Analisis F1 2018 ,PS4

Ser piloto de Formula 1 debe ser una tarea tremendamente complicada. No solo debes estar preparado mental y fisícamente a niveles extremos, sino que además debes lidiar día tras día con diferentes retos que envuelven a tu vehículo, a tu equipo, a tu compañero, a la prensa... es un mundo mágico, por supuesto, pero peligroso y desafiante. F1 2018 vuelve a intentar que nosotros vivamos esta experiencia de la forma más realista posible, tanto dentro de la pista como fuera de ella. 

 

He de empezar comentando la sensación que esta saga me está produciendo en los últimos años, o más bien la que Codemasters me está transmitiendo con cada una de estas entregas: un poco de desidia. Es cierto que F1 2018 incorpora novedades respecto a la entrega anterior y tenemos motivos extra por los que hacernos con el juego de este año, pero es innegable que desde hace años el juego parece establecerse dentro de unos límites muy claros sin tomar demasiados riesgos. Un modo Carrera que va evolucionando muy lentamente entrega tras entrega y al que, para mi gusto, todavía le queda mucho trabajo, unos cuantos modos para poder disputar carreras, fines de semana o temporadas de forma individual, y algún extra interesante como la veintena de vehículos clásivos del deporte que se han incluido en esta ocasión. 

 

 

Se nota de lejos que F1 2018 llega para tratar de convencer a todos los amantes de este deporte y a aquellos que quieren un verdadero reto al volante. El juego pierde muchísimo cuando empezamos a activar ayudas en la conducción, dejando de lado el verdadero espíritu que proclama: trabajar sin descanso durante todo el fin de semana de gran premio para aprendernos el circuito de memoria, tratar de encontrar los reglajes adecuados en nuestro vehículo, realizar una buena tanda de clasificación y no cometer errores en la carrera, todo ello con un nivel de exigencia bastante alto que nosotros mismos podemos trazar. 

 

Esa libertad a la hora de configurar el juego a nuestro gusto es positiva, por supuesto, ya que puede llegar a convencer tanto a los jugadores más novatos como a aquellos que estén buscando un simulador puro y duro que nos haga sentir dentro de los monoplazas más rápidos de planeta. Pero también tiene su lado negativo, ya que en ningún momento sabes de verdad si el reto que te has autoimpuesto es demasiado sencillo o demasiado complicado. ¿Estoy consiguiendo buenos tiempos porque me estoy esforzando de verdad o porque he elegido un nivel de dificultad y de ayudas demasiado elevado? La eterna cuestión que, de forma personal, a mí no me deja disfrutar del todo de títulos como F1 2018. 

 

 

El modo Carrera, punto central de la experiencia del juego, ha recibido algunos cambios, pero en esencia sigue siendo lo mismo. Comenzaremos nuestra carrera ficticia en la Formula 1 en el equipo que prefiramos y tendremos que disputar temporadas completas mientras tratamos de realizar el mejor trabajo posible. Habrá que cumplir los retos internos que el equipo nos proponga pero también los que nosotros mismos nos autoimpongamos, ya que hasta podremos elegir quién es nuestro rival principal en la pista. Además, ahora tendremos que tener muy en cuenta a la prensa, y de vez en cuando tendremos que responder algunas preguntas que definirán nuestra personalidad entre un piloto deportivo u otro que prefiere dar espectáculo. Estas preguntas, por cierto, suelen tener cuatro posibles respuestas que nosotros tenemos que elegir en solo 10 segundos, un tiempo que a mí me ha parecido demasiado corto (alguien que lea más despacio o que quiera pensar un poco mejor su respuesta no tendrá la oportunidad). 

 

Ahora también tendremos la posibilidad de charlar con otros equipos de Formula 1 e incluso plantear un posible traspaso al final o en mitad de la temporada, si nos convence su oferta o si queremos cambiar de aires. La sensación de ser un piloto real está conseguido más o menos en F1 2018, sobre todo dentro de la pista, pero fuera de ella derrapa un poco más. Por ejemplo, sigo sin comprender cómo un título que exige tanto al volante después entregue un sistema de mejora del vehículo tan incomprensible. Como si se tratara de un RPG, tendremos que gastar los puntos conseguidos en las tandas de entrenamientos, clasificación y carreras en mejorar a nuestro vehículo a través de un árbol con distintas "habilidades". Desentona con el resto de la experiencia y desestima nuestro trabajo como pilotos. 

 

 

F1 2018 mejora un poco lo visto en la entrega del año pasado, pero apenas son cambios que verdaderamente justifiquen una nueva iteración. Conducir a los vehículos, si te entregas en cuerpo y alma al juego, es una auténtica gozada sin las ayudas de conducción pertinentes, pues hay que practicar muchísimo para llegar a dominar su sistema de control. Por desgracia, ese apartado tan cuidado no casa con el resto de elementos, volviendo a proporcionar un modo Carrera que se queda un poco cojo en cuanto a posibilidades y con unas mejoras apenas relevantes. F1 2018 es un simulador de conducción destinado a dos clases de jugador: el que es un auténtico apasionado de este deporte y aquel que quiere un simulador exigente que aproxime al mando o al volante la sensación de estar conduciendo uno de estos increíbles monoplazas. Pero la sensación de que Codemasters ha tomado una estrategia de carrera muy conservadora en esta entrega es evidente, aunque configurando el mejor juego de la saga en estos últimos años.

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