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Analisis Dreams PS4

Y los sueños, sueños son
Lunes 24 de Febrero de 2020 por Rafa del Río

Dreams ya es una realidad, una capaz de gandes cosas y que promete al usuario todo lo necesario para expresarse libremente en el Dreamverso. Tras varios años trabajando en comunidad Media Molecule, la buena gente de LittleBigPlanet, llega con una nueva propuesta que funcionó muy bien en early access y mejor aún tras ver la luz su versión comercial el 14 de febrero. 

 

 

El sueño de Media Molecule

Dreams es muy claro en su propuesta, una oferta dual que nos invita a jugar y a crear. A soñar, en definitiva, ya sea nuestros propios sueños o las creaciones de otros. Con una interfaz tremendamente intuitiva y un buen puñado de tutoriales, Mm nos propone descubrir el talento propio y ajeno a través de lo que han dado por llamar el Dreamverso. Las herramientas de creación no son moco de pavo, y ya sea empezando de cero o exportando el trabajo que tengamos hecho, Dreams nos permite crear 'casi cualquier cosa': un videojuego, una imagen, una escena, un cortometraje, una canción, una película o incluso algo que aún no ha sido inventado. 

 

El sistema que usa es de la biblioteca conjunta, permitiendo tomar elementos ajenos para la creación, muchos de elos de la propia Media Molecule, crear elementos propios o, como decía, usar trabajo que tengamos hecho en otros motores. Cabe destacar que la creación es relativamente sencilla pero necesita esfuerzo. Horas de tutoriales, prueba error, trabajo intensivo y claridad de objetivos son primordiales para conseguir que nuestro sueño se haga realidad y no se convierta en una pesadilla para los usuarios que lo jueguen. 

 

 

Caminante de sueños

Junto a la parte creativa de Dreams, esa que nos anima a desatar la faceta más artística de nuestro yo como usuarios, tenemos la de espectador. Una senda que es tan valiosa como la anterior y que es la que da sentido, al final, a todas las creaciones. Dreams nos anima a ver, jugar y escuchar, a experimentar, y lo hace premiándonos con experiencia, nuevos objetos para nuestra galería, nuevos duendes creativos y un buen puñado de recompensas. Jugar es siempre una experiencia en sí misma, pero no es camino de rosas. De todo hay en el Dreamverso, como reza el adagio. 

 

Explorar la mente de los usuarios, o esa parte de su alma que quieren compartir con nosotros, es emocionante. Hay obras que consiguen que conectes, melodías fantásticas y juegos que parecen indies semi profesionales y que aportan momentos interesantes que se salen de lo normal. Es de perogrullo mencionar El Sueño de Art o Bienvenido a Casa de Media Molecule, siendo la primera experiencia lo mejor de Dreams y, posiblemente, de lo mejor que he disfrutado en PS4. Poco menos de dos horas que, como ya os comenté en el artículo, es gloria pura.

 

Junto a ellas hay cosas a tener en cuenta: Juegos que a través de sus mecánicas ofrecen una narración y un mensaje muy diferentes a lo que estamos acostumbrados. Es posible encontrar un título de conducción off-road que te hable del paso de la vida a la muerte por territorios de fantasía, un plataformas nipón en 2D a base de trazos que parte la pana con los viejos clásicos de NES, e incluso una versión de Fallout 4 muy potente que, obviamente, se queda detrás del original. RPGs ambiciosos, cortos impactantes, juegos con ganas de ir más allá y muchas ganas de llamar la atención del usuario y que, lamentablemente, se quedan casi siempre en experiencias cortas, pequeñas, que en el mejor de los casos dejan demasiadas ganas de más.

 

 

Y lo sueños, sueños son

La parte creativa es potente, aunque da la impresión de que desarrolla su acción en un territorio tremendamente acotado en lo que respecta al espacio y las posibilidades. No puedo asegurar nada porque por mucho empeño que le pongo soy un fraude como creador de experiencias, pero como caminante experto de sueño, tras muchas horas jugando desde octubre, tengo la sensación de que en medio del sueño hay una cruda realidad: siempre hay un despertar, y este llega demasiado rápido, demasiado pronto como para poder aprovechar a gusto el rato en la cama perdido en tus ensoñaciones. 

 

Dreams tiene potencia para ser una auténtica maravilla, pero a día de hoy aún tiene mucho que trabajar. Junto a estas experiencias intereantes es fácil encontrar obras terribles, no por el comprensible estado de pre-pre-pre-alpha, sino por un planteamiento erróneo de nacimiento. Los múltiples juegos clon, tarjeta de visita de 'lo fácil' que es emular a Mario, Link, Sonic o hasta a Solid Snake, esconden una jugabilidad terriblemente optimizada y un diseño de niveles obviamente amateur que hacen que no llegues al final de la experiencia en la mayoría de los casos. A esto se une un plantamiento casi clónico en las propuestas de juego que terminan por aburrir con la presencia especialmente reiterativa de los plataformas en 3D con 'Llega a la salida' como única premisa.

 

Dreams está cargado de grandes sueños y buenas intenciones, pero también de obras que te hacen pensar en por qué esás perdiendo el tiempo con esto y no jugando a juegos 'de verdad'. El planteamiento es bueno, y seguro que con tiempo y medios la cosa puede convertirse en algo tremendo si sigue viva en PS5, pero a no ser que trabajes en el medio como desarrollador o quieras profundizar en el concepto del videojuego más allá de los trámites normales, es difícilmente recomendable. Sí, El Sueño de Art mola y hay muchas cosas interesantes por descubrir, pero hay demasiadas experiencias clónicas. Hay demasiado trabajo que se preocupa más por meter personajes famosos que por la jugabilidad de su obra, y al final casi todo en el catálogo resulta excesivamente tosco, con proyectos interesantes abandonados a medias y la sensación de estar ante un pase de por vida al Greenlight de Steam.

 

No obstante, no quiero terminar el análisis de algo que estoy disfrutando muchísimo de una forma tan negativa. Dreams es un cajón desastre o, si lo preferís, el desván o el almacén de uno de esos programas de televisión de subastas. Habrá días en los que entrarás buscando cobre y encontrarás oro, y otros en lo que, por mucho que busques, no saldrá la cosa tan rentable. Si aún así disfrutas curioseando, quieres descubrir tu lado creativo y no te importa probar juegos en proceso, es una gran elección. 

 

¡Nos leemos!

7.5

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