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Analisis Dragon's Dogma Dark Arisen ,PS3,X360

Una joya recuperada y mejorada para PC.
Jueves 14 de Enero de 2016 por Bruno Louviers

Dragon's Dogma fue uno de los mejores juegos de rol del año pasado, así de claro. Sin embargo, también fue uno de los más desconocidos. Ni sus grandes y amplios paisajes, sus enormes monstruos o su mezcla de RPG con acción de hack 'n' slash consiguió atraer muchas miradas en su lanzamiento. Aun así, todo buen juego se va abriendo camino a través del boca a boca, y hoy día son pocos los jugadores que han pasado por el mundo de Gransys y no han quedado embelesados.

 

Así pues, a aquellos que ya disfrutaron del título original, Dark Arisen sólo les va a suponer un problema: es imposible hacerse con esta "expansión" sin comprar el juego original, lo que se antoja algo caro para quien ya posea el título, pero que es toda una ganga para quien no tuviera el original. Pese a que la palabra DLC esté en boca de todos, lo cierto es que Dark Arisen es mucho más que un simple contenido descargable: los arreglos que se han hecho al título, la opción del doblaje japonés, los añadidos online y, por supuesto, la isla Bitterblack que te dará para 15 horas de juego es más que un pequeño añadido.

 

Centrémonos en Bitterblack, porque aquí es donde pasarás las horas si has terminado Dragon's Dogma. Esta isla a la cual se llega desde tu pueblo natal y a través de un nuevo personaje llamado Orla, es un laberinto del Minotauro lleno de enemigos, trampas y estancias. Pese a que se nos recomendó que tuviéramos un personaje de nivel 50 como mínimo para adentrarnos, Bitterblack es un lugar infernal. Te costará mucho subir de nivel al ritmo que quieres avanzar y es mejor que intentes descubrir todos los secretos del juego original antes de adentrarte en sus catacumbas. 

 

Este dragón refleja la cantidad de enemigos doblegados en Bitterblack. Mejor ir preparado.

 

No solo su dificultad, Bitterblack es una mazmorra a la antigua usanza, llena de paredes mohosas de piedra, antorchas y huesos dispuestos por el suelo. El contraste con los agradables parajes de Gransys al aire libre es significativo, tanto que echarás mucho de menos algo de luz diurna, algo de espacios abiertos… Pero, como decimos, Bitterblack está hecha para tenerte en tensión, acorralado entre una maraña de enemigos básicos, pero duros, y enormes jefes que esperan con más abundancia detrás de cada puerta. Huir es complicado, ya que cada esquina aguarda un peligro, por lo que tendrás que volver al principio en multiples ocasiones para hacer un buen uso de las mejoras de habilidades y armaduras.

 

Si esto fuera poco, uno de sus enemigos más poderosos, La Muerte, nos acecha en muchas ocasiones. Imposible de vencer en un principio, esta criatura prácticamente invulnerable acabará de un plumazo con nuestros peones, obligándonos a gastar más puntos en adquirir unos nuevos, mientras que las piedras de falla son ahora más escasas y además tendremos que reconstruirlas para poder acceder a ellas.

 

En el fondo, esta expansión guarda el mismo procedimiento que el Dragon's Dogma original; esto es, una dificultad invertida, difícil de dominar en un principio y que se va ajustando a medida que progresas en la partida, pero con la dicotomía de que cuanto más profundo te adentres en la mazmorra, mayores son los peligros. De hecho, los monstruos que vayamos aniquilando crearán en lo más profundo nuevas criaturas más poderosas.

 

A diferencia del troll original, el de Bitterblack tiene fijación por los hombres... Mmm...

 

¿Es esto lo que queríamos? Totalmente. Dark Arisen está pensado para aquél que terminó Dragon's Dogma y quería más reto, incluso, que historia. Las batallas titánicas contra enemigos que parecen no tener ningún punto débil son desafiantes, numerosas y su sensación de triunfo no dista mucho de la ofrece un Dark Souls. La mejora de armas y armaduras, así como las nuevas que se incorporan con esta versión se agradecen muchísimo, sobre todo para aquellos que las del original les parecieron escasas y demasiado similares. Gracias a las nuevas habilidades, las clases que mezclan magia son ahora más atractivas y poderosas que antes. 

 

Así, Dark Arisen está hecho y destinado a aquellos jugadores que aprovecharon el título original al máximo, puesto que tendrás que explorar cada rincón de Bitterblack conciezudamente y no solo tirar hacia adelante; tendrás que volver sobre tus pasos más de una vez y correr si te metes por un corredor que debías; te obliga a mejorar con cabeza tu equipamiento, aprovechando su intrincado sistema más que en el original con la inclusión de nuevos accesorios y anillos mágicos; te enfrenta a enemigos gigantescos en estancias cerradas, donde el espacio limita mucho tus movimientos y el desafío es mayor. ¿Las pegas? Que no se pueda adquirir por separado y, quizá, que se hubiera aprovechado este tiempo para ajustar algunas carencias del juego, como un framerate algo más fiable y mejorar texturas que podrían reflejar la verdadera belleza que tiene este juego. Si eres uno de esos afortunados que confió en el título (e incluso descubrió su digno e interesante final), no dudes. Si aún no has descubierto el dogma del dragón, te estás perdiendo uno de los juegos más sorprendentes que ha dado el género del RPG hasta la fecha. 

9

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