a esa maquinaria grotesca llamada Metacritic, os prometo que en un mes o dos, hablamos de nuevo de FIFA, nos sentamos, y si es necesario, corrijo lo que haga falta. ¿Qué necesidad hay de asustar al jugador que se haga con el juego en enero y lea una crítica con errores del estreno de la obra? Intentemos cambiar esa forma de analizar, y FIFA supone la ocasión perfecta para ello: Ha llegado a las tiendas igual que Bale al Madrid el año pasado, falto de forma tras un verano loco. Acabó siendo capital en la final de Copa y Champions, ¿quién recuerda sus primeros partidos tras los resultados? Le deseo a FIFA que pase por la misma suerte, aunque con la maquinaria grotesca de la metacrítica, desgraciadamente, la primera impresión cuenta y es capital para su legado. Pero no deja de ser culpa suya y solo suya.

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