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Analisis Dragon Quest Builders ,PS4

No eres un héroe, eres arquitecto.
Martes 04 de Octubre de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Dragon Quest Builders es el Minecraft hecho para aquellos a quienes no les gusta Minecraft. Aquí tenemos una misión, un objetivo. Somos un elegido divino con el poder de construir y de crear materias primas dese la nada. Un terrible demonio ha conquistado el mundo de los hombres privando a sus habitantes de la capacidad de construir. Con el paso del tiempo desaparecen los asentamientos, los humanos se separan y los monstruos ganan fuerza campando a sus anchas. Nuestra tarea consiste en volver a juntarlos a todos, construir ciudades y derrotar con nuestro arte al mal. Pero no somos un héroe.

 

En Dragon Quest Builders no subimos nivel por derrotar monstruos, solo por construir habitaciones, levantar nuevos pueblos y reunir a la gente. Somos el gran recadero universal de la población mundial, pues construimos para ella. Esta misión nos lleva a recorrer distintas islas separadas por portales, conseguir materiales nuevos de construcción, regresar a nuestra base y construir aquello que nos pidan como nosotros queramos.

 

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No solo construimos, también exploramos, batallamos, defendemos nuestra base, desarrollamos nuevo equipo y armas, charlamos, realizamos tareas... Dragon Quest Builders es un videojuego muy variado

 

Dragon Quest Builders combina exploración, combate, mucha recolección y mucha más construcción. El mundo de juego que recorremos está prácticamente vacío de vida, nos encontraremos con restos una civilización destrozada, enemigos y distintos terrenos. Resulta fascinante recorrer un mundo de juego destrozado y encontrarnos con supervivientes que salvamos, llevándonoslos de vuelta a nuestro hogar. Dragon Quest Builders recurre a sus títulos más recientes para construir un recorrido satisfactorio por su mundo de juego, interesante, uno capaz de animarnos a desear descubrir un pedacito más de la tierra que hemos de reconstruir.

 

Para ser un Dragon Quest y un spin off de tono tan ligero como este, sorprende la tristeza que empapa el relato. Conoceremos a fantasmas de héroes caídos, a niños que lloran solos en una cueva, a desesperados adoradores del diablo y a más personajes tristes, desconsolados y que necesitan nuestra ayuda. También hay monstruos que nos echan un cable pues de ellos aprendemos parte de nuestras habilidades, descubriremos lápidas, cartas de difuntos y notas que hablan de la caída del mundo humano. El ambiente del juego se vuelve aún más lúgubre cuando cae la noche o nuestro medidor de hambre nos avisa que no tenemos nada que comer. Dragon Quest Builders consigue que sintamos que ese mundo realmente nos necesita, y nos apetece ayudar a todo el mundo por ello.

 

El aspecto gráfico está preparado para poder destrozar elementos como si fueran bloques. El suelo, las montañas y las paredes está formados por voxels, grandes píxeles poligonales que destrozar; pero no solo podremos romper bloques, también ramas, camas y todo lo que esté al otro lado de nuestro mazo. Al hacerlo nos quedaremos con materiales puros y también con el propio objeto destrozado que luego llevaremos a donde queramos. La recolección de materias primas tiene un problema: dependemos del recorrido de nuestro mazo para destrozar y recoger, a veces golpearemos en un área más grande de la cuenta llegando hasta a machacar el camino por el que hemos llegado a ese lugar de extracción. Esto se hace especialmente molesto cuando queremos destrozar materiales de obra sobrantes en el proceso de construcción y malogramos lo que no deseamos, teniendo que volver a empezar.

 

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El aspecto gráfico es solvente, pero va muy justo. Hay problemas con la cámara cuando nos introducimos en interiores

 

