Analisis F1 2016 ,PC,PS4

La Formula 1 se ha convertido en un deporte tremendamente aburrido y muy poco interesante. Y no lo digo yo, sino que hasta los propios pilotos comienzan a evidenciar lo que por otra parte ya sabíamos en los últimos años. Quiero comentar esto lo primero de todo porque no sé hasta qué punto el propio deporte afecta en sí al videojuego, F1 2016, que a fin de cuentas trata de emular de la mejor forma posible la competición real, al ser un producto totalmente oficial.

 

F1 2016 se vuelve un título repetitivo y aburrido a la larga, dando la sensación de que podía haber dado bastante más de sí en su Modo Carrera, que es de lejos lo más interesante que encontramos dentro del conjunto. Siempre tenemos que cumplir los mismos objetivos, hacer las mismas pruebas y la competencia con nuestro compañero en la escudería siempre tiene en cuenta los mismos apartados. Pero, ¿no ocurre lo mismo en el deporte real? ¿Es culpa entonces de Codemasters o de que el deporte se ha vuelto un pestiño? Por eso creo que abordar este análisis es complicado, aunque por fortuna el propio juego sabe dejar las cosas claras en muchos de sus demás apartados.

 

 

Es mejor que la entrega del año pasado en todo, lo que seguramente sirva para calmar a más de uno. Hay más opciones y, en general, creo que todos los apartados han tenido cierta evolución, aunque tampoco lo he notado en exceso. Sí que es más entretenido centrarse en el Modo Carrera y demás, pero tampoco he sentido que la evolución jugable sea demasiado grande o que realmente haya subido de categoría. Sigue siendo básicamente lo mismo: un título altamente exigente pero que cuenta con infinitas opciones de personalización en su dificultad y control para satisfacer a prácticamente cualquier tipo de usuario.

 

Quizás eso haga despertar ciertas dudas entre los jugadores, ya que aquellos que evidentemente no puedan desactivar todas las ayudas de conducción ni poner la máxima dificultad que F1 2016 plantea sentirán, cada vez que hagan una vuelta rápida o realicen una buena carrera, que se deba a  su propia selección de opciones, que debería ser más exigente, y no tanto de que realmente hayan hecho un buen trabajo. Pero creo que es un juego destinado, básicamente, a los amantes del deporte (si es que todavía queda alguno) y a los que quieran disfrutar de un simulador muy exigente y altamente recomendable con volante.

 

 

Es loable la capacidad de dar importancia a cada fase del fin de semana que compone cada Gran Premio, ya que realmente es relevante aprovechar las sesiones de entrenamiento para adaptarte al circuito y utilizar diferentes reglajes antes de elegir la táctica para la carrera, además de la tensión que se vive en las tandas de clasificación y en las propias carreras. En este sentido, eso sí, nos encontramos el que probablemente sea el mayor punto negro de F1 2016, ya que los pilotos rivales siguen sin estar a la altura.

 

Vale que el deporte cada vez sea menos interesante, con muy pocos adelantamientos y con una ausencia de emoción palpable, pero creo que hay diferentes pilotos con diversas maneras de conducir que lo dejan ver cada fin de semana en las pistas. F1 2016 no muestra nada de eso, y vamos a seguir viendo una hilera de coches que no se salen de la trazada y que rara vez tratan de ser agresivos a la hora de realizar algún adelantamiento. Es decir, que sigo sintiendo que estoy jugando a un título de la saga de hace veinte años. Esto repercurte de forma negativa a las carreras, no solo porque elimina ese realismo que tanto esfuerzo demuestra en todos sus demás apartados jugables, sino que convierten la experiencia en algo más sencillo para los conductores agresivos que se arriesgan en las curvas, y si sale mal siempre puedes utilizar el flashback y volver atrás en el tiempo como si nada hubiera ocurrido.

 

 

Otro apartado donde no se nota demasiada evolución es el apartado gráfico, que además deja estampas bastante desoladoras en el modo Carrera. En las escenas entre carreras, donde alguna vez hablamos cara a cara con algún miembro de nuestra escudería, podemos ver claramente cómo el rendimiento del juego es bastante pésimo a pesar de que los modelados son del todo menos buenos, y algo parecido ocurre con los pilotos y las animaciones de celebración. Todos se parecen a los reales, pero cuesta decir que su nivel está a la altura. Afortunadamente todo mejora cuando nos montamos en el monoplaza, pero tampoco es que destaque demasiado a pesar de que podamos entender la excusa de que hay muchos vehículos a la vez en pantalla.

 

 

F1 2016 mejora en todo a su predecesor, que fue del todo decepcionante, pero sigue sin dominar las carreras y sin marcar los mejores tiempos. Ha ajustado sus reglajes pero sigue sin ser un exponente del género. Eso sí, no puedo más que recomendarlo para todos los amantes del deporte real, ya que es la mejor manera de experimentar la emoción de estos fines de semana, al igual que para aquellos que quieran un desafío muy duro en cuanto a conducción realista, quitando todas las ayudas de conducción posibles. Una pena que se siga quedando tan corto a nivel técnico, que siga teniendo unos pilotos rivales tan lejos de lo esperado y de que el deporte real sea tan sumamente aburrido.

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