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Analisis Fallout 4 Far Harbor ,PS4

Lovecraft, exploración y algunas cosas por pulir.
Viernes 27 de Mayo de 2016 por Rafa del Río

Ya hace una semana que la última expansión-DLC de Fallout 4, Far Harbor, salió al mercado, y tras disfrutar de varias horas sumido en el mundo casi de pesadilla del que se promete -y es- el DLC más ambicioso de Bethesda hasta la fecha, puedo asegurar sin miedos que la cosa promete, cumple y ofrece mucho más de lo que estamos a costumbrados a recibir por un DLC de pago, si bien, a su vez, sigue incluyendo errores y cosas que pueden hacer que el resultado no luzca tan bien como podría haberlo hecho con un poquito más de cuidado o algo más de tiempo para pulir los fallos.

 

 

Conociendo al señor Nakano

Far Harbor comienza como una misión de la agencia de detectives de Nick Valentine que nos lleva a la zona norte de la Commonwealth, cerca del refugio de nuestra casita en la playa, para conocer a nuestros clientes, el matrimonio Nakano, una pareja cuya hija adolescente -aunque mayor de edad- ha desaparecido.

 

Ya desde este inicio vemos que la cosa va a ir de contrastes: por un lado, el nuevo rincón del escenario ofrece un mayor nivel de detalle que el que hemos visto en Fallout 4 con algas, restos de naufragio, decoración muy marinera y unas construcciones que hacen que nos entren ganas de coger el acordeón y entonar un Yo yo yo, la de un pirata es la vida mejor. Por otro, Bethesda vuelve a confiar en la aletoriedad de creación de rostros de su juego con un resultado un tanto ambiguo que no deja clara ni la raza ni la edad de los señores Nakano. Una tontería, sí, pero que choca con lo que se nos cuenta al mostrarnos un Kenji Nakano que parece un joven occidental que se ha puesto un bigote de pega para la ocasión. 

 

Rostros a un lado, que ya sabemos que no es lo que mejor sabe hacer Bethesda, la historia consigue engancharnos en este preludio, aún en la Commonwealth, en el que vamos a investigar un poquito de la vida de la hija desaparecida, Kasumi, a quién iremos conociendo poco a poco gracias a unas holocintas desperdigadas por el escenario y que pronto nos dejará claro que es una joven especialmente inteligente y con un claro temor: 'Ser una Synth'. Tras descubrir su paradero, los Nakano nos prestan su bote para que vayamos a buscarla a una recóndita isla al norte de la Commonwealth: Far Harbor.  

 

 

Un inicio espectacular

La parte 'gorda' tiene un inicio espectacular que hace pensar más en un nuevo juego que en un simple DLC. Llegamos a Far Harbor de noche para encontrarnos con un pueblecito pesquero construido alrededor de un fantasmagórico muelle. Una espesa niebla cubre todo el escenario en una mezcla de oscuridad y brumas bastante chula en la que la luz de unos faroles y la espectral tonalidad de unos extraños artefactos relumbran en tonos apagados.

 

La recepción del pueblo no es precisamente amistosa, pero pronto tendremos la oportunidad de ganarnos la confiana de los lugareños al más puro estilo Fallout: luchando codo con codo con ellos contra unas extrañas criaturas a las que no es difícil comparar con los profundos de HP Lovecraft en medio de ese escenario que parece sacado de El Terror de Dunwich. Formas mutadas de pejesapos y unas extrañas criaturas se empeñan en arrasar el pueblo mientras lo defendemos junto a los lugareños, y una vez la acción termina, conseguimos lo que necesitamos para continuar nuestra aventura: la localización del centro Synth al que sospechamos, ha acudido Kasumi y la ayuda de un extraño guía. Un tipo a caballo entre Sean Connery y Obi Wan Kenobi que, una vez más, no es lo mejor que tiene este DLC.

 

 

Una ambientación muy diferente

Far Harbor repite la fórmula que tan bien les funciona con sus Fallout, y sigue fiel a la filosofía de lanzar expansiones que modifiquen la ambientación del título original para darle más variedad a una jugabilidad que, pese a seguir siendo la misma, se siente como algo totalmente diferente. Elementos como la espesa niebla, un mayor número de radiación en el ambiente, el cambio de fauna y flora y el tono mucho más tétrico de sus escenarios consiguen que Far Harbor sea un decir adios a la Commonwealth para centrarnos en una nueva historia protagonizada por nuestro hombre bicentenario, y lo mejor es que consigue resultar fresco a pesar de las muchas horas que lleves vagando por la zona de Boston.