Una vez recorremos el mundo de juego, y encontramos lo que necesitamos, contamos con varios puestos para crear distintos elementos constructivos, también cocina, forja y otros, que mejoran y se amplían al avanzar la historia. Ahí desarrollamos todo lo que necesitamos y luego saltamos al mundo de juego para edificar. Construir en Dragon Quest Builders es agradable, mucho. Los que vengáis de Minecraft os sorprenderá lo guiado que es el proceso de generación de habitaciones o espacios, pero hacerlo bien nos granjea puntos de experiencia para nuestra base que permita que esta suba de nivel. Al no ser una cámara en primera persona la del juego, dependemos de que nuestro personaje esté mirando al lugar exacto en el que queremos poner la pieza de construcción, lo que no siempre es fácil. Al pulsar los gatillos, nuestro constructor mira hacia arriba o hacia abajo, pero más de una y de dos veces os equivocaréis con el lugar de colocación, tendréis que romper el bloque para volver a usarlo y, sí, puede que vuestro martillo falle, rompa sin querer una pared cercana y entréis en un bucle de errores desesperantes. Al cabo de unas cinco horas le pillaréis el tranquillo, a esto y a un sistema de gestión de nuestro inventario también mejorable. Hay que dedicarle unas cuantas horas para dominar las vicisitudes de este juego.

 

Lo bueno que tiene este Dragon Quest Builders es su capacidad de hacer transportable cada elemento que nos encontremos por el escenario, desplazándolo a donde nos interese y reconfigurándolo a nuestra voluntad. Se premia mucho la decoración interior y podremos preparar rascacielos, casas pequeñas, castillos… Y construir murallas, fortificaciones y elementos defensivos. Esto es importante, pues seremos continuamente atacados por los monstruos que quieren destrozar nuestra ciudad, tanto de noche como de día. Resulta refrescante la facilidad que tiene el juego de cambiar de género o de tareas a realizar.

 

En Dragon Quest Builders exploramos un mundo de juego con muchos secretos, recolectamos materiales, construimos y recibimos premios constantes por hacerlo, disfrutamos de secciones de tower defense y también combatimos, charlamos y resolvemos pequeños acertijos. Si nuestras defensas fallan o tienen brechas, tendremos que sacar nuestra espada, unirnos con nuestros supervivientes y batallar. Las mecánicas de lucha son muy sencillas y recuerdan mucho a las de los los primeros The Legend of Zelda; incluso aprendemos técnicas nuevas para el combate y la primera es la del espadazo en giro. No somos versátiles en la batalla precisamente porque no estamos preparados para combatir, no somos un héroe; pero se consiguen igualmente momentos de combate divertidos comprendiendo que necesitamos ayuda de otros y de nuestra arquitectura, porque la clave de una buena defensa es poner trampas, agujeros y muros.

 

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El combate de Dragon Quest Builders te revela la verdad: eres mejor constructor que guerrero; confía en las trampas

 

En ese sentido, Dragon Quest Builders tiene un defecto muy molesto: una IA mala tanto para personajes aliados como para enemigos. Los monstruos caerán de bruces en nuestras trampas, sean agujeros o pinchos sin que tengamos que realizar demasiado esfuerzo en que lo hagan. Esto, que no es necesariamente malo, también se extiende a nuestros lugareños, que son idiotas. Se pasan el día caminando por el pueblo como pasmarotes, y muchas veces se ponen delante de nuestras narices sin dejarnos trabajar. También nos piden que les hagamos un cuarto privado y se van a dormir a otro o deciden subirse a los techos porque sí.

 

Pese a un control regulero a la hora de construir, uno que se supera con la práctica, y una IA ineficiente, lo cierto es que Dragon Quest Builders es un título muy divertido, muy variado y que engancha. Su melancólico mundo de juego es muy sugerente, los habitantes que rescatamos son divertidos y las misiones que nos plantean saben variar entre construir, recolectar, rescatar, atacar y defender para que siempre estemos haciendo algo distinto. Construir funciona bien pese a sus problemas de cámara y pese a que a veces no sepamos donde encontrar un material que nos piden. Hay que aplaudir la buena construcción de nuestro personaje como arquitecto y albañil, todo en uno, y saber que perder el tiempo haciendo un rascacielos de veinte plantas (una historia real) tiene su recompensa en forma de puntos de experiencia.

 

Si nunca te acabó de atrapar Minecraft pero su sistema de juego te seduce, este es el título perfecto para introducirte en el género de la construcción, más aún si te gusta el JRPG y si eres fan de Dragon Quest. Explora, consigue materiales, construye y si ves un dragón verde no te enfrentes a él. No eres un héroe, pero puedes convertirte en uno a través de tu ingenio.

8

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