 

Esta ambientación incluye toda una nueva flora que se materializa en forma de bosques frondosos, pantanos, ríos, montañas plagadas de vegetación y nuevos recursos que, a su vez, dan refugio a nuevas especies animales, algunas evolucionadas de las que ya conocíamos, como el Yao Guai Peludo Resplandeciente y otras nuevas como el Pejesapo, Cangrejos Hermitaños -esperad a ver su tamaño-, Devoradores, Rastreadores y un sin fin de nuevos bichos entre los que no faltan los ncrófagos de la nieba, los lobos, los conejos y los pollos, todos ellos mutantes. A su lado, los tramperos, una nueva forma de saqueador mucho más letal y enloquecida que sus iguales del yermo, posiblemente por sus tendencias caníbales.

 

 

Equipo y novedades 

Junto a esta ambientación tenemos las armas y el equipo, un buen catálogo extra en el que encontramos armas de inspiración pesquera como el gancho de pesca, el lanzador de arpones, el palo con gancho para la pesca de atunes y tiburones y un tablón que hace más daño que la riña de una madre. No obstante esto no es todo, y junto a algunos clásicos modificados como El Gordo con unos cambios que le permiten disparar bolas de bolos modificadas y balas de cañón encontraremos un rifle de palanca, un subfusil con daño por radiación y alguna que otra genialidad que nos servirá para mejorar nuestro arsenal privado. Todo ello con nuevos tipos de munición y modificaciones con daño elemental. 

 

Far Harbor es un sitio grande lleno de localizaciones interesantes, así que preparaos para encontrar también nuevos materiales, flores, raices, productos y, por supuesto, armaduras. Desde una servo personalizada con imágenes de Vim! -el orgullo de Maine y la competencia de la nacionalizada Nuka Cola- hasta armaduras hechas con aperos de pesca, un traje de inmersión que nos permitirá respirar bajo el agua, nuevas túnicas de Los Hijos e incluso un uniforme mecánico de marine estadounidense o un neorpreno de buceo. 

 

 

Luces y sombras

Far Harbor luce bien, es largo, es interesante y ofrece unas más que estupendas localizaciones, cada una con su historia y con esos pequeños extras que tanto nos gustan a los aficionados a la serie. El pueblo pesquero, la cabaña de Longfellow, el templo de Los Hijos del Átomo y sus lugares sagrados se dan la mano con el observatorio de los Synth, la fábrica de Vim!, el centro de visitantes del parque nacional o el faro y otras localizaciones entre las que no faltan un hotel de lujo, un centro de spa, un refugio nuclear en el que se nos invitará a actuar de detective, instalaciones militares y alguna que otra sorpresa que ya iréis descubriendo al jugar.

 

Los personajes, a su lado, no acaban de estar del todo bien trazados, si bien hay algunos que destacan, como La Marinera y su problemilla, Kasumi Nakano, DiMA y alguno que otro, comparten estrellato con papeles más planos como el de Longfellow, la capitana Avery o los lugartenientes de DiMA. Algo parecido pasa con las misiones, que mezclan momentos brillantes como la caza de La Muerte Roja junto a La marinera con topicazos del estilo recoger flores o, una de las peores decisiones del DLC, la recuperación de la memoria de DiMA, una serie de puzzles forzados con el deficiente motor de creación de Fallout 4 que a la larga causa más sopor y cansancio que otra cosa, y que os tendrá una hora dando vueltas no por su complejidad, sino por su frustrante jugabilidad. 

 

 

Y aún así merece la pena

Dejando a un lado los puzzles de DiMA y los personajes, Far Harbor tiene algunos fallos problemáticos de los que Bethesda se está encargado pero que, para ser sinceros, habrían tenido que estar pulidos antes de su lanzamiento. Suelos y texturas que fallan en una misión secundaria, descenso de fps en algunas zonas con niebla, IA de risa en algunos casos, mensajes radiofónicos importantes que lamentablemente no se oyen y el pésimo control de su sistema de creación son sólo algunos de ellos, aunque, como digo, 'están trabajando en ello'. 

 

Afortunadamente, al lado de esos errores tenemos un gran puñado de aciertos en lo que Bethesda se muestra al 100% en toda su plenitud: Un gran escenrio, una historia con varios momentos decisorios en los que puedes cambiar su desarrollo, montón de bichos, equipos, búsquedas, localizaciones y una excusa, en fin, para desconectar de la Commonwealth y tomarte un descanso en la isla.

 

El precio está más que justificado, y mejor aún si te hiciste con el pase de temporada. A la espera de la llegada de los mods y de esos nuevos DLCs mistreriosos de los que se hablaron en su monmento, Far Harbor es un  Must have para los aficionados a la saga. Puede que no tenga el roleo necesario y que me haya visto obligado a bajarlre la nota a un 9 por culpa de esos bugs persistentes que hacen un flaco favor a la desarrolladora, pero si te gusta el estilo, Far Harbor es de lo mejor que se ha hecho en mucho tiempo. Y más como DLC. 

 

¡Nos leemos!

9
/ 10

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